Afrofeminismo. Abuy Nfubea. Читать онлайн. Newlib. NEWLIB.NET

Автор: Abuy Nfubea
Издательство: Bookwire
Серия:
Жанр произведения: Социология
Год издания: 0
isbn: 9788412335408
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corporal y espiritual, descuartizada por el látigo, el trabajo forzoso, la violencia de género y la vejación sexual. «Cimarronear» fue y sigue siendo una actitud ética para recuperar su derecho a hacer el amor en libertad con el hombre que anhelara, sueño que la represión y la legislación le impedían en muchos casos, desdibujando así su fantasía sexual y sensual. La mujer esclavizada se haría cimarrona con la esperanza de ser madre libre para educar a sus hijos con sus propios valores afrocentrados y no con los que imponía la esclavitud.26

      La cimarrona que se fugaba para incorporarse a los territorios liberados o cumbes, huyendo de la pesadilla de la esclavitud, lo hacía por convicción propia. Sabía que esa fuga significaba la asunción de su libertad, corriendo los mismos riesgos que el hombre, asumiendo las consecuencias que esta valiente decisión le acarrearía en caso de que fuera capturada. Pero las consecuencias positivas estarían fundamentadas en la reivindicación de su derecho a ser humano.

      En líneas generales, el cimarronaje es la esencia del panafricanismo: no hay panafricanismo sin cimarronaje. Se diferencia de otras posturas en términos de organización y acción, y no tanto en términos teóricos o filosóficos. La crítica a la organización formal y permanente, junto a la defensa de la acción directa —incluyendo la que cae en la ilegalidad de los distintos sistemas jurídicos que la relación entre el kilombo y virreinato crea—, serían los dos elementos más característicos del cimarronaje. Así pues, el cimarronaje aboga por la organización informal de afinidad frente al kilombo. Las cimarronas defendieron el ataque directo —y violento cuando fue necesario— contra la plantación azucarera, el algodón, el Estado, la autoridad imperial española, y todos los símbolos de estos elementos. El resultado del movimiento de insurrección antiesclavista panafricanista más sobresaliente se dio en lugares como San Basilio de Palenque, Palmares, Capaya, Caucagua, Ocoyta, Taguaza, Chuspa, hasta la actual República de Haití. Cientos de miles de cimarronas se lanzaron a la lucha por su libertad; entre esas destacaron la figura de Wiwa, esposa de Benko Biojos, reina del palenque de Sierra María (Colombia), quien con su hija Orika, princesa del palenque de San Basilio, reconocida cimarrona, y su hijo Sando, continuó el proyecto de libertad, después de la muerte del líder el 16 de marzo de 1621. Otras mujeres palenqueras, grandes guerreras, fueron Polonia y Agustina.

      El buen señor que creó la Tierra, que nos da la luz desde lo alto, que soporta el océano y hace al trueno rugir. ¡Escuchad bien, todos vosotros! Este Dios, oculto en las nubes, nos observa. Él ve todas las barbaridades que el hombre blanco hace. El dios del hombre blanco lo llama a cometer crímenes; nuestro Dios solo pide de nosotros justicia y obras buenas. ¡Pero este Dios que es bueno también ordena venganza! Él dirigirá nuestras manos; Él nos ayudará. Tiren la imagen del dios de los blancos que tiene sed de nuestras lágrimas y escuchen la voz de la libertad que habla en el corazón de todos nosotros.

      Según la Enciclopedia de religión africana se explica que «la sangre del animal, y algunos dicen que los seres humanos también, fueron dados en una bebida a los asistentes para sellar un juramento y compromiso político de lealtad inquebrantable a la causa de la liberación de Sainte-Domingue».