. . Читать онлайн. Newlib. NEWLIB.NET

Автор:
Издательство:
Серия:
Жанр произведения:
Год издания:
isbn:
Скачать книгу
“(…) Se subraya el papel clave de la consulta y el fomento de la participación activa de las organizaciones de empleadores y de trabajadores en la planificación, la puesta en práctica y el seguimiento de las medidas de recuperación y resiliencia”.

      Lamentablemente, si en contextos de normalidad el Estado mostró su debilidad en la promoción de la negociación colectiva y el diálogo social, en la coyuntura actual esa omisión se acentuó.

      Hay que recordar que la décimo cuarta política del Acuerdo Nacional (que data del año 2002) denominada Acceso al Empleo Pleno, Digno y Productivo, adopta un conjunto de compromisos orientados básicamente a mejorar el acceso al empleo y las condiciones del empleo, por los principios y directrices que recoge dicho documento, el mismo es planamente coincidente con el concepto de “trabajo decente”, es así que “empleo digo” y “trabajo decente” son conceptos similares y plenamente coherentes con los principios y directrices constitucionales.

      El diálogo social, por ejemplo, está recogido tanto en el acuerdo nacional como en el concepto de trabajo decente. Ambos conceptos se conectan con el concepto de Estado Constitucional de Derecho y como directrices, las mismas orientan los deberes del Estado en el desarrollo de políticas públicas. El Estado puede cumplirlas o incumplirlas en mayor o menor medida, pero no puede desvincularse de los efectos ni de su responsabilidad en el mayor o menor cumplimiento de aquellas directrices.

      El diálogo social se relaciona con la necesaria participación de trabajadores y empleadores en el desarrollo de las políticas públicas incluida la de Seguridad y Salud en el Trabajo —SST—.

      La particular estructura del mercado de trabajo peruano hace resaltar el alto porcentaje que representan los “no asalariados” (o autónomos) en la distribución de la PEA ocupada (casi el 51%), lo que significa un primer gran problema para el cumplimiento de medidas de seguridad y salud en el trabajo.

      Por su parte, en el ámbito de los trabajadores formales predomina, con una relación de casi tres de cada cuatro (o de 3/4 partes), el contrato a plazo fijo sobe el contrato a plazo indefinido.

      Los altos niveles de informalidad laboral, la precariedad en la duración del vínculo y el predomino del contrato a plazo fijo, la bajísima tasa de afiliación sindical (apenas 6% del universo de trabajadores formales) y la marcada fragmentación de los trabajadores asalariados a partir de la creación de regímenes laborales con diferentes derechos (fragmentando también sus intereses) dificulta y debilita su capacidad de organización y con ello su posibilidad de participación efectiva en los espacios de diálogo, afectando también gravemente su capacidad de organizarse para representar colectivamente sus intereses, en resumen los debilita como sujetos sociales.

      En un contexto como el actual el estado debería desarrollar una política seria de promoción de las organizaciones de trabajadores, así como fortalecer las existentes y generar espacios de diálogo donde los trabajadores puedan alcanzar un mayor y mejor nivel de representación colectiva de sus intereses.

      El escaso nivel de organización de los trabajadores asalariados, representado por el 6% de la tasa de afiliación sindical, genera una severa limitación a la posibilidad de ejecución de las políticas públicas y a su cumplimiento y es que, si las políticas de SST finalmente pretenden llegar al ámbito de la empresa, encuentran un serio problema con la ausencia de organizaciones que representen los intereses colectivos de los trabajadores para la defensa de sus derechos. Se debe promover la organización de los trabajadores o los espacios de participación existentes o la creación de nuevos espacios, un ejemplo de ello es lo ocurrido con los trabajadores del servicio de delivery, se perdió una gran oportunidad de organizarlos como primer paso para la formalización laboral de esta actividad.

      En el segmento de la microempresa, que el que más empleo absorbe en el país, aunque informal; es clave dar un primer paso hacia la construcción de una cultura de la SST como establecen la Política y el Plan de SST, por ello es importante extender la cobertura del SCTR a las microempresas que realizan actividad de riesgo más aún a las que realizan servicios esenciales. Para ello se pueden utilizar esquemas de subsidios estatales para el pago de las primas debido a la escasa productividad de este segmento lo que presiona a la baja su nivel de ingresos que a la vez debilita su capacidad económica para asumir el pago de contribuciones vinculadas al trabajo asalariado.

      En el ámbito de la microempresa al año 2017 existían 775 011 microempresas siendo el 33,5% de ellas formales (tenían a sus trabajadores en algún régimen laboral sea el general o el especial), apenas unas 56 901 microempresas (es decir el 7,3% del total de microempresas) se encontraban en el régimen de la microempresa inscritas en el REMYPE y permanecían activas las mismas que empleaban a casi 260 000 trabajadores. Es importante considerar este segmento de microempresas formales para desarrollar políticas de SST y que el mismo sirva de “banco de prueba” para el desarrollo de estrategias de formalización en SST de cara a formalizar el sector informal.

      La Ley de Seguridad y Salud en el Trabajo —LSST— establece una rectoría sectorial bicéfala, colocando como rectores del Sistema de SST al Ministerio de Trabajo y Promoción del Empleo —MTPE— y al Ministerio de Salud —MINSA— ello exige una intensa coordinación entre ambos sectores más aún si el “sistema” involucra muchas instituciones (ESSALUD, ONP, Compañías de Seguro, SBSAFP, entre otras). En este escenario complejo y de competencias dispersas, cobra relevancia la Política Nacional de Seguridad y Salud en el Trabajo y el posterior Plan Nacional de SST 2017-2021 como elementos articuladores. Si la Política y el Plan son los documentos articuladores del disperso sistema el espacio articulador es el Consejo Nacional de Seguridad y Salud en el Trabajo —CONSSAT—.

      Los siguientes cuadros resumen la evolución de accidentes de trabajo en los últimos años:

      De la información mostrada, un dato importante a destacar es el crecimiento de los accidentes mortales, los accidentes de trabajo