Los visigodos. Hijos de un dios furioso. José Soto Chica. Читать онлайн. Newlib. NEWLIB.NET

Автор: José Soto Chica
Издательство: Bookwire
Серия:
Жанр произведения: Документальная литература
Год издания: 0
isbn: 9788412207996
Скачать книгу
= el Estado», dando a entender que el emperador es el garante de la seguridad del Imperio.

      Los tervingios fueron muy capaces de sobrevivir y expandirse en el turbulento mundo de la frontera romana. No sabemos tanto sobre ellos como sobre otros pueblos como por ejemplo los alamanes. Pero es muy probable que se estructuraran de forma muy parecida. Así, en el 357, cuando el césar Juliano, el futuro augusto Juliano el Apóstata se enfrentó a los alamanes, estos estaban organizados bajo la jefatura de dos reyes supremos pertenecientes a la misma familia, Chonodomario y Serapión. Este último, Serapión, al igual que Atanarico, el tercero de los jueces tervingios, era hijo de un rehén educado en territorio romano. Por debajo de los dos reyes supremos, Chonodomario y Serapión, había cinco reyes de poder algo menor, diez príncipes y un gran número de nobles y siguiéndolos a todos, bien por una soldada, bien por cumplir juramentos personales debidos a sus protectores o benefactores, 35 000 guerreros de diversas tribus y pueblos.

      Puesto que los alamanes y los tervingios desempeñaron un papel militar y político muy similar durante el periodo que comprende los años del 331 al 376, se puede deducir también que su poderío militar era asimismo muy parecido: en torno a 35 000 guerreros.

      Por tanto, trataré ahora de arrojar nueva luz sobre el origen de los tervingios y sobre las tensiones y fuerzas internas que operaron en su seno desde un principio, atrayendo la atención del lector hacia una noticia poco recordada por la historiografía especializada y que aparece en la vida del «Divino Aureliano» de la Historia augusta, la cual cronológicamente se ubica hacia el 274. Veamos esa noticia.