Hacia la Gran Universidad Chilena. Arnoldo Hax. Читать онлайн. Newlib. NEWLIB.NET

Автор: Arnoldo Hax
Издательство: Bookwire
Серия:
Жанр произведения: Документальная литература
Год издания: 0
isbn: 9789561426269
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universidades del país, señala Morison73, siguieron las reformas que Harvard había adoptado; era claro que Eliot, al asumir los lineamientos de la universidad alemana, estaba imponiendo nuevos estándares para sus congéneres en los Estados Unidos.

      En el año 1933, comienza el nazismo a dominar la escena política y social de Alemania. Esto genera una profunda alteración social que provoca la vertiginosa declinación de su sistema universitario, lo que trae como consecuencia una masiva emigración de académicos y científicos hacia otros países, beneficiando especialmente a Inglaterra y los Estados Unidos. De allí se inicia un tercer influjo de la universidad alemana, como consecuencia del relevante trabajo que realizaron los académicos y científicos alemanes, muchos de los cuales emigraron hacia la universidad de Estados Unidos durante la Segunda Guerra Mundial.

      De alguna manera este último período ayuda a construir el puente entre el período de la “Universidad Moderna” y la “Research University”. Al respecto, Jonathan Cole señala en un reciente artículo:

       “Durante las tres primeras décadas del siglo XX, los alemanes dominaban la educación superior. Sus académicos obtenían la mayoría de Premios Nobel, y eran la envidia del mundo, así como nosotros ahora lo somos. Pero bastaron algunas acciones legales para que el sistema fuera destruido en un plazo de meses. Así comenzó un proceso de emigración de intelectuales hacia Inglaterra y los Estados Unidos, académicos, científicos e ingenieros, que tuvieron un efecto muy positivo en el crecimiento y despegue de la Gran Universidad Americana” 74 .

      Con respecto al enorme impacto que estos tres influjos tuvieron en la universidad de Estados Unidos, nos parece ilustrativo citar la anécdota que relata el ex rector del MIT Charles M. Vest, en su libro sobre la Universidad de Investigación Americana75, con la que simboliza el cierre del ciclo. Allí recuerda una conversación que sostuvo como rector con su par de la Universidad Humboldt de Berlín, donde este le pide su consejo sobre cómo el modelo de la universidad de investigación en Estados Unidos puede ser exitosamente transferido ahora hacia la universidad en Alemania. Es el reverso del paradigma de excelencia entre ambos países.

      REFORMA DE HARVARD: UN NUEVO COMIENZO

      [RECTOR CHARLES W. ELIOT, 1869-1909]

      Coinciden los historiadores en señalar que durante la presidencia de Charles W. Eliot se estableció la “Universidad Moderna” en Estados Unidos. Fue Eliot quien, con gran audacia y en un ambiente no exento de fuertes polémicas, lideró durante cuarenta años un profundo proceso transformador de la universidad, que involucró tanto cambios estructurales como organizativos. Refunda el college, crea la Facultad de Artes y Ciencias, coloca requisitos educativos previos a las Escuelas Profesionales y recupera para Harvard su primacía dentro del sistema universitario global. Pero estos impresionantes logros no lo liberaron de severas críticas, al punto que, como el mismo señalara:

       “Durante mis primeros veinte años de servicio aquí, yo era muy consciente que tenía que tratar con hombres que, por decir lo menos, no estaban agradados por mi presencia”, agregando luego no sin humor e ironía “mientras más escuchaba sus críticas y objeciones hacia mí, más estaba de acuerdo con ellos” 76 .

      Para situarnos en los alcances de su tremenda labor, conviene citar dos elocuentes testimonios de quienes han estudiado en profundidad su historia. Samuel Morison señala que en la Universidad de Harvard aparecen con nitidez dos momentos muy singulares: el primero referido al tiempo de su fundación, y el segundo a la “era Eliot”, como él llama el período de su rectoría, donde queda establecido el modelo de universidad que iba a emerger y perdurar77. Un hombre de nuestros tiempos, Derek Bok, dos veces rector de la misma universidad y prestigiado autor sobre temas de educación superior, considera a Charles Eliot como el verdadero responsable de transformar lo que hasta entonces era el “Harvard College”, en lo que hoy conocemos como la “Harvard University”78.

      Estos testimonios hablan claramente de la relevancia de este período, el cual, como todo proceso de transformación, no estuvo exento de polémicas. En su tiempo miembros de la comunidad universitaria llegaron a calificar al rector Eliot como su enemigo público número uno, y solo gracias al apoyo que el “Committee of Overseers” le brindaba, pudo concretar su visión sobre la necesidad de una transformación radical de la universidad, y desarrollarla hasta alcanzar a ver sus notables frutos. Esto constituye una verdadera “prueba de fuego” sobre su mejor forma de gobierno, ya que si hubiera dependido de la opinión interna del claustro académico, el rector no habría permanecido en su cargo, y no se habrían ejecutado los cambios en la oportunidad y profundidad que él inspiró.

      De la reflexión de Eliot sobre la naturaleza de la empresa educativa y su relación con el cuerpo de conocimientos acumulados, se origina un gran cambio en la manera en que la universidad estructura sus programas. Eliot entiende que este patrimonio intelectual no es un”peso muerto” que forzosamente hay que transmitir e inculcar en la memoria de aprendices, sino que debe permitir que estos, con talentos e intereses diversos, sean responsables de la construcción de su camino y con ello del país del futuro79. De allí que se jugará por entero para lograr que el college estimule la capacidad de juicio para tomar decisiones propias, eliminando prácticamente toda la carga de estudios obligatorios de la malla curricular vigente en ese tiempo80. Podemos imaginar el impacto que significó pasar de este rígido sistema que había perdurado por más de doscientos años, a uno que solo exigía a los estudiantes cumplir con requisitos comunes de manejo oral y escrito del idioma inglés, ya que el resto quedaba en sus propias manos. Confiaba en el criterio de sus talentosos estudiantes. Su norte era la libertad.

      Luego de una exitosa trayectoria en materias de administración universitaria dentro de Harvard, y un desempeño no tan destacado como profesor de Química, Eliot decide partir a Europa para estudiar en terreno las experiencias más exitosas en educación superior. Regresa en 1867 para ocupar un cargo como profesor de Química en el MIT y servir como parte del Committee of Overseers de Harvard. Este mismo consejo, muy impresionado por la visión de este joven de 35 años sobre la transformación que debería experimentar el sistema universitario de Estados Unidos, lo elige dos años después como su rector. Tomando como referencia la experiencia de la Universidad de Yale, el entonces Profesor Eliot publicaba antes en un diario de circulación local:

       “El legítimo éxito de Yale, al más alto nivel y también en pequeña escala, muestra el camino a recorrer por todas las más importantes universidades de Estados Unidos, que ambicionan merecer tal denominación. Las transformaciones de su Escuela de Derecho en 1860, el abandono de métodos profesionales inadecuados, para asumir la modalidad del college, más que una aparente declinación, constituye un progreso real. Un esquema lineal ha sido sustituido por otro metódico y complejo” 81 .

      Eliot no fue el “inventor” de esta nueva modalidad, ya que, como Yale, otras universidades ya habían emprendido este camino antes que él. Aparentemente el primero fue su admirado amigo Francis Wayland82, que como rector de la Universidad de Brown (1827-55), había llevado adelante estos cambios en 1850. A este respecto, en un discurso público Eliot le brindó su reconocimiento, señalando:

       “Cada estudiante debe estudiar lo que él elija, todo lo que él elija, y nada más que lo que él elija. Estos nuevos métodos, que fueron desarrollados con gran esfuerzo por el Dr. Wayland, lo obligaron el año 1855 a renunciar. Su sucesor inmediatamente reestableció el antiguo Plan de Estudio de cursos obligatorios. De ahí nos hemos acostumbrado a escuchar de los opositores al sistema de cursos electivos que el experimento del Dr. Wayland había fallado. Sería más exacto decir que fue abandonado (…) estoy seguro que cuando los historiadores del mañana se ocupen de la transformación gradual de las instituciones de educación superior de los Estados Unidos, que hicieron posible la existencia de su propio camino académico, el nombre de Francis Wayland aparecerá muy arriba en la lista de los hombres que realmente contribuyeron a tan feliz logro” 83 .

      Junto con esta profunda reforma del College Americano, que Eliot se ocupó de