Hacia la Gran Universidad Chilena. Arnoldo Hax. Читать онлайн. Newlib. NEWLIB.NET

Автор: Arnoldo Hax
Издательство: Bookwire
Серия:
Жанр произведения: Документальная литература
Год издания: 0
isbn: 9789561426269
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igualdad de oportunidades a todos los postulantes a la universidad. Surge de allí el Scholastic Aptitude Test (SAT), desarrollado hasta ese entonces por la Universidad de Princeton. Pero sus esfuerzos no quedaron allí. Con su visión proyectó también una nueva institucionalidad que se hiciera cargo del desarrollo y mejoramiento continuo de este relevante instrumento. Así, bajo su presidencia en el Comité ad hoc, se crea en el año 1947 el muy influyente y hoy mundialmente reconocido Educational Testing Service (ETS). En relación con sus académicos, procuró también atraer a los jóvenes más brillantes a la carrera académica, cuya distinción no estuviera dada por su origen social, sino más bien por su intelecto y carácter.

      Como hemos señalado, durante la gestión de Conant se marca un punto de inflexión en la trayectoria que mantenía el Harvard College desde la época de los rectores Eliot y Lowell. En medio de la Segunda Guerra Mundial, el rector Conant junto al decano de la Facultad de Artes y Ciencias, Paul H. Buck, iniciaron una profunda revisión de su currículum. El trabajo de una comisión especialmente convocada para estos efectos culminó con la creación del “Plan de Educación General”, el que se mantuvo vigente por los siguientes treinta años. Conant, en el famoso “Red Book”, que recoge las recomendaciones de esta comisión, publicado el año 1945 bajo el título “General Education in a Free Society”100, aporta su visón sobre la tarea a la que estaba convocando:

       “La Guerra ha precipitado que aparezca un conjunto de libros y artículos sobre la tarea educacional. En particular el futuro del college y su modelo basado en las artes liberales ha sido material de amplio debate dentro y fuera de la academia. Sería difícil encontrar una universidad en el país que no haya constituido un comité para tratar estos asuntos y proponer drásticos planes referidos a su currículo (…) Por ello, he convocado un comité, compuesto por académicos de diversas facultades, que se ocupe del tema de la educación general, tanto a nivel secundario como universitario.

       ”El corazón de este asunto es la continuidad de la tradición humanista y liberal. Ni la mera adquisición de conocimientos, ni el desarrollo de habilidades y talentos serán capaces de entregar la base desde la cual entender lo que es esencial para nuestra civilización y merece ser preservado (…) No hay nada nuevo en nuestros objetivos educacionales; lo que es novedad en este siglo es el acceso universal en los Estados Unidos a la educación, lo que implica no estar mirando lo que pasa con unos pocos, sino con una multitud” 101 .

      La profundidad del análisis y la calidad de la reflexión que este texto contiene tuvieron un impacto muy significativo en todo el sistema universitario de Estados Unidos, y muchos de estos conceptos mantienen plena vigencia, particularmente en relación con el nuevo enfoque propuesto para entregar los contenidos de formación general a sus estudiantes.

      Tal como señala Phyllis Keller en su libro “Getting at the Core”, la idea de retomar los principios de la educación general venía ya de los tiempos posteriores a la Primera Guerra Mundial. Columbia College y la University of Chicago fueron los pioneros. Así, Columbia introdujo el año 1919 su primer curso general requerido para todos los estudiantes de primer año, que trataba sobre la “Tradición Intelectual de Occidente”, para luego, diez años más tarde, crear un segundo curso sobre “Civilizaciones Contemporáneas”. Ya en la década de los treinta, el éxito de estos cursos llevó a la creación de una secuencia completa de cursos en ciencias y humanidades que ocupaban los dos primeros años del college. Tan fuerte era este compromiso con la educación general que al año 1953 los estudiantes de Columbia no requerían concentrar parte de sus estudios en un programa de especialidad.

      La University of Chicago en tanto, prosigue Keller en su análisis, decide durante las décadas del treinta y cuarenta llevar adelante una experiencia aún más radical. En ella, la universidad proponía una reforma estructural del sistema educacional no solo en el pregrado, sino además en los dos últimos años de la secundaria, generando un programa de educación general que ocupaba esos dos años escolares, más los dos primeros del college universitario, sin dejar espacio para cursos electivos ni especializados. Este esfuerzo probó ser impracticable, y en la década de los cincuenta Chicago adoptó la modalidad de concentraciones especializadas y un conjunto de cursos que satisfacían los requerimientos de una formación general. Estas tres experiencias, Columbia, Chicago y luego Harvard, comparten algunos valores fundamentales, como el esfuerzo consciente de la universidad por entregar contenidos que vayan más allá de la mera formación profesional o especializada.

      PLAN DE EDUCACIÓN GENERAL (HARVARD RED BOOK)

      Volviendo a Harvard, tal como señalan los miembros del Comité ad hoc que había propuesto el nuevo plan para el college102, su propósito está orientado a cultivar en el mayor número posible de ciudadanos una apreciación de las responsabilidades y beneficios que emergen de ser americanos e individuos libres. Ello lleva a plantear la pregunta central de los estudios generales sobre si es posible o no, en este tiempo y lugar, adherir a un común propósito de la educación y compartir estándares que pudieran ser alcanzados por una proporción mayoritaria de la población. Formar jóvenes que alcancen su único y particular nivel de desarrollo, al tiempo que vivan una misma experiencia que los califique como ciudadanos y herederos de una misma cultura, la que compartirán luego con otros.

      Sin perjuicio de que estas son preocupaciones de siempre, el reporte destaca como signo de los tiempos la expansión y especialización del conocimiento, lo que lleva a renovar la pregunta sobre el adecuado balance entre la formación especializada que conduce a múltiples destinos, y los estudios generales que aspiran a una formación basada en una común herencia y sentido de ciudadanía. Ello acompañado por el explosivo aumento de jóvenes dentro del sistema educacional, en una sociedad que está también cambiando de manera vertiginosa. En este contexto, y para graficar lo que representaba la magnitud de estos cambios, los autores señalan que responder a estos desafíos es como “construir una casa cuyas especificaciones están siempre cambiando, o resolver una ecuación en la que permanentemente introducimos nuevas variables desconocidas”103.

      Para contextualizar la nueva propuesta de estudios generales, el comité destaca dos hitos en la historia moderna del college: primero, la liberalización de los programas de estudio realizada a fines del siglo anterior por el rector Eliot, la que permitió a los jóvenes de Estados Unidos acceder a conocimientos avanzados, que hasta la fecha era una posibilidad que tenían aquellos que realizaban sus estudios en Europa. De allí ratifican el segundo paso dado por el rector Lowell hacia la sistematización de una parte de los estudios en torno a una disciplina o área del conocimiento, que dio origen —como señalamos— a los conceptos de “concentración y distribución”. Reconociendo estos aportes, señalan la urgente necesidad de abordar la tarea de modernizar y ampliar los contenidos de la educación impartida en el college, marcando la tensión entre las ideas de tradición y cambio inherentes a cada tiempo.

      EDUCACIÓN Y DEMOCRACIA

      La doble cuestión de educación y democracia, su íntima relación, es un asunto que cruza transversalmente el reporte y luego queda plasmado en sus principales recomendaciones. Citando algunos de sus contenidos:

       “Somos parte del orgánico proceso que representa la evolución de los Estados Unidos y el mundo occidental. Nuestros criterios para establecer juicios, nuestras formas de vida y también nuestras formas de gobierno marcan este sentido de evolución (…) los objetivos educacionales en una sociedad libre envuelven dos valores: aquel referido al individuo y el que apela al sentido de sociedad. La democracia es una comunidad de hombres libres” 104 .

      El concepto de “educación liberal” nace en la antigua Grecia, y con él quería hacerse la distinción entre la formación “utilitaria y especializada” que recibían los esclavos para ejercer sus oficios, de aquella que recibía el ciudadano libre, que se ocupaba de los grandes asuntos del Estado. Con el arribo de la sociedad democrática y su reconocimiento de que no solo unos pocos, sino todos hemos nacido con iguales derechos y libres para escoger nuestros caminos, cambian profundamente los alcances de este concepto. En nuestra sociedad y cultura occidental,