Rompamos el silencio. María Elena Mamarian. Читать онлайн. Newlib. NEWLIB.NET

Автор: María Elena Mamarian
Издательство: Bookwire
Серия:
Жанр произведения: Сделай Сам
Год издания: 0
isbn: 9789871355976
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muy especial. Es el día de mi funeral. Anoche por fin logró matarme. Me golpeó hasta morir. Si por lo menos hubiera tenido el valor y la fortaleza de dejarlo... Si hubiera aceptado la ayuda profesional... hoy no habría recibido flores.

      Relato anónimo

      «¡Crimen pasional!». Cada día, y desde hace muchos años, recibimos noticias tituladas de este modo a través de los medios masivos de comunicación. Pero sólo en los últimos tiempos comenzó a asociarse el mal llamado «crimen pasional» con casos graves de la violencia familiar que llegan al homicidio de la pareja y en algunos casos al posterior suicidio del agresor, además de las víctimas colaterales: femicidios vinculados, es decir, muerte de familiares, hijos que se quedan sin madre, o que también son muertos en la masacre. En esta misma semana fuimos sacudidos, en nuestro país con la noticia de un hombre que mató a sus cuatro pequeños hijos para luego suicidarse. ¿El motivo de tamaño horror? Castigar a la esposa que había abandonado recientemente la relación debido a los constantes malos tratos recibidos de su esposo. Estos hechos tienen una frecuencia alarmante. Se estima que en la Argentina cada treinta horas muere una mujer asesinada por su pareja, su ex pareja, o alguien muy próximo de su entorno. La mayoría de las veces se trata del hombre que, llevado por celos enfermizos y una ira incontrolable mata a su compañera, en muchas ocasiones cuando ésta se ha separado de él, haya o no formado otra pareja. También suceden casos muy aislados en que es la mujer la que mata a su pareja en defensa propia o empujada por el miedo y la desesperación al verse acorralada en una relación de maltrato de la que no puede ni sabe salir de otra manera. Y es cierto: el maltrato en la familia o en una pareja puede llevar a estos extremos.

      Algunos datos estadísticos para ilustrar:

      En Argentina

      La Organización Civil Casa del Encuentro se dedica desde hace varios años a relevar los datos relativos a femicidios que llegan a las primeras planas de los medios de comunicación. Se descuenta que estas cifras sólo son una proporción menor respecto de las cifras reales difíciles de conocer. Un periódico local refiere:

      Mientras se discute la efectividad de las medidas para proteger a las víctimas de la violencia de género, los femicidios siguen ocurriendo.

      Durante 2015, 286 mujeres murieron en todo el país a manos de hombres que, en el 71% de los casos, tenían algún vínculo cercano con ellas. Los asesinatos, la mayoría cometidos con armas, dejaron a 214 chicos sin su madre.

      Tal como ocurrió en otros relevamientos, la gran mayoría de los hechos de violencia de género se cometieron dentro del hogar. Setenta y seis de los crímenes sucedieron en la vivienda de las mujeres. En tanto, 72 de los homicidios ocurrieron en el inmueble que la víctima compartía con su pareja.1

      Pese al esfuerzo de muchos sectores sociales que se movilizan para visibilizar y alertar sobre esta realidad, a la par que reclamar por los derechos humanos de las mujeres y su protección por parte del Estado, como las marchas promovidas por el colectivo “Ni una menos”, los femicidios en el país lamentablemente no han disminuido. Por el contrario, en 2016 se registraron 290 femicidios en el país y, como consecuencia, 401 hijos perdieron a sus madres (242 de ellos menores de edad). La mayoría de esas mujeres tenía entre 19 y 30 años (102 casos), y entre 31 y 50 años (103). Cada 30 horas en promedio, una mujer es asesinada en Argentina por su género. En lo que va del presente año -2017- incluso estas cifras han ido en aumento.

      En el mundo

      Los datos de una gama amplia de países indican que la violencia en la pareja es la causa de un número significativo de muertes por asesinato entre las mujeres. Estudios efectuados en Australia, Canadá, los Estados Unidos, Israel y Sudáfrica revelan que en 40% a 70% de los asesinatos de mujeres las víctimas fueron muertas por su esposo o novio, a menudo en el contexto de una relación de maltrato constante. Esto contrasta notablemente con la situación de las víctimas masculinas de asesinato. En los Estados Unidos, por ejemplo, sólo 4% de los hombres asesinados entre 1976 y 1996 fueron muertos por su esposa, ex esposa o novia. [...]

      Los factores culturales y la disponibilidad de armas definen los perfiles de asesinatos cometidos por la pareja en diferentes países. En los Estados Unidos, el número de asesinatos de mujeres con armas de fuego es mayor que el cometido con todos los otros tipos de armas combinados. En la India, el uso de armas de fuego es raro, pero las golpizas y la muerte por fuego son comunes. Una treta habitual consiste en rociar a una mujer con queroseno, prenderle fuego y luego afirmar que murió en un «accidente de cocina». Los funcionarios indios de salud pública sospechan que muchos asesinatos de mujeres quedan ocultos por las estadísticas oficiales como «quemaduras accidentales».2

      El concepto de femicidio permite visibilizar las muertes violentas de mujeres por razones de género y, de esta manera, alcanzar una comprensión más acabada del fenómeno y sus causas. En el marco de la “Declaración sobre el Femicidio” del año 2008, se definió este término como: la muerte violenta de mujeres por razones de género, ya sea que tenga lugar dentro de la familia, unidad doméstica o en cualquier otra relación interpersonal; en la comunidad, por parte de cualquier persona o que sea perpetrada o tolerada por el Estado y sus agentes, por acción u omisión.3

      Estos no son hechos aislados, sino cotidianos y recurrentes, a los cuales tenemos que prestar mucha atención. Cerca nuestro puede que la vida de una mujer esté corriendo riesgo.

      La opinión pública se conmociona ante estos casos límite y los supone extraordinarios. Sin embargo, por cada crimen conocido, hay millones de «crímenes ocultos» que no llegan a la muerte, al menos de esta forma, y que están silenciados e invisibilizados dentro de las cuatro paredes del hogar. Es que la violencia en la pareja, como los otros tipos de violencia en la familia, suele ser escondida, por distintos motivos, tanto por parte del agresor como de la víctima. Y no sólo por ellos; también la sociedad ayuda a negar la existencia de esta problemática. Hasta en las iglesias hemos intentado ignorarla, sobre todo a través de prejuicios tales como: «esto no sucede en las familias cristianas», «los cristianos soportan toda clase de malos tratos», etc., que hemos comentado en nuestra introducción.

      Para tomar conciencia de la magnitud del problema, veamos algunos párrafos del Informe mundial sobre la violencia y la salud, publicado en inglés en octubre del año 2002 por la Organización Mundial de la Salud:

      En 48 encuestas basadas en la población efectuadas en todo el mundo, entre 10% y 69% de las mujeres mencionaron haber sido agredidas físicamente por su pareja en algún momento de sus vidas [...] Para muchas de estas mujeres, la agresión física no era un suceso aislado sino parte de una pauta continua de comportamiento abusivo.

      La investigación indica que la violencia física en las relaciones de pareja se acompaña a menudo de maltrato psíquico, y en una tercera parte a más de la mitad de los casos también hay abuso sexual. En el Japón, por ejemplo, entre 613 mujeres que en un momento dado habían sido maltratadas, 57% habían sufrido los tres tipos de abuso: físico, psíquico y sexual. Menos de 10% de estas mujeres habían experimentado sólo maltrato físico. [...]

      La mayoría de las mujeres que son víctimas de agresión física por lo general se ven sometidas a muchos actos de violencia con el transcurso del tiempo. En el estudio de León (Nicaragua), por ejemplo, 60% de las mujeres maltratadas durante el año precedente habían sido agredidas más de una vez, y 20% habían experimentado violencia grave más de seis veces. Entre las mujeres que notificaron una agresión física, 70% denunciaron maltrato grave. El número promedio de agresiones físicas durante el año precedente entre las mujeres que actualmente sufrían maltrato, según una encuesta efectuada en Londres, Inglaterra, fue de siete, mientras que en los Estados Unidos, según un estudio nacional realizado en 1996, fue de tres.4

      Una nota periodística de nuestro país sintetiza:

       En Brasil, cada 4 minutos una mujer es agredida en su hogar o por una persona de su entorno afectivo.

       En México, el 70 por ciento sufrió algún tipo de violencia por parte de su pareja.

       En Estados Unidos, cada 15 segundos una mujer es golpeada, por lo general, por su compañero íntimo.

       En