El Tesoro de David: la revelación Escritural a la luz de los Salmos. Eliseo Vila. Читать онлайн. Newlib. NEWLIB.NET

Автор: Eliseo Vila
Издательство: Bookwire
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Жанр произведения: Религия: прочее
Год издания: 0
isbn: 9788417131753
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no deberían precisar del testimonio de nuestros sentidos para que las tuviéramos por reales y creíbles; sin embargo, somos tan dados a los sentidos, y nuestra fe es tan débil y pueril, que las experiencias son de gran ayuda para nuestros corazones a la hora de fortalecer nuestra seguridad y confianza en Dios cara al futuro. Encomienda, por tanto, tus caminos a las manos Dios cada mañana,146 como leemos también en el versículo catorce de este salmo: “A ti se acoge el desvalido”. Y por la noche, analiza cómo Dios ha respondido a esa confianza, y no te duermas hasta haber constatado su fidelidad en tu corazón, encomendando luego tu descanso nocturno nuevamente en sus manos con una confianza renovada y absoluta.147 Y cuando se produzca alguna pérdida aparente, y te veas privado de algún goce que creías tener asegurado por la fe en tu Dios, observa cómo Dios compensa esa pérdida llenando el vacío; y no cejes hasta haber recuperado tu confianza y vindicado el buen nombre de Dios en tu corazón. Asegúrate de que no queda en ti un resquicio de insatisfacción; cerciórate de que tu espíritu redime plenamente su relación con su Señor; y reprende a tu alma por su desconfianza, como hizo David en el Salmo 42.148 De ese modo, contando con la bendición divina, darás nuevo aliento a tu fe, capacitándola, si fuera necesario, para afrontar pruebas más duras.

      WILLIAM GURNALL [1617-1679]

      “Christian in complete armour, or, a treatise of the saints war against the Devil”, 1655

      Tú eres el amparo del huérfano. Dios ejerce una providencia especial sobre quienes están en circunstancias más desfavorecidas; y entre sus muchas facetas destaca la de ser “amparo del huérfano”. Este es el argumento que se utiliza para describir el amparo divino en el retorno de Israel, la Iglesia, a Dios: “porque en ti el huérfano alcanzará misericordia”.149 ¿Qué consuelo puede haber mayor que este? El Ser que gobierna este mundo es tan sabio que no puede errar; tan fiel que no puede defraudar; tan compasivo que no puede descuidar a su pueblo; y tan poderoso, que si lo desea puede convertir las piedras en pan (…) Dios no gobierna el mundo a su antojo, como un rey absolutista; sino con sabiduría y bondad, como un padre tierno. Su mayor deleite no está en demostrar su poder soberano, o su sabiduría inconcebible, sino su inmensa bondad, a la que subordina todos sus demás atributos.

      STEPHEN CHARNOCK [1628-1680]

      “Discourses upon the Existence and Attributes of God. The Divine Providence”, 1682

      Tú lo has visto; porque miras los trabajos y la vejación, para dar la recompensa con tu mano. Si Dios no viera nuestras acciones ni vigilara nuestros caminos, podríamos pecar y salir impunes; pero las ve, con ojos demasiado puros como para contemplar la iniquidad y pasarla por alto, y está obligado, por su justicia y su honor, a castigar cuanta iniquidad vea. David hace de esto el principio fundamental de la superintendencia de Dios sobre los caminos de los hombres: “Tú lo has visto; porque miras los trabajos y la vejación, para dar la recompensa con tu mano; a ti se acoge el desvalido; Tú eres el amparo del huérfano”. Describe al Señor como si hubiera examinado todos los caminos de los hombres: “Tú lo has visto”. ¿Y qué ha visto? Pues toda la maldad y opresión sobre los pobres descritas en la primera parte del Salmo, así como el desprecio y la blasfemia de los impíos en su contra del versículo 13: ¿Por qué desprecia el malo a Dios? En su corazón ha dicho: Tú no lo inquirirás”. ¿Y qué dice acerca de Dios ante el desafío de este hombre necio y confiado? “Has contemplado la malicia y la vejación”. Pero ¿con qué fin?: “para hacer justicia con tu mano”. Como has visto el daño que ha cometido con malicia, has retribuirle con rectitud. El Señor no es un mero espectador de las cosas que suceden en su universo, a la vez retribuye y venga. Por tanto, partiendo de esta verdad irrebatible: que el Señor ve todos nuestros caminos y cuenta todos nuestros pasos,150 el profeta concluye que: “a los justos que les irá bien, porque el fruto de sus obras comerán”,151 y añade: “¡Ay del impío! Mal le irá, porque según las obras de sus manos le será pagado”.152 Pues solo los ídolos que tienen ojos que no ven, tienen manos que no golpean.153

      JOSEPH CARYL [1602-1673]

      Tú lo has visto; porque miras los trabajos y la vejación, para dar la recompensa con tu mano; a ti se acoge el desvalido; tú eres el amparo del huérfano. Haced saber a los pobres que su Dios cuida de ellos; y que castigará con vara los pecados de aquellos que les oprimen y expolian, por haber olvidado que somos miembros de un mismo cuerpo, los unos de los otros,154 y haberse apoderado de los bienes de sus hermanos. Dios los volverá contra sí mismos y los golpeará con sus propias varas; bien sea haciendo que sus planes fracasen y consuman su hacienda; o que sus descendientes malgastadores pongan alas a las riquezas que ellos han acumulado disipándolas en poco tiempo; o bien arrebatándoles su bendición e impidiendo que disfruten de sus riquezas, que serán traspasadas a otros que se muestren más misericordiosos con los pobres. Sigan, por tanto, los pobres el consejo del sabio: “ni en lo secreto de tu cámara digas mal del rico”,155 que no den cabida a un sentimiento de amargura anticristiana como fruto de una causa justa; que les sea consuelo suficiente saber que Dios es a la vez su apoyo y su se vengador. ¿No es suficiente para disipar las tormentas del descontento contra sus opresores saber que Dios ve su aflicción, y descenderá para liberarles y vengarles?

      EDWARD MARBURY [1581-1655]

      “A Commentary or Exposition Upon the Prophecy of Habakkuk”, 1650

      Tú lo has visto; porque miras las obras y la vejación, para dar la recompensa con tu mano; a ti se acoge el desvalido; tú eres el amparo del huérfano. Dios ve y considera todas nuestras obras, ¿vas tú a dejar de lado las obras de Dios? Si de una cosa puedes estar completamente seguro es que, si tomas en consideración las obras de Dios manifiestas en sus palabras y acciones, también Dios tomará en consideración las tuyas; obras que por sí mismas no valdría la pena considerar, pues son obras de pecado, tan viles que hasta tú mismo al contemplarlas sentirías vergüenza; y a pesar de que las aborrece con solo mirarlas, Dios las contempla y considera. El Señor, cuyos ojos son tan limpios y puros que rehúsan mirar la maldad más insignificante, y ni digamos ya aprobarla o tolerarla, se digna a contemplar tus iniquidades monstruosas, y a considerar tus obras impuras. “Tú –exclama David– lo has visto; porque miras las obras y la vejación, para dar la recompensa”. Dios, ha contemplado las obras más sucias e inmundas de los hombres, obras de opresión e injusticia, obras de intemperancia y lascivia, obras de ira y malicia, las ha considerado, las ha detestado y las retribuirá en consecuencia. Y si Dios contempla y considera todas las obras de los hombres, incluso las sucias y corruptas, ¿no deberán los hombres contemplar y considerar las obras de Dios, que son santas, justas y rectas?

      JOSEPH CARYL [1602-1673]

      Vers. 14-18. Dios se deleita en ayudar a los pobres, pues para él los mejores son los más débiles. A diferencia de los hombres, que cuando surge una disputa adoptan una actitud neutral hasta tener claro, no qué parte tiene la razón y cuál es más justo apoyar, sino qué parte es la más fuerte y tiene más probabilidades de ganar. Ahora bien, si algo hay en particular (además de la causa) que atrae e involucra a Dios es la debilidad de uno de los bandos. Se une a los muchos porque son débiles, no a los pocos porque son fuertes; por ello el salmista lo describe como ayudador de los desvalidos, y padre de los huérfanos, pues en él hallan los huérfanos misericordia. Y en este caso, por huérfano no hemos de entender únicamente aquel cuyos padres han fallecido, sino cualquiera que se encuentre en peligro, como Cristo prometió a sus discípulos: “No os dejaré huérfanos”,156 es decir, desvalidos, o (como algunos traducen) desconsolados; aunque sois como niños sin padre, yo seré vuestro Padre. A menudo los hombres son como esas nubes ligeras que se desvanecen en el mar: mandan regalos a los ricos y ayudan a los fuertes; pero Dios envía su lluvia sobre la tierra seca y presta su fuerza a los débiles (…) El profeta, partiendo de su propia experiencia, hace la siguiente descripción sobre el carácter de Dios:” fuiste fortaleza para el pobre, fortaleza para el necesitado en su aflicción, refugio contra la tormenta, sombra contra el calor”.157

      JOSEPH CARYL [1602-1673]

      Vers.