¿Por qué desprecia el malo a Dios? En su corazón ha dicho: Tú no lo inquirirás. Los siguientes versículos condensan una descripción de carácter de los malvados aclarando la fuente de su malicia, a saber, sus conceptos ateos sobre el gobierno del mundo. Algo que, como fácilmente se percibe, plantea una nueva petición urgente para que el Señor muestre su poder y haga patente su justicia. Pues cuando vemos que los impíos cuestionan justicia de Dios, tenemos derecho a pedirle que les muestre cuán terrible es. Este versículo descubre la esperanza del infiel y los deseos de su corazón: desprecia al Señor porque no cree que el pecado vaya a recibir un justo castigo: “En su corazón ha dicho: Tú no lo inquirirás”. Aun cuando no hubiera infierno para otros pecadores, debería haberlo para aquellos que cuestionan su justicia.
C. H. SPURGEON
¿Por qué desprecia el malo a Dios? En su corazón ha dicho: Tú no lo inquirirás. Dudas razonables sobre la futura retribución:
1 ¿Quién las consiente? “El malo”.
2 ¿Dónde las alberga?: “En su corazón”.
3 ¿Por qué motivo? Para aquietar su conciencia.
4 ¿Con qué consecuencias prácticas? “Menosprecia a Dios”. Quién no cree en el infierno, desconfía del cielo.
ANÓNIMO
Ha dicho en su corazón: Tú no lo requerirás. Como cuando el capitán advirtió al pirata, que estaba saqueando, diciéndole que a pesar de que ninguna ley podía tocarlo por el momento, tendría que responder por todo en el día del juicio, y respondió: «Si tan largo me lo fiais, aprovecharé para quedarme también con el barco y con vuestra misma persona». Una arrogancia con la que usurpadores y opresores se adulan en sus corazones, aunque no se atrevan a pronunciarla con sus labios.
THOMAS ADAMS [1583-1653]
Vers. 13, 14. ¡Cómo! ¿Crees que Dios no recuerda aquellos pecados que nosotros no consideramos? Te equivocas, pues cuando pecamos los va añadiendo en la cuenta, el Juez supremo lo anota todo en la tabla de sus recuerdos, y el tamaño del pergamino alcanza el cielo. Una nota por haber prestado con usura; otra por alquileres abusivos; otra por beneficios desproporcionados; otra por insultos y amenazas; una más por dejar morir de hambre a los pobres; otra por jugarse a los dados el fruto de sus pillajes y rapiñas; otra nota por dormirse en la iglesia; otra por profanar el Sabbath; otra por presumir; Dios anota todos los pecados y los revisará uno por uno. Y cada cual tendrá que responder de sus acciones: el fornicador de su placer sucio; el clérigo deshonesto de engatusar a miles de almas; el propietario de expoliar a sus inquilinos pobres con rentas abusivas; y así podríamos seguir hasta el infinito. Cuando la trompeta suene y cielos y tierra sean llamados a testificar en el juicio contra ellos,138 allí estarán todos conducidos cual rebaños de ovejas;139 cuando los cielos se desvanezcan como un pergamino y la tierra se consuma en fuego,140 cuando todas las criaturas creadas se alineen contra ellos, cuando las rocas se abran, las montañas crujan y los cimientos de la tierra tiemblen,141entonces dirán a los montes: “caed sobre nosotros y escondednos de la presencia, la ira y el enojo de Aquel a quien no tuvimos reparo en ofender”.142 Pero no tendrán manera de cubrirse ni dónde esconderse, antes bien retrocederán143 por un camino plagado de reptiles y serpientes, hacia un lugar lóbrego donde demonios los atormentarán perpetuamente.
HENRY SMITH [1560-1591]
en un sermón titulado “The Trumpet of the Soul founding to Judgement” 1578
Vers. 14. Tú lo has visto; porque miras el trabajo y la vejación, para dar la recompensa con tu mano; a ti se acoge el desvalido; tú eres el amparo del huérfano. [Tú lo has visto; porque miras los trabajos y la vejación, para dar la recompensa con tu mano; a ti se acoge el desvalido; tú eres el amparo del huérfano. RVR] [Tú lo has visto, porque has contemplado la malicia y la vejación, para hacer justicia con tu mano. A ti se acoge el desvalido; tú has sido amparo del huérfano. LBLA] [Sin embargo, Tú lo ves, porque observas el agravio y la vejación, para retribuirlo con tu mano. ¡A Ti se encomienda el desvalido!¡Tú eres el defensor del huérfano! BTX] [Pero tú ves la opresión y la violencia, las tomas en cuenta y te harás cargo de ellas. Las víctimas confían en ti; tú eres la ayuda de los huérfanos. NVI] [Pero tú lo has visto, tú miras la miseria y el dolor para acogerlos en tus manos. En ti se abandona el desvalido, tú eres quien protege al huérfano. BLP] [Pero tú ves los problemas y el dolor que causan; lo tomas en cuenta y los castigas. Los indefensos depositan su confianza en ti; tú defiendes a los huérfanos». NTV]
La vil insinuación del versículo 13: “Tú no lo requerirás”, recibe su respuesta en el versículo 14: “Tú lo has visto; porque miras los trabajos y la vejación, para dar la recompensa con tu mano”. Dios es todo ojos a la hora de ver las cosas, y todo manos para castigar a sus enemigos. No hay escondite de la supervisión divina, ni fuga de su justicia. Los excesos de todo tipo tendrán su merecido en desdicha, y los que albergan rencor heredarán tristeza y aflicción. Porque hay, en verdad, un Dios que juzga en la tierra. Mas no se limita castigar a los opresores, sino que se hace amigo de los oprimidos: “a ti se acoge el desvalido”. Los pobres, los menesterosos, los afligidos, se entregan por entero en manos del Señor; encomendando su causa y juicio a su divino entendimiento, sometiendo su voluntad a su soberanía, y confían que con ello las cosas les irán mejor. Dios nunca defrauda esa esperanza: les preserva en tiempos de necesidad, y hace que se regocijen en su bondad.
“Tú eres el amparo del huérfano” Dios es padre de todos los huérfanos. Cuando el padre terrenal duerme bajo la tierra, hay un Padre celestial que sonríe desde arriba. De un modo o de otro, los niños huérfanos reciben su alimento, y bien pueden, contando con un Padre semejante.144
C. H. SPURGEON
Tú lo has visto; porque miras los trabajos y la vejación, para dar la recompensa con tu mano. Debería aterrorizar a los malvados pensar que todo lo que hacen, lo hacen a la vista de Aquel que les ha de juzgar, y que los llamará a cuentas por cada pensamiento que hayan concebido en contra de su majestad. Debería causarles un miedo pavoroso saber que cuando arden de lujuria y maquinan con odio, cuando desprecian a los justos y hacen daño a los inocentes, no solo lo hacen “conspectu Dei”, “dentro de la mirada de Dios”, sino también “sinu divinitatis”, en el mismísimo seno de la deidad, la cual, a pesar de haberlos soportado durante un tiempo y dejarles correr cual: “asna montés acostumbrada al desierto, que en su ardor olfatea el viento”,145 con todo, finalmente los encontrará, los segará y los destruirá. Y eso que es motivo de terror para los impíos ha de ser consuelo para los piadosos, que Aquel que ha de escuchar sus oraciones y mandarles ayuda esté tan cerca de ellos; y debe motivarles a confiar más y más en él, porque sabemos que su presencia está siempre allí donde nos encontremos.
G. WILLIAMS
1636
A ti se acoge el desvalido. Buena parte del sufrimiento que atenaza nuestros corazones tiene su origen en la falta de confianza. Un alma incrédula anda sobre las promesas divinas como un caminante sobre una placa de hielo: al principio siente miedo y teme incontrolablemente que en cualquier momento pueda agrietarse. Pero el creyente que mantiene una comunión diaria con el Señor se familiariza con su poder, fidelidad, y demás atributos, y gana día a día en seguridad y confianza. Cuando atravesamos