El Tesoro de David: la revelación Escritural a la luz de los Salmos. Eliseo Vila. Читать онлайн. Newlib. NEWLIB.NET

Автор: Eliseo Vila
Издательство: Bookwire
Серия:
Жанр произведения: Религия: прочее
Год издания: 0
isbn: 9788417131753
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ciertamente resulta concluyente en el más alto grado. Ya que el testigo ha penetrado en las cámaras más secretas de su corazón, y se dispone ahora a decirnos lo que ha escuchado:

      “Dice en su corazón: No seré inquietado jamás; nunca me alcanzará el infortunio”. ¡Su impertinencia se ha arraigado! Se considera inmutable y omnipotente, o no se creería inmune a la adversidad. Se tiene a sí mismo por un privilegiado. Se sienta solo, y afirma que jamás gustará aflicción. Su ficción le hace creer que anida en las estrellas, y no sueña siquiera que una mano poderosa pueda bajarlo de ahí. Recordemos, sin embargo, que su casa está construida sobre la arena,76 sobre un fundamento tan inestable como las olas del mar. Quien se cree demasiado seguro, nunca está realmente seguro. Pues las jactancias no son contrafuertes, y la confianza en uno mismo es baluarte fácilmente quebradizo. En esto consiste la perdición de los necios, en que cuando tienen éxito se ufanan, se engrandecen a sí mismos y se hinchan de orgullo, como si su verano fuera a durar para siempre, y sus efímeras flores a florecer eternamente. ¡Sé humilde, oh necio más que necio, porque eres mortal, y tu suerte es mutable!

      El segundo delito queda ahora a la vista. El hecho de que sea orgulloso y arrogante deja la puerta abierta para demostrar que es vengativo y cruel. Fue el orgullo de Amán el que engendró el proyecto cruel de acabar con todos los judíos.77 Fue el orgullo de Nabucodonosor el que le hizo construir una estatua de oro, mandar que todos se inclinaran ante ella, y ordenar cruelmente calentar el horno siete veces para acabar con todo aquel que no se rindiera a ante su voluntad.78 Cada pensamiento de orgullo tiene un hermano gemelo de crueldad. Todo aquel que se enaltece a sí mismo desprecia a los demás, y queda a un paso de convertirse en un tirano.

      C. H. SPURGEON

      Dice en su corazón: No seré inquietado jamás; nunca me alcanzará el infortunio. La soberbia provoca un falso concepto de invulnerabilidad carnal que abre la puerta del alma a todo tipo de impiedades. Cuentan de Pompeyo79 que habiendo fracasado en su asedio a una ciudad y no habiendo podido tomarla por la fuerza, se ingenió una estratagema: les propuso abandonar el sitio y firmar un tratado de paz, a condición de que dejaran entrar en la ciudad a un puñado de soldados heridos y enfermos para ser atendidos. Los defensores de la ciudad, creyéndose seguros, los dejaron entrar; y vez dentro, estos soldados abrieron la puerta al ejército invasor. Una falsa seguridad basada en falsos principios carnales acaba siempre abriendo la puerta del alma a un ejército de engaños y lujurias.

      THOMAS BROOKS [1608-1680]

      Dice en su corazón: No seré inquietado jamás; nunca me alcanzará el infortunio. Practicar la fe por la vía fácil; felicitarnos a nosotros mismos por haber alcanzado la meta antes de habernos esforzado en correr la carrera;80 alargar las manos para recibir la corona de justicia antes de habernos empleado a fondo en librar la batalla;81 contentarnos con una paz falsa, y no esforzarnos en alcanzar las gracias ligadas al verdadero consuelo: es una calma siniestra, similar a la que describen los navegantes, y que señala la inminencia de una tempestad terrible.82 De repente, en plena tempestad en medio del océano, las olas cesan, las nubes desaparecen el viento deja de soplar y el mar queda en calma, con la superficie del agua lisa y trasparente como un cristal: el pasajero inexperto se tranquiliza y respira feliz, pero los viejos marineros tiemblan. Pronto el viento vuelve a rugir, chorros de espuma barren la cubierta, los cielos se encienden y cada ola es una amenaza de muerte. ¡Muchos se creen seguros y a salvo cuando en realidad están en el ojo de la tormenta!

      JACQUES SAURIN [1677-1730]

       “Sermons choisis sur divers textes de l’Ecriture sainte: Romains VII 38-39”

      Vers. 7. Llena está su boca de maldición, y de engaños y fraude; debajo de su lengua hay vejación y maldad. [Llena está su boca de maldición, y de engaños y fraude; debajo de su lengua hay vejación y maldad. RVR] [Llena está su boca de blasfemia, engaño y opresión; bajo su lengua hay malicia e iniquidad. LBLA] [Su boca desborda de insultos, de engaños y de opresión, debajo de su lengua hay agravios y maldades. BTX] [Llena está su boca de maldiciones, de mentiras y amenazas; bajo su lengua esconde maldad y violencia. NVI] [Su boca está llena de maldición, mentira y engaño; bajo su lengua hay injusticia y maldad. BLP] [Su boca está llena de maldiciones, mentiras y amenazas; tienen maldad y violencia en la punta de la lengua. NTV]

      Llena está su boca de maldición, y de engaños y fraude; debajo de su lengua hay vejación y maldad. Vamos a escuchar ahora el testimonio de sus palabras. Dejemos que el desdichado hable por sí mismo, porque su propia boca lo va a condenar, pues: “Llena está su boca de maldiciones, de engaños y amenazas”. Y no de un poco de engaño, sino que tiene la boca colmada de él. Una serpiente de tres cabezas se ha enroscado dentro de su boca renegrida soltando veneno. Escupe maldición tanto contra Dios como los hombres, engaños con los que atrapa a los incautos, y fraude que utiliza para esquilmar a sus vecinos incluso en los tratos del día a día. Hay que tener mucho cuidado con una persona así: solo el ganso más tonto acudirá al discurso del zorro,83 y solo un necio redomado se asociará con bribones. Pero sigamos adelante y examinemos que hay debajo de su lengua. ¿Y qué encontramos? “Bajo su lengua hay vejación y maldad”.84 En lo más profundo de su garganta habitan los embriones de palabras, aún por nacer, que pronto verán la luz en forma de malicia e iniquidad.

      C. H. SPURGEON

      Llena está su boca de maldición, y de engaños y fraude; debajo de su lengua hay vejación y maldad. Una alusión impactante a cierto tipo de reptiles venenosos, de los que se dice llevan bolsas de veneno debajo de sus colmillos para poder infligir sutilmente mordeduras letales a cualquiera que se ponen a su alcance. ¡Qué descripción tan gráfica de los estragos que las mentes contaminadas de infidelidad infligen a la comunidad cristiana! Tanto por la tergiversación que hacen de la verdad, como por sus sentimientos y prácticas inmorales, resultan tanto o más perjudiciales a la mente que el veneno más letal puede serlo al cuerpo.

      JOHN MORISON [1791-1859]

      “An Exposition of the Book of Psalms”, 1829

      Llena está su boca de maldición. Quienes maldicen están malditos.

      JOHN TRAPP [1601-1669]

      “A commentary or exposition upon the books of Ezra, Nehemiah, Esther, Job and Psalms”, 1657

      Vers. 7-9. La crónica del interrogatorio de Anne Askew,85 llevado a cabo por el obispo Bonner,86 es un ejemplo evidente de la maldad y cruel oficio de los perseguidores: «A la mañana siguiente dispuso mi señor el Obispo de Londres que compareciera ente él, y mandó que me trajeran a la una de la tarde, cuando la hora oficial asignada para el interrogatorio era a las tres. Cuando estuve ante su presencia me dijo que lamentaba mucho mis aflicciones, y que deseaba saber mi opinión de las acusaciones que pesaban contra mí. Solicitó con osadía que le abriera los secretos de mi corazón, ordenándome que no temiera, porque nada de lo que pudiera decir ante él sería utilizado en mi contra. Le respondí: “Siendo que su señoría había dispuesto el interrogatorio a las tres de la tarde, y mis amigos no llegarán hasta esa hora, deseo que se me exima de responder a ninguna pregunta en tanto ellos no lleguen”».87 Sobre este hecho comenta Bale:88 «En la alteración de la hora del interrogatorio los perspicaces perciben la codicia de este obispo babilónico, este lobo sediento de la sangre de su presa. “Raudos y veloces van sus pies a derramar sangre inocente”,89 y como exclama el salmista: “llena está su boca de maldición, y de engaños y fraude; debajo de su lengua hay vejación y maldad” (10:7). David se asombra de que haya quienes, habiendo asumido el gobierno espiritual del pueblo, sean capaces de olvidarse de su responsabilidad y crean que les es lícito oprimir y devorar a los fieles sin compasión, como quien devora con avidez un pedazo de pan.90 Si es que han leído algo acerca de Dios, es evidente que poco les importa su deber. No en vano exclama Jeremías: “Ligeros fueron nuestros perseguidores más que las águilas del cielo; sobre los montes nos persiguieron, en el desierto nos pusieron emboscadas”.91 Quien quiera conocer la astucia