El Tesoro de David: la revelación Escritural a la luz de los Salmos. Eliseo Vila. Читать онлайн. Newlib. NEWLIB.NET

Автор: Eliseo Vila
Издательство: Bookwire
Серия:
Жанр произведения: Религия: прочее
Год издания: 0
isbn: 9788417131753
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entender con ello que cada uno posee un alma en particular. Y ¿cuál es el lenguaje de Dios en este sentido según el profeta?: “les daré un solo corazón y un solo camino”.167 Por ello los dos discípulos que iban a Emaús exclaman ante la sorpresa de su descubrimiento: “¿No ardía nuestro corazón dentro de nosotros?”.168 Al comienzo de expandirse el evangelio se dice que: “la multitud de los que habían creído era de un corazón y un alma”.169 A menudo hemos contemplado como diversas gotas de agua individuales sobre una superficie, cuando entran en contacto, se juntan formando una sola. Y si los cristianos se conocieran mejor entre sí, se unirían mucho más fácilmente.

      WILLIAM JAY [1769-1853]

      “The Christian Contemplated”, 1826

      El es nuestra ayuda y nuestro escudo. Cuando Antígono,170 teniendo intención de entablar batalla naval cerca de la isla de Andros,171 mandó una pequeña escuadra a observar los movimientos del enemigo y calcular sus efectivos, el informe que le dieron fue extremadamente negativo: el enemigo disponía de muchos más barcos y mejor tripulados. «¿Cómo es posible? –replicó a su informador: opponis quam multis meipsum? (¿en cuántos barcos valoras mi persona?)» dando a entender con ello que su dignidad como general, su valor y experiencia, contrapesaba con creces el número superior de efectivos del enemigo.172 ¿Y quién posee verdadero valor, donde encontrar probada experiencia si no en Dios? Es Señor de los ejércitos;173 su fuerza y poder, por si solas, bastan y sobran para liberar a nuestro Israel de todas sus dificultades y problemas. Cuenta con la capacidad para hacerlo, puede hacerlo, y lo hará; “es sabio de corazón, y poderoso en fuerzas”;174 fuera de él no hay otro Salvador,175 no hay otro libertador;176 es escudo a los que caminan rectamente,177 la fuerza de los débiles,178 refugio para los oprimidos.179 Él es instar omnium (todo en todos).180 ¿Qué hay en este mundo que se le pueda comparar?

      JOHN SPENCER [1559-1614]

      “Things Old and New”, 1658

      Nuestra alma espera en Jehová; nuestra ayuda y nuestro escudo es Él. Se cuenta de un joven que navegando en medio de una furiosa tempestad, mientras todos los pasajeros corrían de un lado a otro desesperados, presa del pánico y el terror, él observaba tranquilo como la proa se hundía en las olas. Cuando le preguntaron por los motivos de su calma y pasividad, contestó: «El piloto del barco es mi padre, sé que se preocupa por mí y hará bien las cosas». El Dios sabio y todopoderoso, que es a la vez nuestro Padre, ha decretado desde toda la eternidad cuál será el resultado de todas las guerras y el final de todos los conflictos que asolan este planeta. Es nuestro piloto, y está al timón; de modo que a pesar de que el barco, Iglesia o Estado, de la impresión de encontrarse punto de naufragar, podemos estar tranquilos, nuestro Piloto cuidará de nosotros. Pues en este Parlamento inferior, que es la tierra, nada sucede sin que antes haya sido decretado en el Parlamento superior, que está en los cielos. Todos los engranajes pequeños van supeditados a los superiores. Dijo Jesús: “¿No se venden dos gorriones por un cuarto? Con todo, ni uno de ellos caerá a tierra sin consentirlo vuestro Padre”.181 Ningún hombre sufrirá en este mundo daños, siquiera por el valor un cuarto, más de lo que Dios ha decretado para él desde toda la eternidad.182

      EDMUND CALAMY [1600-1666]

      “Gods Free Mercy to England”, 1642

      Vers. 21. Por tanto, en él se alegrará nuestro corazón, porque en su santo nombre hemos confiado. [Pues en él se alegrará nuestro corazón, porque en su santo nombre hemos confiado. RVR] [Pues en Él se regocija nuestro corazón, porque en su santo nombre hemos confiado. LBLA] [Por tanto, en Él se alegrará nuestro corazón, porque en su santo Nombre hemos confiado. BTX] [En él se regocija nuestro corazón, porque confiamos en su santo nombre. NVI] [En él nuestro corazón se alegra porque en su santo nombre confiamos. BLP] [En él se alegra nuestro corazón, porque confiamos en su santo nombre. NTV]

      Pues en él se alegrará nuestro corazón, porque en su santo nombre hemos confiado. La puesta en práctica del deber recomendado y encomendado en el versículo primero: en él se alegra nuestro corazón. Los que confiamos en el Señor, no podemos por menos que tener un corazón alegre, nuestra naturaleza interior debe sentirse exultante y triunfante ante la fidelidad de nuestro Dios.

      Porque en su santo nombre hemos confiado. De la raíz de la fe, a su debido tiempo, brota la flor de la alegría. Las dudas traen tristeza, la confianza crea gozo y alegría.

      C. H. SPURGEON

      Vers. 22. Sea tu misericordia, oh Jehová, sobre nosotros, según esperamos en ti. [Sea tu misericordia, oh Jehová, sobre nosotros, según esperamos en ti. RVR] [Sea sobre nosotros tu misericordia, oh Señor, según hemos esperado en ti. LBLA] [Sea tu misericordia sobre nosotros, oh YHVH, según esperamos en Ti. BTX] [Que tu gran amor, Señor, nos acompañe, tal como lo esperamos de ti. NVI] [Que tu amor, Señor, nos acompañe, pues así lo esperamos de ti. BLP] [Que tu amor inagotable nos rodee, Señor, porque solo en ti está nuestra esperanza. NTV]

      Sea tu misericordia, oh Jehová, sobre nosotros, según esperamos en ti.183 Una oración grandiosa, completa y dilatada para cerrar el salmo. Una apelación a la misericordia de la que incluso los creyentes más alegres y gozosos tiene necesidad; presentada al Señor bajo la fórmula proporcional que a él le agrada: “Conforme a vuestra fe os sea hecho”,184 fueron las palabras del Maestro, y podemos tener la plena seguridad que no se quedará corto en el baremo que el mismo ha establecido.185 No obstante, Maestro, sé benevolente, y haz más de lo que corresponde cuando nuestra esperanza es débil, y bendícenos muy por encima de lo que nosotros alcanzamos a pedir o imaginar.

      C. H. SPURGEON

      Según esperamos en ti. No según sus propios méritos, sino según la medida de la gracia; de esa gracia de esperanza que Dios les había otorgado, alentándoles a ejercitarla en él, bajo la expectativa de hallar en él gracia y misericordia.

      JOHN GILL [1697-1771]

      “Exposition of the Old Testament”, 1748

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      1 Se refiere a DAVID DICKSON [1583-1662], pastor, predicador, escritor y poeta escocés; escribió varios comentarios numerosas obras y poemas; entre ellas un comentario a los Salmos; al Evangelio de Mateo; uno a las Epístolas (en latín y en inglés); una “Terapéutica Sacra: cuestiones de conciencia resueltas” (en latín); y un “Treatise of the Promises”, “Tratado de las Promesas”.

      2 Aunque efectivamente carece de título en el Texto Masorético hebreo la versión griega de los LXX o Septuaginta lo atribuye a David: ὁ Δαυίδ. Y aunque no es considerado como un salmo acróstico o alfabético puro, pues no sigue estrictamente el orden de letras del alfabeto hebreo para comenzar cada versículo y en consecuencia Spurgeon no lo menciona como tal, tiene 22 versículos, justo las letras del alefato, casi todos de fórmula rítmica, razón por la cual muchos comentaristas lo consideran como un Salmo acróstico “de número”.

      3 En el original “an arm of flesh”, “brazo de carne”. Ver Jeremías 17:5.

      4 SCHÖKEL hace con respecto al marco de este Salmo una interesante observación: «Tres versículos abriendo y tres versos cerrando, el nombre Yhwh duplicado en ambos. En lo formal: cinco imperativos al principio, cuatro enunciativos al final. En el contenido: el comienzo invita al canto de acción de gracias o alabanza, al final se expresa la confianza y esperanza. De alguna manera, el comienzo mira al pasado para cantarlo, el final queda a la expectativa del futuro. El comienzo es final o desenlace, el final es comienzo o apertura. Todo el salmo es un momento intenso y concentrado en el movimiento de la vida y la historia». [Salmos, Tomo I, 1-72, Editorial Verbo Divino, Estella, Navarra, 1992].

      5 ATANASIO DE ALEJANDRÍA