El Tesoro de David: la revelación Escritural a la luz de los Salmos. Eliseo Vila. Читать онлайн. Newlib. NEWLIB.NET

Автор: Eliseo Vila
Издательство: Bookwire
Серия:
Жанр произведения: Религия: прочее
Год издания: 0
isbn: 9788417131753
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andarás en sus caminos, y guardarás sus estatutos, sus mandamientos y sus decretos, y que escucharás su voz. Y Jehová ha declarado hoy que tú eres pueblo suyo, de su exclusiva posesión, como te lo ha prometido, para que guardes todos sus mandamientos; a fin de exaltarte sobre todas las naciones que hizo, para loor y fama y gloria, y para que seas un pueblo santo a Jehová tu Dios, como él ha dicho”.119

      JOHN TRAPP [1601-1669]

      “A commentary or exposition upon the books of Ezra, Nehemiah, Esther, Job and Psalms”, 1657

      ¡Dichosa la nación cuyo Dios es Jehová! Tener como valedor a un mendigo, no nos ayudaría, porque carece de poder; pero asociarnos con alguien más grande que nosotros mismos es una dicha, por ello todos buscan la amistad de los príncipes.

      JOSEPH SYMONDS [¿?-1652]

      “The case and cure of a deserted soule”, 1639

      Bienaventurada la nación cuyo Dios es Jehová, el pueblo que él escogió como heredad para sí. Para que no se piense que los seres humanos obtienen un bien tan grande por méritos propios a través de sus esfuerzos y labores, David nos enseña explícitamente que, ser considerados su pueblo, procede de la fuente del amor electivo y misericordioso de Dios.

      JUAN CALVINO [1509-1564]

      Bienaventurada la nación cuyo Dios es Jehová, el pueblo que él escogió como heredad para sí. Suelo comparar los “grandes personajes” de este mundo y las personas buenas que en él habitan, con las consonantes y vocales del alfabeto. Las consonantes son más numerosas, abultan más y copan la mayor parte del alfabeto; pero, creedlo, las vocales, aunque son menos y más pequeñas, son las letras más útiles, las que aportan mayor sonido: sin vocales no hay palabra pronunciable. Aunque los “grandes personajes” de este mundo ocupen lugares prominentes y se exhiban por encima de los demás, no son más que consonantes, en buena parte mudas y sordas; mientras que las personas buenas son las vocales, las más útiles en todo momento. Una persona piadosa ayuda mediante sus oraciones; advierte con sus consejos; se interpone con autoridad en los conflictos; y cuando la perdemos, lo lamentamos profundamente, pues es como si hubieran borrado una vocal del alfabeto. Y, en consecuencia, allí donde estaba queda un hueco, un silencio donde falta: silencio en su cama, silencio en su casa, silencio en su trabajo, silencio en su iglesia; porque allí donde estaba, era como una vocal, indispensable. Ese es el valor de una persona buena.

      JOHN KITCHIN

      “The grand statute: or The law of death unalterable opened and applied” sermón predicado el 11 de Mayo de 1660 en el funeral de John Cope en la iglesia de St. Mary-Bothaw, London

      Vers. 13. Desde los cielos miró Jehová; vio a todos los hijos de los hombres. [Desde lo alto de los cielos mira Jehová; ve a todos los hijos de los hombres. RVR] [El Señor mira desde los cielos, Él ve a todos los hijos de los hombres. LBLA] [YHVH mira desde los cielos, contempla a todos los hijos del hombre. BTX] [El Señor observa desde el cielo y ve a toda la humanidad. NVI] [El Señor observa desde los cielos, contempla a los seres humanos. BLP] [El Señor mira desde el cielo y ve a toda la raza humana. NTV]

      Desde lo alto de los cielos mira Jehová. El salmista nos describe a Dios como morando arriba y mirando hacia abajo; contemplando todas las cosas, pero observando y preocupándose en particular de aquellos que confían en él. Uno de nuestros mejores privilegios como creyentes es estar constantemente bajo la mirada de nuestro Padre, no quedar jamás fuera de la vista de nuestro mejor amigo.

      Ve a todos los hijos de los hombres. Dios observa a todos los descendientes de Adán igual que lo observaba a él en el Edén.120 Desde los polos congelados a los trópicos soleados, habitando en colinas o valles, en chozas o palacios, el ojo divino considera por igual a todos los seres humanos.121

      C. H. SPURGEON

      Vers. 14. Desde el lugar de su morada miró sobre todos los moradores de la tierra. [Desde el lugar de su morada observa a todos los moradores de la tierra. RVR] [Desde el lugar de su morada El observa a todos los habitantes de la tierra. LBLA] [Desde el lugar de su morada, observa a todos los habitantes de la tierra. BTX] [Él contempla desde su trono a todos los habitantes de la tierra. NVI] [Él mira desde su morada a cuantos en la tierra habitan. BLP] [Desde su trono observa a todos los que viven en la tierra. NTV]

      Desde el lugar de su morada122 observa a todos los moradores de la tierra. Repite aquí la misma idea del versículo anterior: vale la pena repetirlo, y es necesario; porque el hombre es muy propenso a olvidar. Igual que los grandes personajes se sientan en sus ventanas y contemplan las multitudes que se apiñan debajo, así hace también en Señor: mira atentamente a sus criaturas responsables, y no le pasa desapercibido ni olvida nada de lo que ve.

      C. H. SPURGEON

      Vers. 15. El formó el corazón de todos ellos; atento está a todas sus obras. [Él modeló el corazón de cada uno, y conoce a fondo todas sus acciones. RVR] [Él, que modela el corazón de cada uno de ellos; Él, que todas las obras de ellos entiende. LBLA] [El que forma los corazones de todos ellos, considera todas sus acciones. BTX] [Él es quien formó el corazón de todos, y quien conoce a fondo todas sus acciones. NVI] [Es él quien modela sus corazones, él quien conoce todos sus actos. BLP] [Él hizo el corazón de ellos, así que entiende todo lo que hacen. NTV]

      Él modeló el corazón de cada uno.123 Todos los corazones han sido igualmente diseñados por el Señor, tanto los de los reyes como los de los mendigos. Lo cual no implica que todos los corazones humanos sean creados y modelados idénticos por Dios, tal afirmación estaría lejos de ser cierta, puesto que hay entre ellos la más sorprendente variedad en constitución y disposición. Pero sí que todos los hombres han recibido, en igual medida, el don de la vida de las manos del Creador, y por tanto, carecen de base o razón alguna para jactarse de sí mismos. ¿Qué razón tiene la vasija para glorificarse a sí misma en presencia de alfarero?124

      Y conoce a fondo todas sus acciones. Dios no observa en vano la conducta de los hombres: la sospesa y la juzga. Escruta las intenciones ocultas en su comportamiento externo, y determina los elementos reales del bien aparente. Y esta consideración divina anticipa juicio, el día en que los resultados de estas observaciones sean conocidos y convertidos en disposiciones de felicidad o aflicción. ¡Considera, pues, cuidadosamente tus caminos, oh hombre, porque Dios los considera!

      C. H. SPURGEON

      Él modeló por igual el corazón de cada uno. Todo concurre en demostrar que la humanidad no está formada por un conjunto de razas esencialmente distintas entre sí; antes por el contrario, originalmente no existía más que una sola, que después de multiplicarse, se extendió sobre toda la superficie de la tierra, viéndose progresivamente sometida por la influencia del clima, la alimentación, modo de vida, enfermedades, y la mezcla entre diversos individuos, a cambios, que en principio no eran tan significativos y afectaban tan solo a pequeños grupos, pero que poco a poco, se fueron haciendo más específicos y de carácter más general, más fuertemente marcados y permanentes al transmitirse de generación en generación.

      GEORGES-LOUIS LECLERC, COMTE DE BUFFON [1707-1788]

      “Histoire Naturelle, générale et particulière”, 1749

      Él modeló por igual el corazón de cada uno. El creador de todas las cosas formó el corazón de todos ellos; la palabra hebrea יַ֣חַד yaḥaḏ significa: juntos, a la vez, por igual; dando a entender que los corazones de todos los hombres, aunque separados uno de otro por un abismo en lo que respecta a tiempo o lugar, son idénticos en cuanto a sus inclinaciones originales, como si hubieran sido moldeados al mismo tiempo. Lo cual implica que el adorar un Dios y practicar algún tipo de religión, es parte misma de nuestro ser, una necesidad que nos resulta imposible de obviar.

      WILLIAM PINKE [1599-1629]

      “The Trial of a Christian’s Sincere Love to Christ”, 1631