El Tesoro de David: la revelación Escritural a la luz de los Salmos. Eliseo Vila. Читать онлайн. Newlib. NEWLIB.NET

Автор: Eliseo Vila
Издательство: Bookwire
Серия:
Жанр произведения: Религия: прочее
Год издания: 0
isbn: 9788417131753
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cuánto me ha dolido! ¡Me sentí como si una daga me hubiera atravesado el corazón!» Gotthold le respondió: No debe extrañarse en absoluto. Es la forma que tiene el mundo de prestar atención tan solo a lo que esta encumbrado, ignorando todo lo que es pobre y humilde. Conozco, sin embargo, a Uno que, a pesar de que mora en las alturas, se humilla para contemplar las cosas humildes que están en el cielo y en la tierra: “¿Quién como Jehová nuestro Dios, que se sienta en las alturas, que se humilla a mirar en el cielo y en la tierra? Él levanta del polvo al pobre, y al menesteroso alza del muladar, para hacerlos sentar con los príncipes, con los príncipes de su pueblo”.92 y respecto al cual el profeta real testifica: “Has conocido mi alma en angustias”. Sí, aunque hayamos perdido nuestros vestidos suntuosos y vayamos a él en harapos; aunque nuestra carne esté debilitada por el dolor o la vejez;93 aunque la enfermedad y la pena hayan consumido nuestra hermosura como la polilla;94 aunque el sonrojo, las lágrimas y el polvo se extiendan por nuestro rostro;95 él nos reconoce y no se avergüenza de nosotros.96 Consuélate meditando en esto, pues ¿en qué te perjudica que los hombres te desprecien, si Dios el Señor te ama y no te ha olvidado?

      CHRISTIAN SCRIVER [1629-1693]

      También conocido por su pseudónimo, GOTTHOLD “Gotthold’s Emblems: Or Invisible Things Understood By Things That Are Made”, 1671

      Vers. 8. No me entregaste en mano del enemigo; pusiste mis pies en lugar espacioso. [No me entregaste en manos del enemigo; pusiste mis pies en lugar espacioso. RVR] [Y no me has entregado en manos del enemigo; tú has puesto mis pies en lugar espacioso. LBLA] [No me entregaste en mano del enemigo, sino que pusiste mis pies en lugar espacioso. BTX] [No me entregaste a mis enemigos sino que me pusiste en un lugar seguro. NVI] [No me entregaste al enemigo, me mantuviste en lugar seguro. BLP] [No me entregaste a mis enemigos sino que me pusiste en un lugar seguro. NTV]

      No me entregaste en manos del enemigo. Ser entregado en manos de alguien es quedar sometido completamente bajo su poder; ahora, el creyente no está bajo el poder de la muerte97 o del diablo,98 y menos aún bajo el poder de cualquier hombre.99 El enemigo podrá obtener sobre nosotros una ventaja temporal, pero somos como prisioneros en una la cárcel con las puertas abiertas;100 Dios no nos dejará encerrados bajo su poder, nos proporcionará siempre una vía de escape.

      Pusiste mis pies en lugar espacioso. ¡Bendito sea Dios por la libertad! La libertad civil es valiosa, la libertad religiosa es preciosa, la libertad espiritual no tiene precio. Y sean cuales sean nuestros problemas, podemos y debemos alabar a Dios de que esta siga en pie. Muchos son los creyentes que han disfrutado de su mayor libertad espiritual y amplitud para sus almas, cuando sus cuerpos estaban en las peores condiciones de estrechez. Su alma ha estado en lugar espacioso aún cuando su cuerpo se hacinaba en una carbonera, como en el caso de Bonner,101 o en algún otra mazmorra estrecha e inmunda. La gracia siempre ha sido equitativa a cualquier situación de emergencia; y más aún, ha convertido la emergencia en una oportunidad para manifestarse todavía con mayor plenitud.102

      C. H. SPURGEON

      No me entregaste en manos del enemigo; pusiste mis pies en lugar espacioso. “El que abre y ninguno cierra”.103 Bendigamos al Señor por esas puertas abiertas, que ni los hombres ni los demonios pueden cerrar. No estamos en manos de los hombres, porque estamos en las manos de Dios; de otro modo nuestros pies tiempo ha que estarían en un cepo y no en lugar espacioso de libertad. Si de ellos dependiera, haría tiempo que nuestros enemigos nos habrían dado caza cual pajaritos que se agarran con una sola mano.

      C. H. SPURGEON

      Vers. 9. Ten misericordia de mí, oh Jehová, porque estoy en angustia; se han consumido de tristeza mis ojos, mi alma también y mi cuerpo. [Ten misericordia de mí, oh Jehová, porque estoy en angustia; se han consumido de tristeza mis ojos, mi alma también y mis entrañas. RVR] [Ten piedad de mí, oh Señor, porque estoy en angustia; se consumen de sufrir mis ojos, mi alma y mis entrañas. LBLA] [Ten misericordia de mí, oh YHVH, porque estoy en angustia. Mis ojos, mi alma y mis entrañas están consumidos de tristeza. BTX] [Ten misericordia de mí, Señor, porque estoy angustiado. Las lágrimas me nublan la vista; mi cuerpo y mi alma se marchitan. NVI] [Apiádate de mí, Señor, que soy presa de la angustia; se consumen de pena mis ojos, todo mi ser y mis entrañas. BLP] [Ten misericordia de mí, Señor, porque estoy angustiado. Las lágrimas me nublan la vista; mi cuerpo y mi alma se marchitan. NTV]

      Ten misericordia de mí, oh Jehová, porque estoy en angustia. A partir de aquí el salmista inicia una descripción particular y detallada de lo gravoso y doloroso de su situación personal. Vuelca su corazón, pone al descubierto sus heridas, y expresa sin remilgos toda su desolación interior. Con la primera frase abarca todo lo que sigue a continuación: es el texto clave de todo su discurso quejumbroso. La adversidad mueve a misericordia –y no hacen falta más razonamientos. “Ten misericordia de mí” es la oración por excelencia, el argumento que prevalece; puesto que es sencillo y personal: “porque estoy en angustia”.

      Se han consumido de tristeza mis ojos. Los ojos hundidos y ojerosos son una indicación clara de mala salud. Las lágrimas sacan su sal restándola de nuestras fuerzas, y cuando manan en abundancia pueden consumir por completo la fuente de la cual proceden. Dios quiere que le digamos los síntomas de nuestra enfermedad, no para su información, sino para demostrarle nuestro sentimiento de necesidad.

      Mi alma también, y mis entrañas. Alma y cuerpo van tan íntimamente ligados, que resulta imposible que la una pueda declinar sin que el otro se resienta. Estos decaimientos dobles, como el descrito por David, no son nada raros en nuestros días. Nos sentimos desmayar físicamente por el sufrimiento, y a la vez con la moral hundida, afligidos por el desequilibrio de la mente; cuando ambos coinciden, es bueno que el Piloto divino esté frente al timón, capeando la borrasca, y haga que la tempestad se transforme en un triunfo de su habilidad.

      C. H. SPURGEON

      Mis ojos se han consumido de la pena. Esta expresión parece sugerir que el dolor y la pena perjudica físicamente al ojo humano. Hay una antigua teoría, que todavía prevalece entre la gente poco culta, que afirma que el ojo, sometido a pena extrema, y un flujo constante y profuso de lágrimas, puede dañarse seriamente y perder por completo la visión. No hay ninguna base científica sólida para esta afirmación. Pero sí hay una enfermedad ocular muy grave, bien conocida por los oculistas con el nombre de glaucoma, que al parecer puede estar relacionada e influenciada por las emociones mentales de carácter depresivo. Conozco casos sorprendentes en los que habiendo una propensión constitucional al glaucoma, un disgusto o pena repentina ha provocado una irrupción violenta de la enfermedad, con la consiguiente ceguera incurable. En tales casos la explicación podría ser la siguiente: Para el desarrollo saludable de las funciones oculares, es preciso que el globo ocular mantenga una determinada dosis de elasticidad, que a su vez va ligada a un equilibrio exacto entre la cantidad de líquido dentro del ojo, y en la cavidad fibrosa que lo contiene. Si este equilibro es perturbado, o si el fluido aumenta indebidamente en cantidad, el glóbulo ocular aumenta en presión causando daños en su interior, y ello puede llevar a que se extinga totalmente la visión. Hay un conjunto de nervios que controlan este equilibrio, manteniendo el ojo en un estado de elasticidad adecuado; y es también un hecho notable, que a pesar del transcurso de los años, por regla general, estos nervios logran que el ojo conserve su estado elástico. Sin embargo, si la función de estos nervios se ve alterada, y eso puede suceder fácilmente a causa de un dolor físico o moral extremo, o de cualquier agente depresivo, el ojo tiende a aumentar de presión. Hasta fecha relativamente reciente, el glaucoma agudo, o aumento repentino de presión en el glóbulo ocular, acompañada de dolor intenso e inflamación, era causa de ceguera total e irremediable sin esperanza; actualmente se puede lograr cierto alivio relativo mediante una intervención quirúrgica para disminuir la presión. La influencia y efectos del dolor y la pena en esta causa de ceguera, pudiera ser una explicación a las palabras de este texto: “Mis ojos se han consumido de la pena”.104

      C.