Mediante la voz del evangelio, el Señor ha transformado muchos de estos desiertos en campos fructíferos, en tierras fértiles. Porque en ellos, sigue diciendo el versículo nueve “La voz del Señor hace parir a las ciervas”94 (29:9), es decir, ha hecho que muchos que eran tan ignorantes y salvajes como un ciervo, o cualquier otro animal en salvaje, al escuchar la voz del evangelio, se hayan arrepentido, humillado y nacido de nuevo.
Por ello el salmista va más allá: “y desnuda los bosques”, es decir, abre el corazón de los hombres, que son como tupidos bosques donde crecen libremente la vanidad, el orgullo, la hipocresía, el amor propio, y la autosuficiencia, el desenfreno y la sensualidad; y donde los árboles y la maleza impiden todo avance, hasta que no se abre en ellos un sendero, quemando la maleza con fuego y las ramas a golpes de machete. Ese sendero es el que abre el Señor en la selva impenetrable de los corazones humanos, con la espada y el fuego, es decir, mediante la Palabra y el Espíritu. Y entonces el bosque se convierte en templo, como leemos al final del versículo: “y en su templo todo dice: ¡Gloria!”.
Y si se levantan torrentes de perversidad contra aquellos que han llegado a Cristo por medio de los truenos y relámpagos del evangelio, y amenazan con socavar los fundamentos de ese templo santo que es su cuerpo,95 el salmista nos asegura que no deben preocuparse, pues: “el Señor tiene su trono sobre las aguas impetuosas” es decir, están bajo su poder, las controla y las anula cuando estima conveniente pues; ”se sienta Jehová como rey para siempre; dará fuerza a su pueblo, y lo bendecirá con paz” (29:11).
Así pues “Truena Dios maravillosamente con su voz”,96 y las maravillas gloriosas que truena es la conversión de los pecadores. Por tanto, aunque no soy partidario de alegorizar las Escrituras, con todo, he de admitir que se puede hacer un uso provechoso de este salmo y muchos otros pasajes de las Escrituras a través de la alegoría, cuando se fundamente, como en este caso, en una verdad incuestionable y digna de remarcar: que el Señor utiliza, por así decirlo, el poder del trueno y del relámpago en la predicación de su Palabra.
JOSEPH CARYL [1602-1673]
Vers. 7. Voz de Jehová que derrama llamas de fuego. [Voz de Jehová que lanza llamas de fuego. RVR] [La voz del Señor levanta llamas de fuego. LBLA] [La voz de YHVH arranca llamas de fuego. BTX] [La voz del Señor lanza ráfagas de fuego. NVI] [La voz del Señor produce llamas ardientes. BLP] [La voz del Señor resuena con relámpagos. NTV] 97
La voz del Señor levanta llamas de fuego. Como cuando las chispas vuelan desde el yunque por los golpes de un pesado martillo, así los relámpagos corroboran los golpes atronadores de Jehová:
Cuando ya de repente pavorosos
del pálido relámpago los brillos
reflejan hacia el Sur, y el mudo pasmo
en los semblantes notase esculpido,
con lentitud el gran trueno le sigue,
retumbando sus roncos resoplidos
en lo interior de las tremendas nubes
que componen su bárbaro dominio.
Brama la tempestad, y allá en los cielos
resuenan sus funestos alaridos;
mas cuando se declara y aproxima,
que su disforme peso rueda activo
sobre los recios silbadores vientos,
los relámpagos forman esparcidos
surcos enormes con afán tremendo:
reduplícanse más los estampidos,
y todo el orbe de pavor retiembla.
Un cárdeno volcán de azufre ardido
se derrama con ímpetu y deslumbra:
La gran masa de nubes al proviso
sin cesar se abre y cierra con violencia,
y más horribles azufrados brillos:
Dilátase veloz, y todo envuelve
en un mar agitado y acrecido
de pavoroso fulminante fuego. 98
El trueno parece separar un destello de otro, interponiendo su rugido profundo entre el relámpago que le precede y el siguiente. Que los relámpagos son verdaderamente llamas de fuego se evidencia cuando caen sobre casas, almacenes e iglesias, envolviéndolos en una llamarada en pocos instantes.99 ¡Con cuánta facilidad podría el Señor destruir a sus criaturas rebeldes con fuego del cielo! ¡Y cuán bondadosa es la mano que perdona a tan empedernidos ofensores con lo fácil que le sería aniquilarlos! También en el evangelio las llamas de fuego concurren en apoyo a la voz de Dios que ilumina y derrite los corazones de los hombres: por medio de ellas consume nuestros impulsos lujuriosos y aviva en nosotros una llama sagrada que aspira constantemente al amor y la santidad. Los hechos acaecidos en Pentecostés son lectura más que apropiada en el comentario a este versículo.100
C. H. SPURGEON
La voz del Señor levanta llamas de fuego.101 Por el poder de Dios, las “llamas de fuego” son “divididas” en la forma terrible de relámpagos, esa espada afilada y reluciente del Todopoderoso, que ninguna sustancia material es capaz de soportar, y enviadas al exterior de las nubes sobre la tierra. El mismo poder divino hay en su Palabra: “viva y eficaz, y más cortante que toda espada de dos filos; y penetra hasta la división del alma y del espíritu, de las coyunturas y de los tuétanos, y discierne los pensamientos y las intenciones del corazón”.102
GEORGE HORNE [1730-1792]
“A Commentary on the Psalms in which Their Literal Or Historical Sense, as They Relate to King David, is Illustrated”, 1825
La voz del Señor levanta llamas de fuego. Dice aquí que la voz del Señor “divide las llamas de fuego”; literalmente el texto hebreo dice “esculpe las llamas” חֹצֵ֗ב לַהֲבֹ֥ות אֵֽשׁ ḥōṣêḇ lahăḇōwṯ ’êš. La Septuaginta lo traduce como διακόπτω φλόξ πύρ. En palabras de Gesenius:103 “La voz de Jehová corta las llamas de fuego”, es decir: “envía llamas de fuego partidas, separadas e individualizadas”. Se trata (como observa Teodoreto)104 de una descripción muy gráfica de la acción divina en Pentecostés, enviando llamas partidas cual “tela trisulca”105 en forma de lenguas de fuego que, divididas ya en su origen, es decir, desde su fuente celestial, se posaron sobre las cabezas de los apóstoles y los llenaron con el fuego de un celo y amor santos.106
CHRISTOPHER WORDSWORTH [1774-1846]
“Commentary on the Whole Bible”, 1856
La voz del Señor levanta llamas de fuego. La nota marginal dice: “cortadas o esculpidas”.107 El verbo hebreo חֹצֵ֗ב ḥōṣêḇ de חָצַב chatsab tiene el sentido de “cortar, tallar, esculpir”, por ejemplo, piedras. Aquí la alusión es, sin duda, a los relámpagos; y la imagen gráfica es o bien que los propios relámpagos parecen como cortados en lenguas o rayas de fuego; o, más probablemente, que parecen esculpir las nubes, pues se abren claros en ellas. Nuestros ojos se mantienen fijos, evidentemente,