C. H. SPURGEON
La voz del Señor. Estas repeticiones vehementes nos recuerdan el eco de los truenos retumbando; parece como si estuviéramos escuchando la artillería pavorosa del cielo disparando una andanada tras otra, mientras el eco repiquetea su sonido devolviéndolo una y otra vez.
C. H. SPURGEON
La voz del Señor es poderosa. Quisiera rendir a Dios toda la gloria debida a su nombre, por el cambio admirable que obrado en mi corazón. Pues no había en él nada aprovechable, fuera de desorden, aridez impía y dureza arraigada. De este estado desahuciado me transformó en un hombre nuevo en el que resplandece la gloria de su nombre y el poder de su gracia. ¡Solo Dios puede obrar tales prodigios! Aún los incrédulos que se niegan a reconocer la mano divina en la creación, seguramente tendrán que admitir en mi caso que: “este es el dedo de Dios”.58 Sí, Dios grande y poderoso, el caos no puede resistirte: oye tu voz con obediencia; pero el corazón humano endurecido te rechaza; y tu voz poderosa llama repetidamente pero en vano a su puerta,59 olvidando que cuando ordenas al corazón rebelde que se levante de su abismo de pecado y siga por los caminos de tus mandamientos, tu poder y grandeza es mucho mayor que cuando creaste los mundos de la nada. Dispersando con la majestad de tu palabra un caos de delito y de ignorancia; haciendo que tu luz fuera, y brillara sobre la más negra oscuridad; y restaurando por medio del Espíritu Santo un orden armónico donde no había más que confusión, tu omnipotencia se hace patente con mayor medida ahora que cuando en mitad del caos inicial estableciste las leyes celestes y fijaste los astros en sus órbitas.
JEAN BAPTISTE MASSILLON [1663-1742]
“A spiritual paraphrase of some of the Psalms, in the form of devout meditations and prayers”,1805
La voz del Señor es poderosa. Donde esté la palabra del rey, hay poder, pero ¿qué voz imperial puede ser comparada a la majestuosidad del trueno Señor?
C. H. SPURGEON
La voz del Señor resuena potente. Oh, si todos los “Boanerges”60 evangélicos hicieran que el glorioso sonido de las Buenas Nuevas fuera oído por doquier debajo del cielo, y el mundo se mostrara de nuevo receptivo al mismo, antes de que la voz del Hijo del Hombre, que tantas veces ha llamado a los pecadores al arrepentimiento, los llame a juicio.61
GEORGE HORNE [1730-1792]
“A Commentary on the Psalms in which Their Literal Or Historical Sense, as They Relate to King David, is Illustrated”, 1825
Vers. 5. Voz de Jehová que quebranta los cedros; quebrantó Jehová los cedros del Líbano. [Voz de Jehová que quebranta los cedros; Jehová desgaja los cedros del Líbano. RVR] [La voz del Señor rompe los cedros; sí, el Señor hace pedazos los cedros del Líbano. LBLA] [La voz de YHVH quebranta los cedros, sí, YHVH tritura los cedros del Líbano. BTX] [La voz del Señor desgaja los cedros, desgaja el Señor los cedros del Líbano. NVI] [La voz del Señor quiebra los cedros, quiebra el Señor los cedros del Líbano. BLP] [La voz del Señor parte los enormes cedros; el Señor hace pedazos los cedros del Líbano. NTV]
Voz de Jehová que quebranta los cedros; Jehová desgaja los cedros del Líbano.
«A su furor se queda el alto pino,
abierto y carbón hecho de repente
en un tronco horroroso y denegrido» 62
Bajo el hachazo del rayo misterioso caen postrados los árboles más nobles, mientras otros testifican erguidos la eficacia de su poder inmenso. Ni tan siquiera el Líbano está a salvo, por muy altos que sean sus milenarios y venerables bosques: Jehová desgaja los cedros del Líbano. Ni el más encumbrado y venerable de los árboles o de los hombres, puede sentirse seguro cuando el Señor desencadena su ira. Así también, el Evangelio de Jesús tiene un dominio absoluto aún sobre el más cerrado e inaccesible de los mortales; y cuando el Señor envía su palabra, desgaja corazones mucho más robustos y duros que los cedros.
C. H. SPURGEON
Voz del Señor. Los filósofos no consideran haber razonado sobre las causas segundas63 con la habilidad suficiente hasta que no logran alejar a Dios de sus obras. La ciencia que centra nuestras contemplaciones en las obras de la naturaleza apartándolas de Dios es diabólica. Si alguien que quiera conocer bien a un hombre aparta la mirada de su rostro y se fija en sus uñas, diremos que es un necio y digno de burla. Pues mucho mayor es la necedad de aquellos filósofos que obsesionados en reflexionar y explicar leyes y causas intermedias, urden toda clase de artimañas con tal de no admitir que la mano de Dios es manifiesta en todas sus obras.
JUAN CALVINO [1509-1564]
Voz de Jehová que quebranta los cedros; Jehová desgaja los cedros del Líbano. Al igual que las grandes tempestades, cuando se levantan, en un instante arrasan las cumbres y derrumban los árboles más altos, así es como el Señor quiebra el orgullo de los soberbios, y derriba a los altivos, arrogantes e insolentes que se levantan contra él: mientras riega con sus bendiciones a los humildes y los rectos.
ROBERT CAWDRAY [1538-1604]
“Treasury of Storehouse of Smiles”, 1609
Voz de Jehová que quebranta los cedros; Jehová desgaja los cedros del Líbano. Los comentaristas de la antigüedad nos recuerdan que el quebrantamiento de los cedros por el viento, es una figura de la decadencia de las cosas altas y orgullosas de este mundo por el poderoso viento del Espíritu Santo que sopló en Pentecostés: “Así como derriba los cedros, así humilla Dios a los soberbios”,64 dicen Jerónimo65 y Basilio.66
CHRISTOPHER WORDSWORTH [1774-1846]
“Commentary on the Whole Bible”, 1856
Jehová desgaja los cedros del Líbano. ¡Qué triste que nuestros corazones no se quebranten, no cedan, a pesar de que el trueno les golpee con la terrible amenaza de la boca de Dios!
JOHN TRAPP [1601-1669]
“A commentary or exposition upon the books of Ezra, Nehemiah, Esther, Job and Psalms”, 1657
Jehová desgaja los cedros del Líbano.
«Los pinos más enormes
son zarandeados por los vientos con mayor fuerza;
las torres más altas
caen con más estrepitosa caída;
y los rayos descargan con mayor violencia
sobre las cumbres más elevadas».
HORACIO [65-8 a.C.]67
Los cedros del Líbano. Estos árboles creados por Dios tan poderosos, que durante siglos han resistido la fuerza de la tempestad, son los primeros en ser objeto de la furia de los rayos, que, como se sabe bien, descargan primero sobre los objetos más altos.
ROBERT MURRAY M’CHEYNE [1813-1843]
“Memoir and remains of the Rev. Robert Murray M’Cheyne, Minister of St. Peter’s Church, Dundee by Andrew A. Bonar”, 1878
Vers. 6. Los hizo saltar como becerros; al Líbano y al Sirión como hijos de búfalos. [Los hace saltar como becerros; al Líbano y al Sirión como crías de búfalos. RVR] [Y como becerro hace saltar al Líbano; y al Sirión como cría de búfalo. LBLA] [Reduce al Líbano como a un becerro, y al Sirión como a crías de toros salvajes. BTX] [Hace que el Líbano salte como becerro, y que el Hermón salte cual toro salvaje.