El teatro norteamericano: una síntesis. Alfredo Michel Modenessi. Читать онлайн. Newlib. NEWLIB.NET

Автор: Alfredo Michel Modenessi
Издательство: Bookwire
Серия:
Жанр произведения: Документальная литература
Год издания: 0
isbn: 9786070249792
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los fondos de la compañía —y su relativa tregua con Dell y otros— en la compra de un domo especial para la obra. El texto de O'Neill exige una sensibilidad especial en lo que respecta a los ritmos del montaje, pues es una pieza de constante intercambio entre lenguajes: conforme disminuye la preponderancia del lenguaje verbal, aumenta la importancia de la gestualidad, los sonidos y las luces. Cook manejó su producción con el cuidado que merece una empresa enteramente propia. Algunos críticos minimizan el hecho de que O'Neill haya completado su formación como dramaturgo dentro del grupo de Provincetown. Aunque contaba con la experiencia del taller de Baker y había producido un buen número de textos, O'Neill en realidad pulió, puso a prueba y consolidó su arte en la compañía de Provincetown, en cuanto miembro de un proyecto teatral vivo. The Emperor Jones comprueba que la imaginación de O'Neill se enriqueció a través de la actividad del grupo. Hay que insistir en que su vida temprana transcurrió en circunstancias comparables pero en sentido opuesto: detrás de bambalinas en las giras de su padre, con un teatro anquilosado. El joven O'Neill, recién curado de tuberculosis y de un intento de suicidio, debe de haberse identificado con el idealista y parlanchín Cook, y por otra parte, con Robert Edmond Jones, el escenógrafo que también educó la sensibilidad de O'Neill respecto de la interacción del escenario con la obra.

      The Emperor Jones, 85 años después, conserva una vitalidad intrigante. Brutus Jones, un negro estadounidense escapado de prisión, tiene tiempo de haber llegado a una isla del Caribe libre de colonizadores blancos, donde rápidamente aplicó su experiencia de un mundo tan "civilizado" como corrupto, para convertirse en emperador de un pueblo que creyó en sus trucos. Cuando comienza la acción, Jones se ve forzado a huir y protegerse de los nativos que han decidido sublevarse. Jones los ha convencido de que sólo una bala de plata puede poner fin a su vida. Los nativos lo persiguen a través de la selva, en una jornada que poco a poco se va convirtiendo en su caída. Con la seguridad de su predominio mental sobre los "retrasados y primitivos" habitantes de su imperio, Jones había anticipado la rebelión y preparado su escapatoria con víveres escondidos en una senda fácil de seguir. Luego de una presentación arrogante, inicia un viaje de vuelta a la oscuridad, a sus raíces y al miedo insospechado en el cual las palabras se van reduciendo hasta volverse monosílabos; la desesperación de la pérdida de apoyo "civilizado" comienza a dibujar fantasmas a los que Jones dispara infructuosamente en medio de las sombras y el creciente de tambores y cantos rituales. Conforme la seguridad lo abandona, su mente proyecta recuerdos y visiones que cada vez se acercan más al arquetipo. De simples vistazos a su pasado, llegamos a imágenes primordiales. Jones alcanza la lucidez antes de morir víctima de la bala de plata que los nativos han forjado para librarse de él. Los elementos del drama están dados para la integración de un espectáculo intenso que va de la organización social y su cinismo estudiado a un nivel de conciencia esencial, imaginativa, trayecto a través del cual las máscaras de la civilización sufren un desliamiento, una rítmica deconstrucción. En The Emperor Jones, O'Neill encontró una manera de dramatizar el horror primario de la identidad encarada sin el cobijo de las estructuras del pensamiento y la civilización. Y ése, más que personal, es un tema de su cultura, la cual, al igual que O'Neill, nunca ha podido abordarlo sin cierta dosis de racismo.

      El mismo año en que The Emperor Jones llegó a Broadway, O'Neill alcanzó de nuevo esa meta, ahora sin la participación de los Provincetown Players, así como su primer premio Pulitzer (tendría tres en total), gracias a la obra Beyond the Horizon. La carrera de O'Neill en Broadway debe algo a los años "dorados" de la década de los veinte. Sus obras presentan un universo más gris que matizado, y a veces más negro que gris. La producción de O'Neill difícilmente abandona un realismo pesimista y desencantado en el que la palabra se queda en la descripción y no alcanza a transmitir el impulso que en teoría buscaba. A su vez, la representación de ese mundo suele tener un contrapeso autocompasivo, como en el caso de Beyond the Horizon, eficaz en lo comercial, pero no tan compleja como The Emperor Jones. Beyond the Horizon tuvo los ingredientes para que los reseñistas de su momento la elogiaran como "la primera tragedia norteamericana verdadera"; una exageración. La obra es, para el nivel que estableció The Emperor Jones, bastante menor. Pero Broadway es Broadway y la obra obtuvo un éxito definitivo que lanzó a su escritor hasta el reconocimiento de una crítica y una academia aparentemente ansiosas de saludar al "gran dramaturgo joven de Estados Unidos". En la "década dorada" O'Neill logró tanto su encumbramiento popular como su consolidación en cuanto artista, con obras de calibres distintos. Para completar la primera etapa de la producción de O'Neill habría que mencionar dos trabajos fundamentalmente diferentes: The Hairy Ape (1922) y Desire under the Elms (1924), lo que implica dejar fuera Anna Christie (1921) y All God's Chillun Got Wings (1924). Baste mencionar que la segunda es la obra con la que O'Neill obtuvo su segundo Pulitzer y que en ella el lenguaje de los personajes de la tradición antigua quedó desterrado; el habla de las calles se convirtió en legítimo medio de expresión escénica y poética, una muy importante contribución de O'Neill a las letras y el teatro de Estados Unidos.

      The Hairy Ape fue la primera obra escrita por O'Neill expresamente para los Provincetown Players que no dirigió George Cook. Kenneth Macgowan fue el indicado para montar lo que él mismo y Robert Edmond Jones consideraron la primera obra expresionista de Estados Unidos, ignorando los logros de The Emperor Jones. The Hairy Ape es un esfuerzo por demostrar una tesis; el problema es que la tesis no cristaliza como proposición intelectual, social, política, religiosa o nacional, sino que primordialmente nos sumerge de nuevo en una lección de orden enunciativo y personal, y eso le resta sustancia. De hecho, la sensación es que la muerte de Yank —a manos del simio en quien quería encontrar correspondencia y respuesta a su búsqueda de identidad— es un absurdo no derivado de modo necesario del planteamiento dramático. Si lo fuese, la pieza pecaría de tenuidad genérica; si no, lo que se antoja más razonable, sería que O'Neill se creó un callejón sin salida. De cualquier manera, la obra resulta disparejamente brillante. The Hairy Ape nos ofrece la historia, breve y precisamente recortada en una estructura episódica, de Robert Smith, de mote Yank, fogonero de un barco en ruta hacia Europa, cuya inútil búsqueda de identidad desemboca en su muerte a manos de un gorila. La primera escena de la pieza es un conglomerado de voces, acción mecanizada, luces y altos contrastes en un cuarto de máquinas donde de pronto se alza la figura del "simio" velludo, Yank, el estadounidense, el hijo del "nuevo mundo", quien pregona a todos que no hay más hogar y más sentido en la vida que contribuir al movimiento de la máquina cuyas entrañas ellos habitan. Entre quienes lo oyen está su opuesto, un nostálgico y viejo irlandés que añora los barcos en que el hombre era un hombre y el mar un hogar. La primera escena, con su aparato expresionista, establece el panorama temático de la pieza. Con excesiva claridad, quizá. The Hairy Ape es una obra sobre la enajenación; aparentemente sobre la enajenación en un sentido social, pero conforme transcurre la trama, este sentido se diversifica y se complica, al tiempo que, paradójicamente, se reduce, debido a una reiteración fatigosa de la palabra pertenecer (to belong), como clave de la tesis.

      La obra no carece de méritos. La escena quinta es un ejemplo de economía dramática