Además, es importante actualizar la legislación. Se deben tipificar las sanciones a las instituciones, incluyendo las causales de pérdida del reconocimiento oficial. Urge también ordenar la estructura de títulos y grados. Asimismo, se deben establecer derechos y deberes de estudiantes, académicos y Funcionarios, estimulando su participación en la comunidad universitaria, respetando la completa autonomía de cada institución. Por último, es necesario avanzar en la nueva Agencia de Acreditación, para velar por la calidad del sistema.
Estas iniciativas están orientadas a actualizar la institucionalidad de la educación superior, para entregar una educación y generación de nuevo conocimiento de calidad, en beneficio de los jóvenes y de la sociedad de nuestro país.
Publicado en el diario La Segunda el 24 de septiembre de 2014.
Un nuevo Consejo de Rectores para Chile
La presentación del proyecto de ley que crea dos nuevas universidades estatales ha planteado que ellas debieran ingresar al Consejo de Rectores (CRUCh). Si bien es obvio que todas las universidades del Estado pertenezcan al CRUCh, no parece lógico que no lo estén otras que también tienen función pública. En los últimos meses, la discusión ha dejado en evidencia que el compromiso público de las universidades no se relaciona con su estructura de propiedad.
En nuestro país la educación pública no estatal a nivel universitario tiene más de un siglo de tradición. Este aporte se concreta en la formación de personas y en la investigación y creación de nuevo conocimiento. El vínculo con la sociedad se hace evidente al evaluar los bienes públicos que diariamente están contribuyendo al crecimiento del país. Debemos reflexionar, entonces, en los criterios involucrados en el concepto de “universidad de vocación y función públicas”, para así definir los elementos más importantes que incluiría el reconocimiento estatal. Luego de esto, se debiera avanzar en abrir el CRUCh a universidades privadas que no pertenecen a este consejo.
En esta columna se proponen algunos elementos para considerar este reconocimiento. En primer lugar, el desarrollo de la educación superior debe estar ajeno a todo lucro o extracción de recursos del proyecto educacional.
Secundo, la admisión debe ser un proceso transparente, objetivo y que valore el mérito académico. Todas las universidades deben hacer esfuerzos reales por avanzar en inclusión y equidad con una mayor calidad.
Debemos reflexionar en los criterios involucrados en el concepto de “universidad de vocación y función públicas”, para así definir los elementos más importantes que incluiría el reconocimiento estatal. Luego de esto, se debiera avanzar en abrir el CRUCh a universidades privadas que no pertenecen a este consejo.
Tercero, la acreditación de la institución debe cumplir con los criterios más exigentes. En docencia, se deben considerar los proyectos prioritarios para el país (en ciencias, artes, humanidades y en la formación de profesores). Estos aspectos deben incluir la docencia de pre y posgrado.
En cuarto lugar, el aporte regional debe tener una relevancia especial en esta evaluación. Aquí solo tienen sentido las universidades que estén siempre en diálogo con el medio local y que signifiquen un real aporte para sus comunidades, con programas de estudio y líneas de investigación de acuerdo con el desarrollo regional.
Quinto, debido al rol crucial de la formación de los jóvenes en el progreso del país, los programas de doctorado y de conocimientos avanzados son esenciales en este reconocimiento. La formación de científicos y de doctores en diferentes áreas significará un gran impacto en el desarrollo integral de la nación.
Sexto, la investigación, decisiva en la generación de bienes públicos para el país, es muy importante de considerar. Esta evaluación contempla los proyectos concursados; las publicaciones indexadas –considerando su número e impacto–; el aporte a las comunidades locales, tanto en lo cultural como en la convivencia social y en el desarrollo del arte y de las humanidades. Así también, la innovación y transferencia de sus resultados a la sociedad por medio de patentes y licenciamientos es la expresión aplicada de la investigación que se realiza al interior de las universidades.
Los aspectos descritos, cada uno con sus propios indicadores de calidad, permitirán clasificar a las universidades privadas y reconocerlas en la generación de bienes públicos. Al cumplir con estos estándares, ellas debieran tener un reconocimiento estatal y, de esta manera, postular a recibir recursos basales, con metas determinadas y una evaluación rigurosa de sus resultados. Es importante para el país estimular este avance para que nuevas instituciones mejoren y potencien su compromiso público.
Es evidente que este proceso debe incluir también el perfeccionamiento de las instituciones que hoy pertenecen al CRUCh. Se debe realizar una evaluación crítica de los procesos y resultados del proyecto universitario, con sentido de excelencia. Estos criterios a evaluar en las diferentes áreas que se exigirían a las nuevas instituciones permitirán avanzar en los proyectos académicos de las universidades que actualmente conforman el consejo.
Solo así podremos construir una institucionalidad en educación superior que se adapte al desarrollo del país. El ingreso de nuevas universidades, tanto estatales como privadas de vocación pública, va a permitir la construcción de una mejor educación superior con el aporte de todos. De esta manera el Consejo de Rectores seguirá siendo fiel a su misión de contribuir al desarrollo de los jóvenes, de sus familias y al crecimiento integral del país.
Publicado en el diario El Mercurio el 16 de febrero de 2015.
Investigación universitaria
Las universidades del mundo se han desarrollado con una gran inversión en ciencia y tecnología. Ayer leía la realidad de Finlandia en los años 80, cuando pasaron por una situación económica difícil, y le preguntan al primer ministro finlandés sobre qué cosas priorizaron. Y él responde: Nosotros sabíamos que teníamos que ahorrar en todo, salvo en educación y en ciencia". Treinta años después, parece que tuvieron razón: miren dónde están.
Cinco factores para dar el gran salto-país en Ciencia y Tecnología
El desarrollo de los países va a depender de la visión que tenga la sociedad para invertir en proyectos de futuro, innovadores, sustentables y que permitan crear riqueza que beneficie a los grupos más vulnerables. Chile está en un camino al desarrollo, y ese proceso requiere invertir en educación en sus diferentes niveles y muy especialmente en investigación, para poder generar nuevo conocimiento y realizar transferencia de sus resultados.
Recientemente se informó que en el año 2011 la inversión en investigación y desarrollo (I+D) aumentó de 0,4 a 0,5% del PIB. Un paso lento por el camino correcto, lo que está en sintonía con las políticas públicas de las últimas décadas. El apoyo de Conicyt ha sido sin duda importante para que la ciencia chilena –desarrollada mayoritariamente en las universidades tradicionales– sea de calidad y goce de prestigio internacional.
Recientemente se informó que en el año 2011 la inversión en investigación y desarrollo (I+D) aumentó de 0,4 a 0,5% del PIB. Un paso lento por el camino correcto, lo que está en sintonía con las políticas públicas de las últimas décadas. El apoyo de Conicyt ha sido sin duda importante para que la ciencia chilena –desarrollada mayoritariamente en las universidades tradicionales– sea de calidad y goce de prestigio internacional. A pesar de este avance, Chile sigue siendo el país de la OCDE que menos invierte en I+D, muy lejos del 2, 3% del PIB promedio de los países que la integran. Hacer de Chile un país que participe de la sociedad del conocimiento necesita un esfuerzo adicional.
A pesar de este avance, Chile sigue siendo el país de la OCDE que menos invierte en I+D, muy lejos del 2, 3% del PIB promedio de los países que la integran. Hacer de Chile un país que participe de la sociedad del conocimiento necesita un esfuerzo adicional. Requiere dar un gran salto en Ciencia y Iconología (C&T), para basar efectivamente el crecimiento en el conocimiento y en