Un curso de amor. Mari Perron. Читать онлайн. Newlib. NEWLIB.NET

Автор: Mari Perron
Издательство: Bookwire
Серия:
Жанр произведения: Философия
Год издания: 0
isbn: 9789874935250
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sentido en absoluto a una creación así? Aquellos que le han dado la espalda a Dios y se han negado a creer en semejante disparate, simplemente se han negado a adaptar la razón para encajarla donde no tiene cabida, sin darse cuenta de que existe una alternativa.

      14.8 No se te pide que creas lo increíble, ni que hagas caso omiso de todo aquello que la razón te diría. Sólo lo opuesto es cierto. En cambio, lo que se te pide es que abandones las leyes del caos y adoptes las leyes de la razón. Que abandones las leyes de la ilusión en favor de las leyes de la verdad.

      14.9 No pienses que la razón se opone al amor, pues el amor da fundamento a la razón. El fundamento de tu mundo demente es el miedo. El fundamento del Cielo, tu verdadero hogar, es el amor. El mismo mundo basado en estos fundamentos distintos tendría inevitablemente un aspecto muy diferente.

      14.10 Tus ideas sobre el amor, sin embargo, encajan con tu meta de separación con el mismo ajuste perfecto y cómodo que tu idea sobre el cielo. Pues lo que requieres del amor es que te distinga y te haga especial. Exiges mucho más a los que amas que a cualquiera de tus otros hermanos y hermanas. Y ese plus que les exiges tiene el único propósito de alimentar la idea de que eres especial. Buscas la corroboración constante de que esta persona a la que amas te ama a su vez, y si no la recibes, consideras que tienes motivos para declarar heridas que no se pueden curar, y para exigir reparaciones que no se pueden pagar. Así es como mantienes en el mayor sometimiento a aquel al que más amas, y a ese sometimiento lo llamas relación.

      14.11 Donde esto se ve con mayor claridad es en aquellas relaciones que lo eran “todo” para ti en una época, y que después te fallaron. Puede tratarse del recuerdo de cualquier relación, y cada uno de vosotros tiene alguna. Puede ser la de padres e hijos, la de mejores amigos, la de un matrimonio o relación de pareja, o incluso la de un mentor o alumno. Cualquiera fuera su configuración, fue una relación que verdaderamente te trajo alegría. En ella eras feliz y te sentías como si no necesitaras nada más que eso. Fue una relación tan intensa que, en su punto álgido, habrías empezado a considerar como la meta principal de tu vida su perpetuación sin cambio alguno. Sin ella, la vida no merecería la pena, por lo que era necesario conservarla a toda costa.

      14.12 Éste es un ejemplo clásico que te revelaría mucho sobre ti y sobre el mundo que has construido, con sólo estar dispuesto a mirarlo con ojos que realmente vean. Es la lente de aumento que te permitirá observar tu mundo en toda su loca confusión. Pues aquello que te causó tanta dicha parecía venir a costa del dolor y dejarte más solo y desamparado que antes. ¿Cómo podría decirse esto del amor? ¿Y cómo podría haberte fallado de esa manera? ¿Y cómo, si era real –y eso, sin duda, es lo que parecía– podría demostrar algo, excepto que el amor no es la respuesta, y desde luego, no para ti?

      14.13 Hemos de comenzar por lo que es obvio, un aspecto sencillo que algunos de vosotros habéis negado, y que otros no habéis podido negar. El motivo por el que esa relación ocupa un lugar tan destacado en tu mente y por el que su recuerdo te es tan doloroso es que fue, efectivamente, real, y de un modo distinto de tus relaciones anteriores y posteriores. Ninguna otra relación te ha afectado de la misma manera. Nunca has estado más seguro del valor que tenía una relación para ti. Es natural que algo capaz de hacerte sentir tan feliz, seguro, apreciado y amado, poseyera un valor sin parangón. En esto estabas en lo cierto. No fue una ilusión la que te hizo sentir de esa manera. No se trataba del amor que se hace pasar por amor en este mundo, sino de otra cosa, completamente distinta. Por un momento, aunque fuera breve, esto fue amor verdadero, pues nada salvo el amor puede ser causa de gozo, ni ofrecer un abrigo seguro en un mundo demente.

      14.14 Tu respuesta al amor es lo que nos concierne ahora, pues el retorno del amor está próximo, y no conviene que vuelvas a responder de la misma manera.

      14.15 Todo aquello que consideras valioso, lo quieres conservar. Esto tiene perfecto sentido para ti porque el fundamento de tu mundo es el miedo. Si el fundamento de tu mundo fuera el amor, estarías deseando compartir todo aquello que consideras valioso. Quizás creas que el deseo de guardarte cosas para ti se origina en algo distinto del miedo. Podrías llamarlo orgullo, o seguridad, o incluso aceptar que es vanidad, antes que llamarlo miedo. Pero miedo es lo que es.

      14.16 Sólo el miedo genera los sentimientos de carencia que lleva adosados, que son la piedra angular del cimiento de tu mundo separado. No te das cuenta de que has creado un universo para ti, un universo que has de mantener, y que sin tu esfuerzo se disolvería. Este universo eres tú, y tú eres todo lo que hay en él. ¿Acaso no crees que si perecieras el mundo perdería algo completamente singular? Eres único e irremplazable: no hay nadie igual. En ti se encuentra todo lo que quisieras contribuir y crear. En las acciones e interacciones de tu vida se encuentran todos los efectos que quisieras tener sobre lo que permanece aquí. Sin ti, las personas y los hechos en los que tú influirías se comportarían de un modo totalmente diferente, y los resultados serían distintos de aquellos que se supone son los previstos. Aunque ignoras cuál es tu función, hay por lo menos una parte de ti que cree que esto es verdad, pues tu existencia debe tener alguna razón, aunque no consigas imaginar cuál podría ser. Debes estar destinado a existir, por el hecho mismo de que existes. Y no comprendes qué sentido puede tener que existas, si no es por algún motivo.

      14.17 ¿Acaso no es ésta la descripción de un universo? ¿Qué es un universo sino él mismo y todo lo que contiene? Nada parece existir fuera de él, por lo que debe ser único. Todo lo que ocurriría dentro del universo dependería de él.

      14.18 Crees que eres muy consciente del pequeño espacio que ocupas en el universo, y que es una insensatez afirmar que piensas lo contrario. Sin embargo, dado que únicamente aquello que conoces forma parte de tu universo, ¿no ves que depende de ti, y que si depende de ti, entonces el universo eres tú? Sólo aquello de lo que eres consciente existe en el universo que tú eres. Sólo aquello que te sucede a ti afecta a tu universo. Tu universo es completamente diferente del de los demás, y completamente autónomo. Las leyes de tu universo están hechas para el mantenimiento de tu cuerpo, porque sin él, no existirías. Y cuando tú dejas de existir, también deja de existir tu universo. Sus luces se apagarán, y se extinguirá.

      14.19 ¡Vaya tarea ingente que te has asignado! No es de extrañar que vivas con miedo, considerando todo lo que depende de ti. Y tampoco es de extrañar que cuando encuentres un respiro, un lugar de descanso, belleza y amor, quieras reclamarlo como tuyo, ¡no vaya a ser que se te escape! Dicho lugar también debe mantenerse dentro de tu universo, pues si no es así, no lo conocerás, y sus beneficios se escaparán y se te perderán. Desearías poder unirte a él y hacerlo uno contigo, pero como no sabes que esto se puede hacer, ni conoces el modo de hacerlo, intentas lograr lo que más se le aproxima, que es mantenerlo cerca de ti: un universo gemelo, que aunque siga existiendo por separado, está lo suficientemente cerca como para que puedas contemplarlo y sentir el beneficio de su calidez por su proximidad. Más que esto no puedes hacer, aunque lo sigues intentando. Atarías este universo separado del tuyo con cadenas, pues mientras mantenga su autonomía –y así ha de hacerlo– su proximidad no es suficiente. Lo siguiente que pruebas, entonces, es un estilo de intercambio. Como dos países, uno rico en petróleo y el otro en cereales, estableces dependencias que os mantendrán vinculados. Algunos hacéis esto de forma evidente, y conforme van pasando los años, creáis una red de intrincado diseño, un cepo o trampa que parece imposible de desmantelar a causa de sus interconexiones. Otros desarrollan este plan de atrapamiento sólo en su mente, mientras traman y planifican algo que nunca tienen la oportunidad de poner en práctica. Hay también quienes son más recatados en su diseño, y lo disfrazan para que parezca sacrificio y regalos hechos, aunque todo ello con el mismo propósito en mente. De lo que nadie se da cuenta es de que el miedo ha ocupado el lugar del amor.

      14.20 Algunos pueden darse cuenta de que temen perder el amor, e incluso pueden hablar de ello e intentar aliviar el temor contrayendo compromisos oficiales, y realizando juramentos y promesas. Otros pueden negar su temor y decir que confían en lo que tienen y en la fidelidad de la persona a la que aman. Son pocos los que no necesitan expresar su fe y su confianza porque sus sentimientos siguen siendo fuertes, a pesar de su temor. Pues incluso aquellos que no temen el engaño, han de seguir temiendo al gran engañador. No importa si lo llaman vida o muerte, ya que es lo mismo. Es la posibilidad que no puede ser prevista, pero que siempre