Un curso de amor. Mari Perron. Читать онлайн. Newlib. NEWLIB.NET

Автор: Mari Perron
Издательство: Bookwire
Серия:
Жанр произведения: Философия
Год издания: 0
isbn: 9789874935250
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a la de su Padre mediante su libre albedrío, y de esta forma obrarlo para todos. Esto es lo único que significa la corrección o la expiación, y es lo único que necesitas aceptar. Únete a tu hermano que hizo esta elección por todos, y así te reunirás con Cristo en ti.

      12.15 Las mentes unidas no pueden pensar por separado y no tienen pensamientos ocultos. De hecho, no son mentes en plural, sino una sola mente. Lo que este Curso dice es que en algún momento que no existe en el tiempo, el Hijo de Dios optó por la separación. El hecho de que en ese momento el Hijo de Dios tuviera una forma o muchas no es importante, pues ya fuera una forma o muchas, seguía habiendo una sola mente: la mente del Hijo de Dios unida a la de su Padre. A muchos de vosotros se os ha enseñado este misterio de la fe. Padre, Hijo y Espíritu Santo son Uno. Si de verdad hubierais aprendido esta enseñanza, ya no habría separación.

      12.16 Las palabras “Padre”, “Hijo” y “Espíritu Santo”, al igual que la palabra “amor”, son sólo símbolos representativos de ideas que, a su vez, representan aquello que es. El que hayáis hecho del Padre una figura singular, de algún modo más grande que el Hijo, y hayáis aceptado al Espíritu Santo como algo que en gran medida está fuera de vuestra comprensión, sólo demuestra la naturaleza del error que hay que corregir. Si bien, al ser símbolos, las palabras no pueden explicar plenamente aquello que no se puede simbolizar, ofrecen un comienzo que ha de completarse por medio de los recuerdos de vuestro corazón. Así es que continuamos, dándonos cuenta de que estas palabras expresan la verdad únicamente dentro de su capacidad como símbolos, y que más allá de donde estos símbolos os puedan llevar, se encuentra la verdad dentro de vuestro Ser.

      12.17 Todos habéis comprobado cómo os puede afectar un pensamiento que parece haber surgido de la nada. Una idea, nacida un día, no parece haber estado allí el día anterior. Quizás sea la idea de hacer un viaje o de tener un bebé, de volver a la escuela o de dejar un empleo. Puede parecer que esta idea, recién nacida, viene y se va, o que se convierte en una obsesión, pero de cualquier modo no abandona su fuente. Y sin el nacimiento de la idea, sus resultados no se producirían. Puedes tener mil ideas un día, y diez mil al día siguiente, tantas que te sería imposible llevar la cuenta, y sin embargo siguen existiendo dentro de ti, y no se desprenden para convertirse en algo aparte de ti. Imagina que esto ocurriera y te darás cuenta de lo absurda que sería una situación así. ¿Acaso puede un viaje suceder por sí solo? ¿A quién le sucedería?

      12.18 Es muy posible, sin embargo, que digas que una idea pareció haber tomado vida propia y haberte obligado a hacer cosas que ni en sueños se te hubiera ocurrido hacer. A menudo las personas miran hacia atrás repasando su vida y se preguntan cómo llegaron desde ese punto hasta donde están ahora, y puede que algunas observen cómo una idea echó raíces y cambió lo que parecía ser un destino ya escrito.

      12.19 En la medida en que es posible describir con palabras la separación, esto es lo que ocurrió: una idea de separación entró en la mente del Hijo de Dios. Como cualquiera de vuestras ideas, ésta no abandonó su Fuente ni alteró en absoluto Su esencia. Aunque la idea de tomarse unas vacaciones de aventura, una vez materializada, podría reconfigurar la vida de la persona que participa en ellas, no cambiaría la identidad de esa persona, ni la de su padre, ni el carácter de la familia en la que nació. Lo único que cambiaría sería la forma de su vida, los hechos que en ella se producirían, tal vez los lugares en los que se desarrollaría, o las personas que formarían parte de ella. En resumen, los aspectos externos de la vida.

      12.20 De la idea de la separación surgió la idea de un aspecto externo de la vida. Antes de la idea de la separación, no había tal cosa, y sigue sin haberla, excepto como una extensión de la idea original. De la misma manera que hemos señalado que tu deseo de proteger o de controlar proviene del concepto de miedo, y nos dimos cuenta de que sin miedo tal deseo no existiría, lo mismo sucede en cuanto al aspecto externo de la vida: sin la idea original de separación, el aspecto externo de la vida no existiría. Del mismo modo que el miedo no es real aunque parece serlo, la separación no es real aunque parezca serlo.

      12.21 El Padre no impidió que la idea de separación tuviera lugar, y no podría haberlo impedido, como tú tampoco podrías impedir que una idea se te ocurriera. Al igual que una idea tuya, una vez nacida, sigue existiendo, así también pasó con la idea de separación. Pero de la misma manera que tus ideas no toman vida propia aunque a veces parezcan hacerlo, esta idea tampoco tenía la capacidad de ser más de lo que era, excepto en la medida en que el Hijo eligiera participar en ella.

      12.22 Así es que la participación del Hijo en la idea de separación pareció dar lugar a una vida completamente reconfigurada, a un destino distinto del que estaba escrito. Sin embargo, dicha participación sólo podía proceder de la idea original y no podía proceder en la realidad, sino tan sólo en el aspecto externo de la vida que la precedió. La idea de separación no cambió nada en realidad, sino que se convirtió en un drama representado en un escenario tan real que parecía ser la realidad.

      12.23 La separación es dolorosa sólo para aquellos que creen que puede ocurrir en verdad. ¿Qué sentido tendrían el rechazo de un hijo o la muerte de un padre para aquellos que no creyeran en la separación? ¿Crees que Dios cree en la separación? No la conoce, y porque no la conoce, no existe. Porque no la conoce, no le ha causado ninguna herida. No conoce el rechazo ni la muerte. No conoce el dolor ni la pena. Su Hijo permanece con Él en su hogar eterno, unido a Él como siempre, en compleción eterna.

      12.24 Sin embargo, aunque la extensión del Hijo en el mundo externo es real, es lo único verdaderamente real en dicho mundo. El Hijo no podría crear sino a semejanza del Padre, quien creó todo por extensión de Sí mismo. Ni la extensión del Padre ni la del Hijo menoscabaron al Padre ni al Hijo en modo alguno. Sustituye la palabra “Padre” por la palabra “creación” y observa si el concepto te resulta más claro. ¿Cómo podría la extensión continua de la creación, su creación continua, hacer de ella menos de lo que era en un principio? Aquello que llamamos “Padre” no es sino el rostro celestial de la creación, una personificación de lo que en verdad no se puede personificar. Te resulta difícil creer que la propia creación pueda ser benévola y bondadosa, o simplemente otro nombre para el amor, pero así es. Dios no es sino el punto de partida de la creación, el Creador de la creación y aun la propia creación. El Hijo y el Espíritu Santo, al igual que la Creación, surgieron del punto de partida de Dios. Dios es el punto de partida del Hijo y del Espíritu Santo también, el Creador del Hijo y del Espíritu Santo, y sin embargo, Él es también el Hijo y el Espíritu Santo.

      12.25 Ahora, sigue adelante con este patrón, pues el patrón de la extensión de Dios es el patrón de creación, y por tanto, el patrón del universo. El Hijo se extendió en la creación, y tú eres esa extensión y tan santo como Él. La idea de separación sólo aparenta haber hecho al Hijo de Dios susceptible a la división, y estos símbolos en forma de palabras son lo único que parecen separar al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo de la Creación, o entre sí.

      CAPÍTULO 13

      13.1 Nunca entenderás del todo qué significa la unidad; no obstante, sí llegarás a sentir qué significa, te lo prometo. Ésta es la meta hacia la que avanzamos en este Curso, pues una vez que hayas experimentado cómo se siente la unidad, no te hará ninguna falta entenderla. Éste es el único propósito de los ejercicios que te piden que observes tu cuerpo. Dichos ejercicios constituyen el paso previo a lo que está por llegar, ya que te preparan para sentir aquello que no es de tu cuerpo. El ejercicio siguiente da otro paso más en la misma dirección, al ser simplemente una extensión del primero. En este segundo ejercicio, empezarás a tomar conciencia de que tus hermanos y hermanas no son sus cuerpos, de la misma manera que tú no eres el tuyo. Se trata de la extensión natural de observar tu cuerpo en acción, porque mientras tu cuerpo parece interactuar con otros y observas dicha interacción, te “verás” a ti mismo y a los demás bajo una nueva luz. Tu cuerpo parecerá más conectado con los de aquellos con quienes interactúa, ya que formarán todos un conjunto mientras los estás observando. No observarás sólo a los demás, sino a ti con los demás, lo cual os situará a ti y a “ellos” juntos donde os corresponde estar. Esta aparente unión de cuerpos es sólo un primer