Un curso de amor. Mari Perron. Читать онлайн. Newlib. NEWLIB.NET

Автор: Mari Perron
Издательство: Bookwire
Серия:
Жанр произведения: Философия
Год издания: 0
isbn: 9789874935250
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en dónde se encuentra el amor, pues el amor te encontrará a ti. No necesitas concentrarte en dar amor, pues no puedes dar lo que aún no conoces, y cuando lo conozcas no necesitarás darlo, porque se extenderá desde ti de forma natural en milagros llamados amor. El amor es lo único que llenará tu vacío, y es lo único que nunca te volverá a dejar vacío mientras se extienda desde ti hacia tus hermanos y hermanas. El amor es lo único que no te dejará insatisfecho. El amor es lo único que reemplazará el uso por la unidad.

      11.18 Existes, sencillamente por tu relación con el amor. El amor es la unidad que buscas. Al elegir separación en vez de unidad, lo que hiciste fue elegir miedo en vez de amor. Al renunciar al miedo e invitar a la unidad a volver, lo que haces es enviar una invitación al amor, diciéndole: “Eres bienvenido aquí”. ¿Qué es una cena con invitados en la que el amor no está presente? Una mera obligación social. Mas una cena en la que se le da la bienvenida al amor se convierte en una celebración. La mesa se transforma en un altar al Señor, se llena de gracia y el Señor está con los comensales.

      CAPÍTULO 12

      12.1 La palabra “amor” es parte del problema que tienes con este Curso. Si tomara la palabra “amor” y la cambiara por algún sofisticado término técnico, y dijera que éste es el elemento que fusiona el mundo en unidad, te resultaría más fácil aceptarlo. Si dijera que este término sofisticado es desconocido para ti y que por eso has creído en tu separación, en lugar de en tu unidad con todas las cosas, sería mucho más probable que asintieras con la cabeza y dijeras: “Yo ignoraba esto, como todos los demás”. Si un científico te dijera que se ha hallado una energía benigna que demuestra tu conexión con todo lo que hay en el universo, y le pusiera un nombre estrambótico, dirías: “Se ha realizado un nuevo descubrimiento y estoy dispuesto a creer que puede ser verdad, sobre todo si otras personas también van a creer que lo es”.

      12.2 Te sientes un poco timado cuando se te dice que el amor es la respuesta. Te sientes un poco reprendido cuando se te dice que desconoces el amor. Te sientes un poco engañado al pensar que posiblemente el amor no se limite a aquello que tú creías que era. Te parece típico de un texto espiritual que te diga que el amor es la respuesta, como si eso no se hubiera dicho antes. Este mensaje ya se predicó hace mucho tiempo y, sin embargo, el mundo sigue igual. Siendo así, ¿cómo puede ser ésta la respuesta correcta? La vida es demasiado complicada para que el amor sea la solución.

      12.3 ¡Con qué rapidez te dispones a volver al escepticismo y a creer que ya lo has intentado y que has fracasado! Porque todos creéis que habéis probado esta idea denominada ”amor”, y todos creéis que tenéis pruebas que demuestran que no es en absoluto la solución. ¿Cuáles son vuestras pruebas? Vuestra propia incapacidad para ser felices y la infelicidad del mundo que veis a vuestro alrededor.

      12.4 Hemos dicho antes que el único sentido posible que tiene tu libre albedrío es la elección que hagas entre aquello con lo que te unes y aquello que eliges situar fuera de ti. Sin embargo, has de entender que nada que no sea parte de Dios merece unirse a ti, ni tampoco puede. Aquello a lo que has querido unirte es el motivo de tu infelicidad. Porque buscas unirte a aquello que no se puede unir, y pretendes separarte de todo aquello que podría unirse a ti, y que llenaría tus lugares oscuros y solitarios con la felicidad que buscas.

      12.5 Te puede parecer que este Curso se ha desviado bastante del propósito que le atribuyes, pues buscas algo específico de él, aunque no lo sepas. Buscas el descanso y la alegría sosegada que sólo nacen del amor. Buscas la seguridad y la protección de un hogar amoroso, aunque se trate sólo de un hogar filosófico. Buscas la tierna seguridad de la certeza, no de tu mente sino de tu corazón. Hay una parte de ti que piensa: “Si sólo pudiera estar seguro…” y ahí se detiene, porque ni siquiera estás seguro de qué es aquello sobre lo que buscas seguridad. Y sin embargo, sabes que lo que más te cansa es tu incapacidad de estar seguro de nada. Y en efecto, estás muy cansado.

      12.6 La voluntad de Dios para ti es la felicidad, y de esto puedes estar seguro. Alinear tu voluntad con la de Dios es hacer de ese estado de seguridad, tu hogar. Se trata de un deseo hecho realidad, y cuando sea lo único que desees, se cumplirá. Y al cumplirse ese deseo, encontrarás el descanso y te librarás de todas las pesadas cargas que has llevado.

      12.7 Reconoce ahora tu deseo de descansar, un deseo que podría hacerte llorar, hacerte desear dormir un sueño eterno. Si tan sólo entendieras la energía que hace falta para mantener el mundo de tu ilusión en su lugar, entenderías el descanso que llegará simplemente por renunciar a la necesidad de hacerlo. Tu deseo de certeza es parte de la resistencia que opones a toda idea que parezca tener que ver con el cambio. Te esfuerzas por conservar lo poco que crees saber, y sin embargo en el fondo te das cuenta de que no sabes nada con la certeza que buscas.

      12.8 Cualquier tipo de incertidumbre supone una duda acerca de tu Ser. Ésta es la razón por la que este Curso se propone establecer tu identidad, pues de ella vendrá todo lo demás. Así, este Curso parece pedir cambios en todos los niveles, y sin embargo, de un solo cambio vendrán todos los demás, y sin ningún esfuerzo en absoluto por tu parte. E incluso este único cambio no es ni siquiera un cambio, pues simplemente busca eliminar todos los cambios que crees haber hecho a la creación de Dios. Dicho cambio pretende tan sólo restaurarte a tu Ser.

      12.9 Tu Ser descansa completamente inalterado dentro del Cristo en ti. El restablecimiento de tu relación con tu hermano es lo que te mostrará tu Ser. Tienes un único hermano que viste muchos rostros en tu percepción de quién es, y mientras no lo conozcas no podrás conocer tu Ser. Este único hermano puede unirte con todos aquellos a quienes percibes como otros, pues todos los demás son uno con él, al igual que contigo. Ésta es la única unión necesaria, que al producirse dará lugar a todas las demás.

      12.10 Ésta es la única desunión producida por tu decisión de elegir la separación, y se trata sólo de haberte separado de tu Ser. He aquí el punto más difícil de comunicar, porque contiene una contradicción, la única contradicción que ha creado el mundo que ves y la vida que vives. Aunque es imposible que algo haya ido mal en la creación de Dios, ¡resulta que algo ha ido mal! Sólo hace falta mirar a tu alrededor para comprobar que esto es así, y en lugar de sentirte desanimado por esta noticia, suspiras con alivio porque sabías que era verdad, y sin embargo tenías la sensación de que éste era el secreto que se te había ocultado. Es como si se te dijera interminablemente: “Todo está bien” cuando sabes que no es verdad. Y si “todo” está bien, entonces debes de ser sólo tú quien esté mal.

      12.11 Toda la creación parece fluir en perfecta armonía. Las estrellas iluminan el cielo; el sol y la luna cumplen la función que se les ha asignado; los animales del mar, de la tierra y del aire son exactamente como su Creador dispuso; las montañas se erigen en toda su majestad; los ríos fluyen, e incontables arenas del desierto son llevadas por el viento en un movimiento sin fin. Todo parece ser aquello que es y siempre ha sido, salvo, quizás, por la huella que deja el ser humano sobre todo ello. Aun así, la luna sigue siendo la luna, a pesar de las pisadas del hombre. La Tierra sigue siendo la Tierra, a pesar de vuestras carreteras, caminos y puentes. Y en algún lugar que no conoces, la paz sigue siendo la paz, a pesar de vuestras guerras; y la felicidad sigue siendo la felicidad, a pesar de vuestra desesperación.

      12.12 ¿Y qué hay de ti? Parece que tú también has permanecido igual a lo largo de eras incontables. Tal vez crees que hace mucho tiempo evolucionaste de una forma distinta de la que ahora habitas; pero lo cierto es que dentro de las leyes de la evolución has cambiado tan poco como las aves del cielo o los peces del mar. Sin embargo, sabes que de entre toda la creación, es sólo la humanidad la que de alguna manera no es como le correspondería ser. En un día hermoso y en un bello paraje puedes ver que el paraíso de la creación sigue existiendo, pero en ningún lugar encuentras el Ser que Dios creó a Su imagen.

      12.13 ¿Tiene algún sentido que esto haya ocurrido? ¿O que antaño caminaran sobre la Tierra seres que revelaban la imagen de Dios, y que cuando se dejó de verlos aquí se perdiera para siempre la imagen de Dios en la Tierra? ¿Acaso es posible que viniera y se fuera sólo uno, dejando este vacío por siempre sin llenar, un hueco enorme en el mismo universo?

      12.14