Un curso de amor. Mari Perron. Читать онлайн. Newlib. NEWLIB.NET

Автор: Mari Perron
Издательство: Bookwire
Серия:
Жанр произведения: Философия
Год издания: 0
isbn: 9789874935250
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o incluso el trabajo continuo o las compras, se niegan a volver a la realidad de aquel yo. Si no la pueden abandonar, la bloquearán. Algunos, al llegar a dicho umbral, dan la vuelta. Se niegan la alegría, el dolor o la inconsciencia que harían imposible el regreso, y se consideran afortunados por no ir al lugar donde el cambio se haría inevitable.

      10.22 El yo separado está tan instalado en el miedo que los temores conocidos de su existencia le parecen preferibles a los temores desconocidos de cualquier otra clase de existencia. No se le ocurre que pueda ser posible elegir una opción en la que el miedo no tenga ninguna cabida, pues la ausencia del miedo es algo que nunca ha conocido.

      10.23 Si el cuerpo es el aspecto superficial de tu existencia, y el miedo se encuentra debajo de la superficie, observa las ventajas de este ejercicio: sitúa tu cuerpo por delante de ti, donde puedas observarlo en silencio. Mientras contemples cómo tus manos realizan su trabajo, o cómo la sombra se forma en el suelo al andar de un lado a otro, estarás aprendiendo la única separación que puede serte útil.

      10.24 El primer hallazgo significativo que harás será que no todo lo que oyes entra por tus oídos. Encontrarás que estás lleno de pensamientos: pensamientos acerca de tu cuerpo, la misma clase de pensamientos que podrías tener sobre el cuerpo de otra persona. La diferencia será que estos pensamientos no parecerán haberse originado en tu cabeza. Puede que te des cuenta por primera vez, o de un modo diferente, de que siempre has oído tus pensamientos sin contar con tus oídos. Quizás ahora estés diciendo: “Pues claro, así es como oímos nuestros pensamientos, ésa es la naturaleza del pensamiento”. Pero, ¿en algún momento antes has considerado la naturaleza de tus pensamientos, o simplemente los has dado por sentados?

      10.25 Los pensamientos no se ven ni se oyen, y sin embargo te acompañan constantemente, y nunca más claramente que cuando realices este experimento de desapego del cuerpo. Por eso lo llevamos a cabo, y con independencia de que consideres que te ha salido bien o que has fracasado totalmente, te darás cuenta de nuevo de que tus pensamientos definen quién eres con mayor exactitud que tu cuerpo. Con independencia de que divaguen sin rumbo o estén bastantes centrados, tus pensamientos son, en mayor medida que el cuerpo que observas, la fuente de todo lo que eres y todo lo que haces.

      10.26 Puede que te rías de ti mismo por participar de este ridículo experimento, pero te darás cuenta de que el deseo de reírte de ti mismo es genuino y de que no proviene de la mezquindad. Habrá un ser más feliz a quien este juego le parezca divertido, y no le importará en absoluto que salga bien o no. También esa risa, así como las ganas de divertirse que la han provocado, surgirán sin la participación del cuerpo.

      10.27 Pronto desarrollarás la capacidad de ver sin los ojos del cuerpo. Al principio, esto también parecerá un juego tonto, un truco de la imaginación. Al comienzo observarás únicamente aquello que puedes “ver”: tus brazos y tus piernas, la sombra que se forma mientras caminas… pero cada vez más verás el cuerpo como un todo. Lo verás desde atrás mientras lo sigues a lo largo de su día, incluso en un principio sin darte cuenta de que esto está ocurriendo. Y comprobarás que mientras observas, eres más consciente de lo que te rodea, y más consciente de que tu cuerpo forma parte de todo lo que está ocurriendo. Ahí están tu cuerpo y otros seis cruzando la calle. Ahí está tu cuerpo sentado ante una mesa de trabajo, en un edificio entre otros muchos. Te darás cuenta de la escasa frecuencia con la que hasta ahora eras consciente de la calle por la que caminabas, de los edificios que había a cada lado, del cielo abierto arriba, o de todos “los demás” que la recorrían contigo. Te sentirás más integrado en el todo, en vez de menos integrado, y esta sensación te sorprenderá.

      10.28 Sigue adelante ahora, pues esto es sólo el comienzo. Experimenta sólo por divertirte, y sin dejar lugar al desaliento. No se trata de una prueba, así que no puedes suspender. Sólo estás jugando. Juega a observarte desde arriba. Ahora, ¿puedes verte desde esta altura? Y dando brincos, ¿puedes adelantarte para ver cómo tu cuerpo viene hacia ti?

      10.29 Este cuerpo del que afirmas que es tu “ser” no es más que una forma: ¿cómo puede ser que no lo veas?

      10.30 Lo que sentirás a medida que avances es cómo la visión de túnel del yo separado va cediendo ante la visión expandida del Ser unificado. Mientras sientes cómo esto ocurre, empezarás a ser consciente de sensaciones que tampoco están ligadas al cuerpo. Al igual que los pensamientos que ni ves con los ojos ni escuchas con los oídos del cuerpo, estas sensaciones tampoco dependerán de los sentidos de tu cuerpo.

      10.31 Notarás bastante resistencia a este experimento. Considerarás que eres demasiado serio para jugar a este juego y que tienes mejores cosas que hacer. Sin embargo, por mucho que te resistas, la idea ha sido plantada y te encontrarás participando en él, a veces aparentemente “contra tu voluntad”, a pesar de estar decidido a no hacerlo. Cuando empieces a sentir los efectos del experimento, también aparecerá el miedo, sobre todo si te tomas el juego demasiado en serio. Habrá ocasiones en las que no querrás reírte cuando sientas el impulso de hacerlo, y otras ocasiones en las que, después de un solo instante de visión expandida, recibirás con gratitud la vuelta a la visión de túnel. Sentirás alivio al tocar el suelo con los pies y comprobar que el contorno de tu cuerpo sigue intacto. No obstante, recordarás las ganas de reírte dulcemente de ti mismo, así como la visión expandida. Recordarás que por un momento tu cuerpo no parecía ser un contorno que te contenía dentro de sus límites. Y entonces recordarás que éste es un Curso para recuperar el recuerdo, y que la memoria es el lenguaje del corazón.

      10.32 En este punto, muchos de vosotros os rebelaréis, pensando que esto no es aquello para lo que os habéis inscrito. Tal vez lo único que queráis sea leer este Curso, sin tener la obligación de realizarlo. Querréis centraros en la parte teórica, y no aplicar la parte práctica. Pediréis la información, y diréis que, en realidad, preferís no vivir la experiencia. Lo que queríais era la guía del viajero, no el viaje en sí. Esto es lo que demasiados de entre vosotros buscabais, y muchos os seguís resistiendo a daros cuenta de que habéis recibido más de lo que esperabais. Se ha llegado a una puerta, se ha traspasado un umbral. Aquello que tu mente seguiría negando, tu corazón no puede hacerlo. Has recuperado un pequeño destello de la memoria y ella no te abandonará al caos que pareces preferir. Te llamará constantemente para que la reconozcas y le permitas crecer. Tirará de tu corazón con la mayor delicadeza. Su susurro se escuchará entre tus pensamientos. Oirás su melodía en tu mente. “Vuelve, vuelve”, te dirá. “Regresa a casa, regresa a casa”, cantará. Sabrás que hay un lugar dentro de ti en el que se te echa de menos, en el que se te añora, donde estás a salvo y donde eres amado. Se ha abierto un espacio para un poco de paz en la casa de tu locura.

      CAPÍTULO 11

      11.1 Los ejercicios de este Curso de amor son pocos, y están integrados en él en lugar de presentarse aparte. Hay razones para adoptar este método. La primera es tu actitud hacia la instrucción, y el hecho de que en realidad no la deseas. Lo que deseas es aquello que sólo puedes obtener de tu propia Fuente. De nuevo, eres consciente de este aspecto de la creación, el cual ha contribuido a solidificar tu posición en contra de la unión, así como la desgana que sientes por la instrucción. Esto se debe a tu confusión acerca de tu fuente. Todo tu feroz empeño por aferrarte a tu individualidad nace de esta confusión. Si tu “fuente” fuera verdaderamente tu cuerpo y el cerebro que lo hace funcionar, entonces no habría duda de que tendrías que aprender las cosas por ti mismo, pues todo aprendizaje verdadero ha de provenir de tu Fuente.

      11.2 Piensas que tu fuente y tu Creador son dos cosas separadas, e incluso con demasiada poca frecuencia recuerdas que no eres tu propio creador. Has hecho esta separación partiendo de la idea de que aquello que te creó no puede ser uno contigo. De nuevo, esto no hace sino señalar tu falta de reconocimiento de qué es realmente la creación. Y sin embargo, cuando quieres desarrollar la creatividad te das cuenta de que se trata de una celebración del creador, y al rendir homenaje a los artistas de todo tipo, esta realidad es la que honras. Cada poesía lleva la marca de su creador, como también lo hace cada obra de arte que contemplas y a la que llamas “obra maestra”, además de aquellas creaciones de manos pequeñas que cuelgas en la puerta del frigorífico o en la pared del despacho. No