Bajo este sistema estaremos eligiendo hacer «más de lo mismo», trabajando y evolucionando dentro de nuestra máscara, encerrados en nuestra caja y con poco o nulo acceso al oro de nuestro interior; estaremos trabajando desde el estuco de nuestra máscara, no accederemos a los tesoros ocultos que hay debajo de esta y tampoco obtendremos resultados distintos de los que hemos obtenido en el pasado.
En todo caso, este proceso del lado izquierdo es útil para saber de dónde partimos, dónde estamos, cuál es nuestra visión de la realidad, qué emociones tenemos, qué estamos asumiendo, cuál es nuestra estrategia –probablemente más enfocada en lo que nos ha funcionado hasta ese momento que en cosas nuevas–, qué estructura tenemos y/o necesitamos para desarrollar nuestro proyecto y, finalmente, qué habilidades y talentos (procesos) necesitamos para conseguir lo que queremos (comportamientos).
Sin embargo, cuando trabajamos en la incertidumbre –y actualmente casi toda nuestra realidad es incierta–, este sistema ya no nos es útil. Necesitamos creatividad, espontaneidad, opciones distintas y resultados distintos. Necesitamos ir más allá, más allá de nuestra caja, de nuestra máscara y de nuestros juicios, y para eso el Eneagrama es especialmente útil porque nos informa de dónde estamos, qué nos estamos perdiendo y qué podemos hacer para acceder a todo nuestro potencial.
Así, una vez que conocemos nuestra máscara, accedemos a conocer sus juicios –que son los nuestros–, su estado de ánimo –que es el que tenemos y nos impide ver otra realidad–, y nuestras motivaciones dominantes –conservación o tarea, sexual o relacional y social o de poder.
Partiendo de conocer nuestra máscara podemos indagar a través de sus grietas para ir más allá del estuco superficial e ir encontrando las cuatro llaves. Al hacerlo, lideramos desde otro sitio y proporcionamos la mejor respuesta posible al futuro emergente que se presenta.
Entonces podremos transitar por el lado derecho de la Pirámide: intención, actitud, instinto, perspectivas, escenarios y apoyos, que es el camino del líder, donde este accede a la confianza de que lo que hace es lo correcto, con iniciativa, determinación y mirada global.
Del objetivo a la intencion
En un modelo de liderazgo clásico, el objetivo suele ser el elemento primordial que normalmente definimos con el acrónimo en inglés Smart.
La S corresponde a específico (specific); esto quiere decir que el objetivo ha de estar definido de forma específica. No vale decir que quieres ser feliz, la felicidad ha de estar concretada. Por ello, es mejor preguntar: «¿Qué tendrías que lograr para ser feliz?»
La M tiene que ver con que el objetivo debe ser medible (measurable); he de ser capaz de medirlo de alguna forma para comprobar que lo he logrado. En el ejemplo anterior, medible tiene que ver con la pregunta: «¿Cómo sabrías que eres feliz», o mejor «¿Cómo sabrías que has logrado eso que te va a dar la felicidad?»
La A representa el hecho de que el objetivo sea alcanzable (achievable), que me lo crea. No tiene sentido ponerse objetivos que mi propia conciencia no se crea, que están más cerca de la fantasía que de la imaginación. Para comprobar este aspecto suele funcionar visualizar el objetivo y ver cómo se construye. La construcción de una fantasía a menudo es borrosa en la mente, está en blanco y negro, y es una foto fija, mientras que cuando imaginamos algo que está dentro de nuestro futuro posible, suele tomar vida propia, es una imagen móvil, en colores, con mucho contraste y en ocasiones incluso la podemos visualizar en tres dimensiones.
La R tiene que ver con que el objetivo sea relevante (relevant) para mí, que tenga importancia, que esté alineado con mi visión de vida. Marcarse objetivos intrascendentes lleva a falta de compromiso y, a menudo, a dispersión.
Finalmente, la T tiene que ver con que el objetivo esté definido en un marco de tiempo y una fecha límite (time bound).
Esta forma de definir el objetivo nos suele llevar a trabajar dentro de la caja, dentro de nuestros juicios sobre la realidad, sobre nosotros mismos y sobre los demás. También suele tomar referencias del pasado, de lo que nos ha funcionado y de lo que ha fracasado.
Con un proceso de feedback, busco lo que he hecho en el pasado y lo observo a la luz del presente. Eso me sirve para remodelar mis procesos actuales y aprender de mis éxitos pasados, y también de mis fracasos.
Así, podemos revisar lo que hemos hecho en el pasado y los juicios e ideas fijas que estaban detrás de nuestros comportamientos. Al proponer ideas alternativas estamos ofreciendo la oportunidad de modificar nuestro comportamiento futuro, aprendiendo de nuestro comportamiento pasado.
Las máscaras más intelectuales, que parten del miedo, con sus juicios fijos y sus juicios alternativos, son las siguientes:
Mascara | Juicios - creencias - fijaciones | Juicio alternativo |
Estafador 7En rebeldía con el miedo | Siempre hay algo mejor, hay que probarlo todo. Si soy tramposo, en la vida me va a ir mejor | Ya estoy bien como estoy. Me va a ir mejor si estoy más en el corazón. El trabajo evolutivo sobre mí mismo es el que me va a dar más satisfacciones |
Introvertido 5Reprime el miedo | Retención, separación, aislamiento. Poca vitalidad, poco deseo de vivir, poco empuje, apatía, soy solitario. Es mejor no darse, ser austero, ahorrar y acumular | He de promover la transparencia en ver y dejarme ver. Adentrarme en lo desconocido es bueno para mí. Confianza ante la vida |
Paranoico 6Asume el miedo | Autoacusación. Solo estoy más seguro. No me puedo fiar de nadie. Soy un acusador del mí que proyecto | Estar en el instante. Soy capaz de enfrentar a los enemigos. Me permito la vulnerabilidad. Desarrollo una confianza en mí y en el otro |
Figura 10. Juicios y juicios alternativos de las máscaras intelectuales.
Las máscaras más emocionales, que parten de la sensación de carencia, de tristeza, con sus juicios fijos y sus juicios alternativos, son las siguientes:
Mascara | Juicios - creencias - fijaciones | Juicio alternativo |
Orgulloso 2En rebeldía con la carencia | Ser encantador. Insaciabilidad amorosa disfrazada de estar dando mucho amor. Pensamiento de que soy mejor que los demás. Todos los demás me han de querer | No todo el mundo me puede querer. Deseo que me quieras sin que tenga que ser importante o especial. Soy alguien igual que los demás |
Apariencia 3Reprime la carencia | Autoengaño. Hay que falsificarse: «yo soy la máscara». Preocupada por agradar, por complacer | Es bueno tener confianza en la «autorregulación organísmica»: hay un orden natural y el Universo se mantiene a sí mismo |
Envidia 4Asume la carencia | Sufrimiento. Cuanto más sufro, más me van a querer. Victimización: tener una imagen a la cual va adosada el sufrimiento, el sufrimiento de que «yo no doy la talla», o el sufrimiento de «yo tengo la culpa» | El mundo no está en deuda conmigo. Los demás también existen; me viene bien salir de dentro fuera. Es mejor estar ocupado con las cosas que preocupado |
Figura 11. Juicios y juicios alternativos de las máscaras emocionales.
Las máscaras más instintivas, que parten de la rabia, con sus juicios fijos y sus juicios alternativos, son las siguientes:
Mascara | Juicios - creencias - fijaciones | Juicio alternativo |
Fanático 1En rebeldía con la rabia | Hay que mejorarlo todo. Es una posición de sobreesfuerzo. Negación del placer y de lo lúdico. El respeto es más importante que el amor. No hay una aceptación de la realidad como es. Hay que ser digno, comedido y controlado | «Todo es perfecto». Desarrollar la capacidad de ver las cosas incluso en su imperfección como algo bello. Ser menos juez de uno mismo. Abandonar el fiscal demandante. Preocuparse menos por la forma y permitirse ser lo que internamente reprueba |
Conformista 9Reprime la rabia | «Yo me quedo para el último». Tiene dificultad de amarse a sí mismo tanto como al prójimo. Mezcla de bondad compulsiva e ingenuidad. Son ingenuos y confiados | Tengo derecho a disfrutar de la vida, puedo luchar por mis propios retos. Mi vida es insustituible. Todo el mundo se puede equivocar |
Tirano 8Asume la rabia | La venganza. En la infancia le tocó una posición de impotencia, humillación, y sufrimientos. Toma
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