No llores que vas a ser feliz. Neus Roig. Читать онлайн. Newlib. NEWLIB.NET

Автор: Neus Roig
Издательство: Bookwire
Серия:
Жанр произведения: Документальная литература
Год издания: 0
isbn: 9788417743802
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persona solicitó por primera vez a Maternitat conocer la identidad de la madre en 1996, cuando cambió la ley de adopción, y de forma reiterada, aunque sin éxito. Finalmente, tuvo que solicitar los documentos con ayuda de la abogada Silvia Climent, colegiada en el Ilustre Colegio de Abogados de Barcelona. Si los documentos se hubiesen entregado tras la primera solicitud, esta persona habría podido conocer a la madre biológica y escuchar su relato. Ahora sabe que estuvo con ella un mes y no hay renuncia firmada. Nunca podrá saber si su madre renunció voluntariamente, fue condicionada o se le comunicó que la niña había muerto. La Maternitat no ha justificado en ningún momento cómo pudo ser dada en adopción sin la firma expresa de su madre.

      En el siglo xix, llegó a haber 149 inclusas a nivel nacional. Las más importantes, por el número de internos que albergaban, eran las de Oviedo, Granada, Barcelona, Madrid, Ávila y Burgos. Posteriormente, se crearon Casas de Misericordia y Casas Cuna por todo el país. Se calcula que en España, desde el siglo xvi, cuando se crean las inclusas, hasta bien entrado el siglo xx, se produjeron más de cinco millones de ingresos de niños y bebés. La supervivencia era mínima, en algunos casos la mortalidad era superior al 98 por ciento. En algunas inclusas, las cifras de mortalidad fueron tan elevadas que algunos autores han llegado a considerar que eran auténticos centros reguladores demográficos ya que podían llegar hasta a triplicar los índices de mortalidad del resto de la población infantil.25

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      Moneda partida que forma parte del registro de entrada de un expósito.24

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      Anverso y reverso de una medalla identificativa de la Maternitat de Barcelona de 1950.

      Ya a mediados del siglo xix, en los Estados Unidos había comenzado el movimiento del llamado «tren de huérfanos», cuya misión era transportar a los huérfanos y abandonados desde las grandes instituciones urbanas hasta las colonias rurales donde estos niños eran acogidos por familias. La profesionalización del trabajo social y la incorporación de la psicología y otras ciencias sociales al terreno de la protección infantil ayudó a que, ya a principios del siglo xx, en Inglaterra y Estados Unidos se plantearan la prioridad del acogimiento familiar e incluso del apoyo a las familias en el tratamiento de estos casos.

      Inicialmente, España no copió el modelo social de acogimiento familiar, pero con la ayuda de las Damas y los pediatras de las inclusas, los asilos se empezaron a abrir para hijos e hijas de familias obreras como los de «La Gota de Leche» o los «Consultorios de Lactantes». Dieron comienzo los primeros servicios de guardería para las madres trabajadoras en salas adyacentes a las maternidades o las inclusas. Con los ingresos crematísticos provenientes de los servicios de guardería, se ayudaba a sufragar los gastos de los internos expósitos. Estas instituciones abrieron sus puertas al servicio de la infancia y constituyeron el primer eslabón de lo que hoy consideramos el moderno Estado de Bienestar.26

      Progresivamente, la presencia de las monjas se hizo más habitual en los paritorios de las maternidades españolas. Su presencia en las salas de partos y en el cuidado posterior de la madre y su bebé se justificaba porque debían preservar el cumplimiento de los rituales católicos, en especial si el recién nacido corría peligro de muerte.27

      Las Damas de Honor y Mérito confiaron en la Orden de las Hijas de la Caridad de San Vicente de Paúl para administrar todos los centros que dependían de ellas, a cambio en un principio de la manutención de las hermanas. Las primeras hermanas de la Caridad se habían formado en París y, una vez llegadas a Madrid, accedieron al control del Hospital General de la Corte de Madrid. A partir de esta ciudad, se les propone administrar la mayoría de centros de Beneficencia de España. En Madrid llegaron a gobernar 59 establecimientos, de los cuales trece eran hospitales, dos sanatorios, un sanatorio central de Cruz Roja, consultorios de Gota de Leche, el Manicomio de Leganés, el Dispensario y Botica del Parral y las enfermerías de las cárceles. En España llegaron a administrar 653 instituciones y a ser decisivas en la Escuela de Enfermería y en la de Farmacia.

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      Libro de bautismo de la Parroquia donde recibían a los expósitos, pertenecientes a la Casa Torno de Córdoba: fallecimientos, prohijamientos y señas particulares, fechado en 1851.28

      A diferencia de lo que se había pactado inicialmente, la Orden de San Vicente de Paúl obtenía pingües beneficios por las regencias. La Orden recibía un trato preferente y, además de cobrar las cantidades establecidas para el gobierno y administración de la Institución, incluía compensaciones económicas y ayudas procedentes de donaciones particulares, limosnas y caridad. La administración provincial, además del salario y la manutención de las religiosas, pagaba las dependencias privadas de las que disponían siempre en la última planta del edificio regentado, la ropa, el calzado y las compensaciones extraordinarias que recibía la responsable de la comunidad para hacer frente a los gastos que ella creyera conveniente y que no debía justificar.

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      Gota de leche de Gijón.

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      Gota de leche de San Sebastián.29

      A partir de 1871, debían inscribirse en el Registro Civil todos los datos referentes al nacimiento, matrimonio y muerte de cada español, fuese cual fuese su creencia religiosa y posición social. Se ponía en funcionamiento un registro único al margen de los libros de la Iglesia, que ya registraba bautizos, matrimonios y defunciones a partir de las Leyes de Toro. De este modo, por primera vez, el Estado tenía notificación y estadística de los acontecimientos civiles de la población nacional. La única diferencia en este caso es que no hacía falta que se bautizara al bebé para registrarlo, aunque sí debía hacerse a partir de las 24 horas posteriores al parto.

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      Grabado de la construcción de la Capilla del hospital del Niño Jesús y fotografía actual de la Capilla.30

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      Imagen del hospital Niño Jesús.31

      En 1880 se fundó, por iniciativa privada, el Patronato de Nuestra Señora de la Merced. Su labor consistía en la redención de niños y niñas presos de Barcelona. En 1890 se reorganizó el Patronato y se le cambió el nombre por el de Patronato de Niños y Adolescentes Abandonados y Presos.33 Su función principal consta en el artículo primero de los Estatutos: «El Patronato de menores abandonados y presos tiene por objeto lograr la rehabilitación moral y social de los jóvenes encarcelados y amparar y proteger a los demás contra el abandono, la miseria, los malos tratamientos y la inmoralidad».34

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      Sala de los pacientes de pago del hospital de la Princesa de Madrid.32

      El hospital del Niño Jesús de Madrid fue el primero del país que se inauguró para el cuidado de