THOMAS WATSON [1620-1686]
“Sermons and Discourses on Importan and Interesting Subjects”, 1692
En ti confiarán los que conocen tu nombre, por cuanto tú, oh Jehová, no desamparas a los que te buscan. La madre de toda incredulidad es la ignorancia de Dios, de su fidelidad, misericordia y poder. “En ti pondrán su confianza los que conocen tu nombre”. Esto mismo confirmaron por la fe Abel, Enoc, Noé, Abraham, Sara, y toda una larga lista de personajes.94 “Yo sé a quién he creído, y estoy seguro de que es poderoso para guardar mi depósito para aquel día”, exclama Pablo.95 “Fiel es el que prometió”,96 y “poderoso para hacer lo que había prometido”.97 Las promesas benevolentes del Señor son todas ellas ciertas y seguras,98 sus mandamientos justos y buenos,99 y el premio o recompensa inestimable y valorado por encima de millares de piezas de oro y plata.100 Confía, por tanto, en el Señor, oh alma mía, y síguele con ahínco. Cuentas con su promesa benevolente, sabes que nunca ha fallado, te ha prometido mucho más de lo que hubieras llegado a pedir o a imaginar, ha hecho por ti más de lo que prometió, es bueno y generoso incluso con los malos y los impíos;101 lleva a cabo su obra, puede sustentarte y te sustenta. Por encima de la arrogancia de los méritos propios te espera una corona de gloria; agárrate fuerte a su palabra, y no dejes que nada te aparte de él.102 Apóyate en sus promesas aun cuando te parezca que va a acabar contigo; aférrate a sus estatutos por encima de los deseos de la carne y las seducciones del mundo, de las tentaciones del diablo, y todos sus halagos o amenazas.
JOHN BALL [1585-1640]
“Treatise of Faith”, 1632
En ti confiarán los que conocen tu nombre. Aquellos que a través de la salvación conocen los dulces atributos de Dios y sus nobles actos en favor de su pueblo, no pueden hacer otra cosa. Nunca confiamos en un ser humano hasta conocerlo bien, y a los malos es mejor conocerlos que confiar en ellos. Pero con el Señor no es así; porque allí donde su nombre es ungüento purificado y derramado, le aman las doncellas, le temen, se regocijan en él y reposan en él.103
JOHN TRAPP [1601-1669]
“A commentary or exposition upon the books of Ezra, Nehemiah, Esther, Job and Psalms”, 1657
Vers. 11. Cantad a Jehová, que habita en Sion; publicad entre los pueblos sus obras. [Cantad a Jehová, que habita en Sión; publicad entre los pueblos sus hazañas. RVR] [Cantad alabanzas al Señor, que mora en Sion; proclamad entre los pueblos sus proezas. LBLA] [¡Cantad salmos a YHVH, que habita en Sión! ¡Anunciad entre los pueblos sus proezas! BTX] [Canten salmos al Señor, el rey de Sión; proclamen sus proezas entre las naciones. NVI] [¡Ensalzad al Señor que mora en Sión, cantad a los pueblos sus proezas! BLP] [Canten alabanzas al Señor, que reina en Jerusalén. Cuéntenle al mundo acerca de sus inolvidables hechos. NTV]
Cantad a Jehová, que habita en Sión; publicad entre los pueblos sus hazañas.104 Rebosando gratitud el salmista, divinamente inspirado, ansía animar a otros a que se unan al coro y alaben a Dios en la misma manera en que él se compromete a hacerlo en los dos primeros versículos. El espíritu celestial de la alabanza es gloriosamente contagioso, y quien lo posee no se siente satisfecho si no logra incitar a todos aquellos que le rodean a que se unan a él en tan agradable labor. El canto y la predicación van unidos entre sí como como medio de glorificar a Dios, y no deja de ser extraordinario que con todos los avivamientos de predicación del evangelio estalle siempre un repentino del espíritu del canto. En época de Lutero todos cantaban sus salmos e himnos, y en los avivamientos más recientes, en tiempos de Wesley y Whitefield, los himnos de Charles Wesley,105 Cennick,106 Berridge,107 Toplady,108 Hart,109 Newton110 y muchos otros, surgieron como resultado del crecimiento de la piedad recuperada. El canto de las aves de la alabanza arropa adecuadamente el retorno de la primavera de la gracia y de la visitación divina a través de la proclamación de la verdad. ¡Hermanos, cantad y predicad cuanto podáis! Porque ambas cosas son señal de que el Señor todavía habita en Sión.111 Y cuando subamos a Sión, bueno será que recordemos que el Señor habita en medio de sus santos,112 y que nos corresponde tener en peculiar reverencia a todos los que están alrededor de él.
C. H. SPURGEON
Vers. 12. Porque el que demanda la sangre se acordó de ellos; no se olvidó del clamor de los afligidos. [Porque el que pide cuentas de la sangre se acordó de los afligidos; no se olvidó del clamor de ellos. RVR] [Porque el que pide cuentas de la sangre derramada, se acuerda de ellos; no olvida el clamor de los afligidos. LBLA] [Porque Aquél que demanda la sangre se acordó de ellos, no ha olvidado el clamor de los humildes. BTX] [El vengador de los inocentes se acuerda de ellos; no pasa por alto el clamor de los afligidos. NVI] [El vengador se acuerda de ellos, no olvida el grito de los humildes. BLP] [Pues el vengador de los que son asesinados cuida de los indefensos; no pasa por alto el clamor de los que sufren. NTV]
Porque el que pide cuentas de la sangre se acordó de los afligidos; no se olvidó del clamor de ellos. Cuando se lleve a cabo la investigación concerniente a la sangre de los afligidos, los santos mártires tendrán prioridad: Dios vengará a sus elegidos. Y los santos que vivan también serán escuchados; exonerados de culpa y librados de la destrucción. Cuando el Señor lleve a término su acción más terrible, el varón vestido de lino con el tintero de escribano en la cintura,113 marcará por seguridad a todos los escogidos, antes de permitir que los verdugos arremetan contra los enemigos del Señor. El clamor leve de los santos más humildes nunca será silenciado por la voz atronadora de la justicia, ni por los aullidos de los condenados.
C. H. SPURGEON
Porque el que pide cuentas de la sangre se acordó de los afligidos. Llegará un momento en que Dios pedirá cuentas de la sangre inocente. La palabra hebrea דֹרֵ֣שׁ ḏōrêš de דָּרַשׁ darash que nuestras versiones traducen por “pedir cuentas”, no significa simplemente “inquirir, buscar”, sino “indagar, investigar” algo con la mayor diligencia y cuidado imaginables. Sí: llegará el momento en que el Señor investigará con suma diligencia toda la sangre inocente de su pueblo afligido y perseguido, que sus perseguidores y tiranos han derramado como agua. ¡Ay de los perseguidores cuando Dios indague de maneras estricta, crítica y cuidadosa acerca de la sangre de su pueblo que ha derramado Inquisición en España, donde las investigaciones y juicios sumarísimos son llevados a cabo con la mayor sutileza, secreto y crueldad! ¡Ay de los perseguidores cuando Dios abra una investigación rigurosa acerca de la sangre de Hooper, Bradford, Latimer, Taylor, Ridley114, y tantos otros! Se acerca el tiempo en que Dios va a inquirir quién cerró la boca de muchos de sus ministros, y quién encarceló, confinó y desterró a otros muchos que eran en un tiempo antorchas ardientes y resplandecientes, dispuestas a consumirse con