ellos se abatirán, y el miedo solo
los hará perecer en el camino.
Tú, cuyos juicios solo regulados
por la razón son siempre esclarecidos,
tú te pusiste sobre tu alto trono,
y por fin pronunciaste en mi litigio.
Tú condenaste a las naciones locas,
que te han desconocido, al exterminio,
y hasta quisiste que de su memoria
no quedase en la tierra ni un vestigio.
Tú quitaste la espada y demás armas
a nuestros más feroces enemigos,
y ni siquiera pueden congregarse,
pues sus ciudades todas has destruido.
Pereció su memoria con estruendo,
porque sus armas solo hicieron ruido;
pero tú Señor subiste eternamente
más allá de los siglos de los siglos.
Preparado se tiene el Señor un trono excelso,
y severo tal vez, tal vez benigno
juzga toda la tierra y sus naciones,
según que cada cual ha merecido.
Pero es refugio de los miserables,
de todo desdichado es el asilo,
y los socorre en sus necesidades,
y los consuela en todos sus conflictos.
Que esperen pues en ti, Dios adorado,
los que conocen tu inmortal cariño;
los que saben que nunca desamparas
a los que solo buscan tu servicio.
Cantad todos al Dios, que en Sión mora,
a ese Dios tan amable y compasivo,
y explicad el cuidado con que atiende
a los que le confían sus alivios.
Publicad que se acuerda, y vengar quiere
la sangre de su pueblo preferido,
y que tampoco olvida los clamores
de los que pobres son y desvalidos.
Ve, Señor, el estado miserable
en que me tienen ya mis enemigos,
y apiádate de mí, que ya no puedo
tolerar sufrimientos tan indignos.
Pues de las mismas puertas de la muerte
mil veces me sacó tu brazo invicto,
haz que a Jerusalén pueda volverme,
para contar en ella tus prodigios.
Confesaré, Señor, con alegría,
que te debo el favor de estar tranquilo,
pues las naciones han de aniquilarse
por lo mismo que intentan destruirnos.
En las astutas redes que nos tienden,
quedarán presos nuestros enemigos,
y en los ocultos lazos que nos arman,
se verán enredados ellos mismos.
Y cuando vean que los pecadores
se arruinan con sus propios artificios,
conocerán que un Dios hay en el cielo,
y que confunde y ciega a los inicuos.
Los pueblos que al Señor no reconocen
serán aniquilados y perdidos,
y los malvados muertos: de este modo
ambos caerán en el fatal abismo.
Porque en fin nunca Dios olvidar puede
cuanto sufren los pobres desvalidos,
ni dejará sin premio su paciencia,
ni dejará a los malos sin castigo.
Levántate, Señor, y no permitas
que crezca la insolencia del maligno,
y juzga las naciones que nos tienen
en continuados sustos y peligros.
Pues tan bárbaras son, envía presto
algún Legislador esclarecido,
que los pueda enseñar el que son hombres,
y que no deben ser tan atrevidos.
DEL “SALTERIO POÉTICO ESPAÑOL”, SIGLO XVIII
Salmo completo: Según yo lo concibo, este cántico de alabanza tipifica el lenguaje de nuestro gran Abogado y Mediador: dando gracias a Dios en medio de la Iglesia,14 y enseñándonos a anticipar, a través de la fe, su gran victoria final sobre todos los adversarios que amenazan nuestra paz temporal y espiritual; con una especial mención a la afirmación de su dignidad real en Sión (9:11), su Monte Santo. La victoria sobre el enemigo se adscribe a las decisiones de la justicia divina, a la recompensa de un juez justo que de un tiempo ha retomó sus funciones sentado en su tribunal (9:4, 7-8). De lo cual se desprende que la demanda ante el trono del Todopoderoso, tema predilecto, no puede proceder de otros labios que de los de nuestro Melquisedec.15
JOHN FRY [1792-1822]
“A Translation and Exposition of the Psalms on the principles adopted in the posthumous work of Bishop Horsley”, 1842
Vers. 1. Te alabaré, oh Jehová, con todo mi corazón; contaré todas tus maravillas. [Te alabaré, oh Jehová, con todo mi corazón; contaré todas tus maravillas. RVR] [Alabaré al Señor con todo mi corazón. Todas tus maravillas contaré. LBLA] [Oh YHVH, te alabaré con todo mi corazón, contaré todas tus maravillas. BTX] [Quiero alabarte, Señor, con todo el corazón, y contar todas tus maravillas. NVI] [Te doy gracias, Señor, con todo mi corazón, yo proclamaré todas tus maravillas. BLP]
Te alabaré, oh Jehová. El dulce cantor da comienzo a su himno con una resolución firme: “Alabaré al Señor con todo mi corazón” A veces para hacer frente a los dientes de nuestro enemigo precisamos de toda nuestra determinación: debemos afirmarnos en la idea de que aun cuando los demás callen, nosotros bendeciremos su nombre. En este salmo, la derrota del enemigo es completa, por lo que el cántico fluye en