Escuchamos ahora una oración renovada, basada en la declaración solemne que acaba de formular. No es posible orar con excesiva frecuencia; cuando nuestro corazón es sincero, nuestro espíritu se vuelve hacia Dios en oración con la misma naturalidad que la aguja imantada de una brújula se gira hacia el polo.
Levántate, oh Jehová, en tu ira.62 Su dolor hizo que viera al Señor como un juez que había abandonado el estrado retirándose en su reposo. La fe impulsa al Señor a vengar la afrenta contra sus santos.
Álzate contra la furia de mis adversarios. Recurre a una imagen todavía más explícita para proferir su ansiedad con el propósito de que el Señor asuma su autoridad y se siente en su trono. Álzate, ponte de pie, oh Dios, elévate por encima de todos ellos, y deja que tu torreón de justicia sobresalga por encima de sus villanías.
Y despierta en favor mío el juicio que mandaste. Una expresión más audaz todavía, pues implica sueño e inactividad, que solo se pueden aplicar a Dios en un sentido muy limitado. Dios nunca dormita, sin embargo, a menudo da la sensación de hacerlo; pues los malvados prevalecen y los santos son pisoteados hasta el polvo. El silencio de Dios es escuela de paciencia y forja tolerancia, y si bien resulta fatigoso para los santos, deberían soportarlo con alegría, en la esperanza que de ese modo los pecadores puedan ser aún conducidos al arrepentimiento.
C. H. SPURGEON
Y despierta en favor mío el juicio que mandaste. Al final del versículo el salmista deja claro que no está pidiendo nada fuera de aquello que esté en consonancia con los designios de Dios. Y esta misma regla debemos aplicar nosotros en nuestras oraciones: hemos de conformar todas nuestras peticiones a la voluntad divina, como nos indica el apóstol Juan: “Y esta es la confianza que tenemos en él, que si pedimos alguna cosa conforme a su voluntad, él nos oye”.63 Y de hecho, nunca alcanzaremos a orar con fe a menos que prestemos atención, ante todo, a lo que Dios ordena, evitando que nuestras mentes, de manera precipitada y fortuita, se aboquen a desear y pedir en exceso de aquello por lo que se nos permite desear y orar. Por ello David, buscando orar adecuadamente, se apoya en la palabra y la promesa de Dios; y la implicación de su mensaje es la siguiente: Señor, no me guía la ambición, la pasión obstinada y absurda, ni el deseo depravado e irreflexivo de pedir de ti todo lo que sea agradable a mi carne; sino que es la clara luz de tu palabra la que me dirige, de ella dependo y en ella afirmo mi certeza.
JUAN CALVINO [1509-1564]
Vers. 7. Te rodeará congregación de pueblos, y sobre ella vuélvete a sentar en alto. [Te rodeará la congregación de las naciones, y sobre ella vuélvete a sentar en lo alto. RVR] [Que te rodee la asamblea de los pueblos, y tú en lo alto regresa sobre ella. LBLA] [¡Que te rodee la asamblea de naciones, y presídela Tú desde las alturas! BTX] [Que en torno tuyo se reúnan los pueblos; reina sobre ellos desde lo alto. NVI] [La asamblea de las naciones te rodea, ¡vuélvete hacia ella desde el cielo! BLP] [Reúne a las naciones delante de ti; gobiérnalas desde lo alto. NTV]
Te rodeará la congregación de pueblos.64 Tus santos se agolparán alrededor de tu tribunal con sus quejas, o bien te circundarán con su solemne homenaje: “regresa por el bien de ellos desde lo alto”.65 Cuando un juez se desplaza a provincias para impartir justicia todos acuden a su tribunal, cada uno con su caso, para ser oídos: así los justos se reunirán alrededor de su Señor. El salmista se reafirma en su súplica alegando que, si el Señor establece su trono de juicio, no solo él, sino multitud de los santos serán asimismo bendecidos. Si yo soy demasiado poco como para ser recordado, entonces, levántate y regresa “por el bien de ellos”; por el amor que has depositado en tu pueblo escogido, sal de tu pabellón secreto,66 y siéntate en la puerta impartiendo justicia.67 Cuando nuestra petición incluye la defensa común de todos los justos, sin lugar a dudas prosperará, y se acelerará la respuesta, pues: “¿Acaso Dios no hará justicia a sus escogidos?”.68
C. H. SPURGEON
Te rodeará la congregación de pueblos. La congregación de pueblos, puede entenderse de dos maneras:
1.Un grupo numeroso y diverso de personas que contemplarán tu justicia, tu santidad y tu bondad al dictar sentencia sobre mi causa justa en contra de mi opresor implacable. O más bien:
2.Toda la congregación de Israel, a la que comúnmente se aplican estas dos palabras hebreas en numerosos pasajes de la Escritura.69
“Te rodeará”, es decir: ellos; y yo como su rey y gobernante cuidaré en tu nombre de que vengan de todas partes y se reúnan para adorarte; cosa que durante la época de Saúl han descuidado y se les ha consentido que descuidaran; y que te ofrezcan sacrificios y alabanzas en agradecimiento por el favor que me has concedido, y por los numerosos beneficios de los que gozarán a través de mí y bajo mi gobierno.
Por el bien de ellos, o por su causa,70 es decir, por el bien de tu congregación, que ahora mismo se encuentra lamentablemente corrompida y tiranizada, que ha perdido todo sentido de la administración de la justicia, y del ejercicio de sus deberes religiosos.
Regresa en lo alto, o bien, regresa a tu lugar alto, es decir, a tu tribunal, para sentarte allí y juzgar mi causa. Una alusión a los tribunales terrenales, que generalmente colocaban en un estrado o lugar alto, por encima de las personas: “Seis gradas tenía el trono, y la parte alta era redonda por el respaldo; y a uno y otro lado tenía brazos cerca del asiento, junto a los cuales estaban colocados dos leones”.71
MATHEW POOLE [1624-1679]
“English Annotations on the Holy Bible”, 1683
Vers. 8. Jehová juzgará a los pueblos; júzgame, oh Jehová, conforme a mi justicia, y conforme a mi integridad. [Jehová juzgará a los pueblos; júzgame, oh Jehová, conforme a mi justicia, y conforme a mi integridad. RVR] [El Señor juzga a los pueblos, júzgame oh Señor, conforme a mi justicia y a la integridad que hay en mí. LBLA] [Oh YHVH, Tú que impartes justicia a los pueblos: ¡Júzgame YHVH, conforme a mi rectitud, conforme a la integridad que hay en mí! BTX] [¡El Señor juzgará a los pueblos! Júzgame, Señor, conforme a mi justicia; págame conforme a mi inocencia. NVI] [Señor, haz justicia a los pueblos; júzgame, Señor, como mi rectitud merece, como corresponde a mi honradez. BLP] [El Señor juzga a las naciones. Declárame justo, oh Señor, ¡porque soy inocente, oh Altísimo! NTV]
El Señor juzga a los pueblos. Si no ando equivocado, David vislumbra aquí con los ojos de su mente al Señor ascendiendo al trono de justicia, y viéndolo allí sentado con sus vestiduras reales, se aproxima a él para instar de nuevo su caso. En los dos últimos versículos rogó a Jehová que se levantara, y ahora, una vez se ha levantado, se dispone a unirse “en congregación del pueblo”72 que le rodea. Los heraldos reales anuncian la apertura de la vista con estas solemnes palabras: “Jehová juzgará a los pueblos” Y nuestro peticionario se levanta inmediatamente, y clama fervorosamente con humildad: “júzgame, oh Jehová, conforme a mi justicia, y conforme a mi integridad”. Tiene su mano puesta sobre un corazón honesto, y su petición es a un juez justo.73
C.