El Tesoro de David: la revelación Escritural a la luz de los Salmos. Eliseo Vila. Читать онлайн. Newlib. NEWLIB.NET

Автор: Eliseo Vila
Издательство: Bookwire
Серия:
Жанр произведения: Религия: прочее
Год издания: 0
isbn: 9788417131753
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CARYL [1602-1673]

      Vers. 3-4. Una buena conciencia es un verdadero manantial de seguridad y entereza. “Porque nuestra gloria es esta: el testimonio de nuestra conciencia, que con sencillez y sinceridad de Dios, no con sabiduría humana, sino con la gracia de Dios, nos hemos conducido en el mundo, y mucho más con vosotros”.41 “Amados, si nuestro corazón no nos reprende, confianza tenemos en Dios”.42 Una buena conciencia nos da seguridad y confianza firme.43 El que la tiene, como fue el caso de Noé,44 tiene capacidad para permanecer sereno en medio de burlas, críticas y reproches, y seguir adelante por encima de todos ellos con entereza y audacia. Lo que dijo un escriba a nuestro Salvador: “Maestro, te seguiré donde quiera que fueres”,45 es lo que una buena conciencia le dice al alma creyente: “Estaré a tu lado; te fortaleceré; te sustentaré en todo momento; seré para ti consuelo en la vida, y una amiga fiel en la hora de la muerte”, “Aunque todos te abandonen, yo nunca te abandonaré”.46

      THOMAS BROOKS [1608-1680]

      “Heaven on Earth”, 1654

      Vers. 3-6. La segunda parte de este cántico variable contiene un alegato de inocencia, y una invocación de la ira divina sobre la cabeza del propio suplicante si este no está limpio de la maldad que se le imputa. Lejos de haber ocultado posibles intenciones de traición, o de haber retribuido con ingratitud las buenas intenciones de un amigo, llegó incluso a dejar escapar a su enemigo cuando lo tenía por completo en su poder. Dos veces le perdonó la vida: una en la cueva de Adulam,47 y de nuevo cuando lo encontró dormido en mitad de su campamento.48 Por tanto, podía hacer su apelación al cielo con la conciencia bien tranquila. Aquel cuya alma está completamente libre de culpa, no tiene que temer la maldición. Con todo, una imprecación es algo de lo más solemne, y en este caso solo se justifica por la situación extrema y por el carácter peculiar de la dispensación en la que vivía el salmista.49 Nuestro Señor Jesús nos mandó que nuestro sí sea , y nuestro no, no: “pues lo que se añade de más, procede del maligno”.50 Quien no esté dispuesto a creer en nuestra palabra, tampoco confiará en nuestro juramento; para el verdadero cristiano, su simple palabra es tan firme y vinculante como pueda ser el juramento de cualquier otro. ¡Tened, pues, mucho cuidado, vosotros, los no creyentes, a la hora de trivializar imprecaciones solemnes y utilizarlas a la ligera! Recordad a aquella mujer de Devizes que dijo estar dispuesta a morir allí mismo si no era verdad que había pagado su parte en una compra conjunta y cayó fulminada al instante con el dinero en la mano.51

      Selah. David realza la solemnidad de esta apelación ante el temible tribunal de Dios con el uso de la habitual pausa.

      De estos versículos aprendemos que nuestra inocencia es insuficiente para protegernos de las calumnias de los inicuos. David había sido escrupulosamente cauto, evitando cualquier apariencia de rebelión contra Saúl, a quien calificaba siempre como: “el ungido de Jehová”;52 pero nada de esto logró protegerlo de la lengua mentirosa. Como la sombra persigue al cuerpo, así asedia la envidia a la bondad. Los hombres solo tiran piedras al árbol cargado de frutos. Si queremos vivir sin ser calumniados, deberemos esperar a llegar al cielo. Y seamos cautos, no demos crédito a los rumores incesantes que están siempre acosando a cristianos respetables. Pues si no hay creyentes participando en la mentira, habrá muy poco mercado para su difusión, se extinguirá por sí misma y la integridad de las personas buenas quedará a salvo. La maldad nunca habla bien de nadie. Los pecadores tienen una animadversión inherente hacia los santos, y por tanto, podemos estar seguros que jamás hablarán bien de ellos.

      C. H. SPURGEON

      Vers. 4. Si he dado mal pago al que estaba en paz conmigo (Antes he libertado al que sin causa era mi enemigo). [Si he dado mal pago al que estaba en paz conmigo (Antes he libertado al que sin causa era mi enemigo). RVR] [Si he pagado con el mal al que estaba en paz conmigo, o he despojado al que sin causa era mi adversario. LBLA] [Si pagué con mal al que estaba en paz conmigo, (Antes, liberté al que sin causa era mi adversario). BTX] [Si le he hecho daño a mi amigo, si he despojado sin razón al que me oprime. NVI] [Si dañé al que estaba en paz conmigo, si protegí sin motivo a mi adversario. BLP] [Si he traicionado a un amigo o he saqueado a mi adversario sin razón. NTV]53

      Si he dado mal pago al que estaba en paz conmigo. Pagar con un mal el bien, es lo propio de la corrupción humana; retribuir el bien con el bien, es lo habitual en la legislación civil; pero devolver bien por mal, es la perfección cristiana. Y aunque no sea una gracia propia de la naturaleza, así es la naturaleza de la gracia.

      WILLIAM SECKER [¿?-1681]

      “The Nonsuch Professor”, 1660

      Antes he libertado al que sin causa era mi enemigo. Se refiere a Saúl, cuya vida perdonó en dos ocasiones, una vez en Engadí,54 y de nuevo cuando dormía en la llanura.55

      JOHN GILL [1697-1771]

      “Exposition of the Old Testament”, 1748

      Antes he libertado al que sin causa era mi enemigo. Así es como la gracia sale victoriosa, y así adquiere el hombre un espíritu noble y valiente, no cuando es vencido por el mal (porque ello es signo de debilidad), sino cuando es capaz de vencer el mal con el bien. Es el camino de Dios para avergonzar al que nos hizo el mal y vencerle; la mejor manera de lograr la victoria sobre nuestros enemigos. Cuando David tenía en la cueva a Saúl en sus manos, se limitó a cortarle el borde de su manto, absteniéndose de cualquier acto de venganza; y eso, a Saúl lo quebrantó por entero, obligándole a exclamar: “Más justo eres tú que yo”.56 A pesar de la aversión y el odio que sentía contra David, a pesar de que lo había perseguido por todas partes, cuando David se abstuvo de vengarse estando en su mano hacerlo, Saúl se sintió vencido, y rompió a llorar como un niño.57

      THOMAS MANTON [1620-1677]

       “Sermons on Hebrews xi”

      Si he dado mal pago al que estaba en paz conmigo. Mal por bien es la lógica del diablo; mal por mal es el proceder de las bestias salvajes; bien por bien es lo habitual en los seres humanos; bien por el mal es la lógica de Dios.58

      ANÓNIMO

      Vers. 5. Persiga el enemigo mi alma, y alcáncela; huelle en tierra mi vida, y mi honra ponga en el polvo. Selah. [Persiga el enemigo mi alma, y alcáncela; huelle en tierra mi vida, y mi honra ponga en el polvo. Selah. RVR] [Que persiga el enemigo mi alma y la alcance; que pisotee en tierra mi vida, y eche en el polvo mi gloria. Selah. LBLA] [Que mi enemigo me persiga y me dé alcance, que pisotee por tierra mi vida, y ponga mi honra en el polvo. Selah. BTX] [Entonces que mi enemigo me persiga y me alcance; que me haga morder el polvo y arrastre mi honra por los suelos. NVI] [Que el enemigo me persiga y me dé alcance, que tire por tierra mi vida y hunda mi honor en el polvo. Pausa. BLP] [Entonces que mis enemigos me capturen. Deja que me pisoteen y arrastren mi honor por el suelo. Interludio. NTV]

      Pisotee en tierra mi vida, y mi honra ponga en el polvo. Cuando Aquiles arrastró sobre el polvo el cuerpo sin vida de Héctor alrededor de las murallas de Troya,59 no hizo sino seguir las costumbres habituales de aquellas épocas bárbaras. David, consciente de su inocencia, se atreve a arriesgar para sí mismo un destino igual de ignominioso si la acusación del retorcido benjaminita60 hubiera resultado cierta. Es menester un carácter extraordinario para atreverse a semejante desafío.

      C. H. SPURGEON

      Pisotee en tierra mi vida, y mi honra ponga en el polvo. Una alusión a cómo se trataba antiguamente a los vencidos después de las batallas con la idea de humillarlos: hollados por los caballos o pisoteados en el polvo. La idea de David es que, en caso de ser culpable, estaría dispuesto a que su enemigo disfrutara de su triunfo, a someterse a él y ser tratado por él con la mayor indignidad y desprecio.

      ALBERT BARNES