–ORÍGENES [185-254] refiriéndose a estas palabras del salmista: «Con frecuencia olvidamos que es Dios quien nos ha formado en el seno materno, quien moldea uno a uno los corazones de los hombres y que, por tanto, conoce a fondo todas nuestras acciones e intenciones. Lo cual nos impide percibir su carácter como el Dios de los humildes, el protector de los débiles, refugio de los desamparados, defensor de los oprimidos, ayuda para los desvalidos, esperanza para repudiados, y Salvador de los desahuciados».
–AGUSTÍN DE HIPONA [354-430]: «Va modelando los corazones, uno a uno, con la mano de su gracia y su misericordia, otorgándonos a cada uno un corazón distinto y peculiar, sin romper por ello la unidad».
–JUAN CRISÓSTOMO [347-407]: «Tan solo Aquel que ha modelado uno a uno nuestros corazones y conoce a fondo todas nuestras intenciones puede curar el mal que les aqueja. Porque es capaz de penetrar en lo más hondo de nuestras mentes, escrutar nuestra conciencia, y sanar el alma. Pues si es Dios quien da consuelo a nuestros corazones, inútil será lo que traten de hacernos los hombres; y si él es quien nos aconseja en vano será que intenten causarnos daño, pues cuando el Señor fortalece nuestro corazón, nada hay en este mundo que lo pueda turbar (Juan 14:1; Isaías 26:3)»
124 Isaías 29:16; 45:9; 64:8; Jeremías 18:1-6; Romanos 9:19-21.
125 En hebreo גִּ֝בֹּ֗ור לֹֽא־יִנָּצֵ֥ל בְּרָב־כֹּֽחַ gibbōwr lō-yinnāṣêl bərāḇ-kōaḥ de גִּבּוֹר gibbor. La versión griega de los LXX o Septuaginta lee: καί γίγας οὐ σώζω ἐν πλῆθος ἰσχύς αὐτός que la Vulgata traduce al latín como: “et gigas non salvatibur in multitudine virtutis suae”, “ni el gigante se salvará por su mucha fuerza”. Algunos comentaristas antiguos consideran que se trata de una referencia al gigante “Isbí-benob, uno de los descendientes de los gigantes, cuya lanza pesaba trescientos siclos de bronce, y quien estaba ceñido con una espada nueva, trató de matar a David; mas Abisay hijo de Sarvia llegó en su ayuda, e hirió al filisteo y lo mató” (2 Samuel 21:15-17) y algunos apuntan incluso que este incidente pudo haber sido el motivo de composición del Salmo.
126 Salmo 17:8; 25:4; 27:5; 31:20; 32:7; 91:1-2; 212:5.
127 Se refiere a la BATALLA DE GAUGAMELA en la ribera del río Bumodos, cerca de Mosul en el actual Irak; también conocida como BATALLA DE ARBELA (por encontrarse su escenario relativamente cerca de esta población), que tuvo lugar en 1 de Octubre del 331 a.C., y en la que se enfrentaron el ejército persa a las órdenes de su rey DARÍO III [380-330 a.C.] y el ejército macedonio bajo el mando de ALEJANDRO MAGNO [356-323 a.C.]. Con el fin de no dejarse rodear por la innumerable caballería persa, Alejandro decidió disponer a sus tropas en niveles, algo completamente innovador en la Antigüedad, creando una brecha en el ejército persa y sorprendiendo a Darío, que no supo reaccionar.
128 Spurgeon cita aquí dos líneas un poema romántico del obispo y poeta inglés REGINALD HEBER [1783-1826] titulado: “Palestine” que posteriormente el compositor WILLIAM CROTCH [1775-1847] convirtió en Oratorio (1812). El texto original es: “Not such the numbers, nor the host so dread, / By northern Bren, or Scythian Timour led”. BRENO era el líder de las tribus senones de la Galia que derrotaron a los romanos en la batalla de Alia, cerca de Roma, para ser posteriormente derrotado por el cónsul y general romano Marco Furio Camilo. Tamerlán fue un conquistador turco-mongol, el último de los grandes conquistadores nómadas del Asia Central, que llegó a conquistar más de 8 millones de kilómetros cuadrados.
129 Se refiere a la isla de SANTA ELENA o SAINT HELENA en inglés, una isla del océano Atlántico, ubicada a más de 1800 kilómetros de distancia de la costa occidental de Angola, en África descubierta en 1502 por el navegante español João da Nova [1460-1509] al servicio del rey de Portugal. Deshabitada hasta 1645, fue ocupada por colonos ingleses Administrativamente, es parte del territorio británico de ultramar. Debido a su lejanía de Europa y difícil acceso se instaló en ella un penal en el que estuvieron prisioneras grandes personalidades, entre ellas (y la más famosa) NAPOLEÓN BONAPARTE [1769-1821] que murió en la isla.
130 La misma experiencia se repitió en el caso de ADOLFO HITLER [1889-1845] cuando los poderosos batallones de la “Wehrmacht”, que aparentemente nadie era capaz de detener, se derritieron como un terrón de azúcar ante el duro invierno ruso.
131 1 Samuel 17:1-54.
132 Jeremías 17:5; Ver también: 2 Crónicas 32:8; Salmo 146:3; Isaías 2:22; 30:1; 31:3; Ezequiel 29:7.
133 En hebreo שֶׁ֣קֶר הַ֭סּוּס לִתְשׁוּעָ֑ה וּבְרֹ֥ב חֵ֝ילֹ֗ו לֹ֣א יְמַלֵּֽט šeqer hassūs liṯšū‘āh ūḇərōḇ ḥêlōw lō yəmallêṭ. La versión griega de los LXX o Septuaginta lee: ψευδής ἵππος εἰς σωτηρία ἐν δέ πλῆθος δύναμις αὐτός οὐ σώζω que la Vulgata traduce al latín como: “Fallax equs ad salutem; in abundantia autem virtutes suae non salvabitur”, “Engañoso es el caballo para la salud, y en la abundancia de su fuerza no se salvará”. KRAUS lo traduce como: “Nada aprovechan los corceles para la victoria, la magnitud de la fuerza no trae salvación”. SCHÖKEL: “engañosa es la caballería para la victoria, y por su gran ejército no se salva”.
134 Los CARROS FALCADOS o CARROS DE GUERRA, por lo general de dos ruedas y tirados por dos o cuatro caballos al galope, iban provistos de afiladas cuchillas en el frontal y los laterales. Se adentraban en las filas de la infantería enemiga causando verdaderos estragos. Ver nota 198 en el Salmo 18 referente a “los carros de Aminadab”.
135 Dice este mismo sentido FRANCISCO LACUEVA [1911-2005] en el “Comentario de Mathew Henry”: «En la antigüedad, se estimaban tanto los caballos de guerra, que Dios prohibió a los futuros reyes de Israel que aumentaran el número de caballos (Deuteronomio 17:16), no fuese que se sintiesen tentados a confiar en ellos y menospreciaran la ayuda que debían esperar de Dios. David inutilizó en cierta ocasión los caballos del enemigo (2 Samuel 8:4), pero aquí todos los caballos del mundo son declarados inútiles para salvar sin la ayuda de Dios».
136 2 Crónicas 32:21; Isaías 37:36. Ver comentario de Spurgeon al Salmo 46:5.
137 Éxodo 14:8-9, 26-31.
138 Apocalipsis 16:14; 19:19-21.
139 Job 39:19.
140 “El caballo se apareja para el día de la batalla; mas Jehová es el que da la victoria” (Proverbios 21:31).
141 Oseas 1:7.
142 Lucas 12:22-34. Ver también Mateo 6:26; 10:29-42.
143 Salmo 37:5, 24; 55:22; 1 Pedro 5:7.
144 Éxodo 15:2; 2 Samuel 22:3; Salmo 18:2; 46:1; 59:9; Isaías 12:12.
145 Isaías 31:1.
146 En hebreo הִנֵּ֤ה hinnêh, una llamada de atención: “mirad, contemplad, prestad atención”. Ver las correspondientes notas sobre el “hinnêh” o “He aquí” de los salmos en los comentarios a Salmo 40:7; 51:5-6; 73:12; 90:6 121:4; 123:2;