Historia de la estrategia militar. Jeremy Black. Читать онлайн. Newlib. NEWLIB.NET

Автор: Jeremy Black
Издательство: Bookwire
Серия:
Жанр произведения: Документальная литература
Год издания: 0
isbn: 9788432152924
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al Báltico, entrañaban una amplia gama de compromisos y oportunidades, John P. LeDonne se enfrentó a las posibles críticas de que no estuviese presentando sino una «estrategia virtual» atribuyendo a la élite política rusa una visión que nunca había tenido y en un lenguaje que nunca habría usado[24]. LeDonne añadió una definición útil de lo que llamó «gran estrategia»: «Una visión militar, geopolítica, económica y cultural integrada»[25]. Se trata, en efecto, de una definición valiosa, aunque nada añade el adjetivo «gran» a «estrategia». Irónicamente, la expresión nos retrotrae al empleo de otra, «gran táctica», empleada en Francia a finales del XVIII, habitualmente para tratar de lo que hoy denominaríamos el nivel operativo.

      Comparados con los procesos formales e institucionales para la discusión y planificación estratégica de las décadas más recientes, sobre todo su contexto militar como una actividad supuestamente distintiva, la estrategia anterior al siglo XIX parece, al menos en ese contexto, limitada y ad hoc en el mejor de los casos, y también se echa en falta tanto una estructura como una doctrina bien desarrolladas que den cuenta del proceso empírico del aprendizaje y la generación de ideas. Así, durante la guerra de Independencia norteamericana (1775-1783), la estrategia británica en Norteamérica la crearon esencialmente los comandantes sobre el campo de batalla antes que el Gabinete o el Secretario de Estado para América, Lord George Germain. Esto fue así incluso aunque la estrategia perteneciese a su ámbito de responsabilidad y aunque él mismo fuera un antiguo general, y pese a haber tenido experiencia en la guerra de contrainsurgencia.

      El carácter limitadamente institucional de la educación militar y la práctica del mando, durante la mayoría de la historia, ha reducido la posibilidad de avanzar desde la cultura estratégica a la estrategia o al menos a la planificación estratégica. A la inversa, la ausencia de un mecanismo para la creación y la diseminación del saber institucional sobre la estrategia ha provocado que el cuerpo de suposiciones y normas referentes a la cultura estratégica fuese más efectivo, incluso más normativo. Este cuerpo de suposiciones y normas afectó tanto a los pensadores como a los actores estratégicos, y a su vez ellos hicieron sus suposiciones. Diferenciar la cultura estratégica de la estrategia en términos muy taxativos tampoco es que sea muy útil en la práctica, aunque el intento puede captar hasta qué punto hay puntos de contraste.

      En sentido contrario, estos pensadores pueden en parte ser provechosamente presentados como una muestra de la retórica del poder, un aspecto del poder que fue tan significativo para sus contemporáneos como el análisis, o más incluso. Como resultado de esta formulación de la estrategia, las actitudes, los políticos y las políticas domésticas pueden resultar muy significativos tanto para la comprensión de los intereses como para la formulación y ejecución de la estrategia, tanto como sus homólogos militares, o incluso más. Así, en la «guerra contra el terror» de la década de 2000 y 2010, las medidas que se tomaron para tratar de asegurar el apoyo del grueso de la población musulmana en los países amenazados por el terrorismo, como Gran Bretaña, fueron tan pertinentes como el uso de la fuerza contra los nuevos terroristas o los sospechosos de serlo. La disuasión tiene un papel en ambos casos.

      Al otro lado, un manual