Utopías inglesas del siglo XVIII. Lucas Margarit. Читать онлайн. Newlib. NEWLIB.NET

Автор: Lucas Margarit
Издательство: Bookwire
Серия: Colección Mundos
Жанр произведения: Языкознание
Год издания: 0
isbn: 9788869343001
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esta ruta suceden millones de hechos menores que no vale la pena recordar y de los que tampoco toman nota los guardianes a medida que pasan por el portón de las Clasificaciones; me refiero a Amistades, Ayudas en momentos de apuro, Amabilidades en las aflicciones, Servicios voluntarios y todo tipo de méritos poco oportunos, cosas que no son sino bagatelas y están hechas para el olvido.

      En un rincón puede verse el Jardín de la memoria, en el que no solo se depositan las cosas más placenteras sino que se las implanta, trasplanta, injerta e inocula para así obtener la mayor propagación y desarrollo posibles. Se trata de las cosas más deliciosas, deleitables y agradables a las que se denomina Envidia, Calumnia, Venganza, Contienda y Malicia, a las que se agregan los Reproches injuriosos y todo tipo de Mal; todos ellos son acariciados en el Gabinete de la Memoria, junto con un Mundo de placeres que nunca se olvidan y que se cultivan cuidadosamente por medio de todo el arte que sea posible imaginar.

      Entre la multitud de Asuntos que van y vienen hay gran cantidad de Hierba mala, Chismorreo, Parloteos, Cuentos, Engaños y Mentiras que, al hacer una parada por el camino, se hacinan en el lugar y ya no dejan sitio a los que vienen detrás y los superan en valor. Esto ocasiona que se dejen de lado excelentes opiniones, y se las abandonen para ir en pos de un mero deseo de entretenimiento. Hay muchos hechos verdaderamente curiosos y dignos de observación respecto de esta cosa pequeña pero tan precisa que se llama Memoria; de entre todos, nada hay más curioso que el maravilloso arte del olvido deliberado. Y como en este terreno no pude hallar a nadie que ejerciera un dominio absoluto, me agradó mucho encontrar a un autor que ha hecho un gran ensayo para demostrar que en realidad no hay tal fuerza en la naturaleza y que los que disimulan son todos unos impostores, que se burlan del mundo, pues es imposible para cualquier persona obligarse a olvidar algo, ya que quien pudiera recordar olvidar y, al mismo tiempo, olvidar recordar estaría en posesión de un arte superior a la del diablo.

      […]

      El relato de los innumerables logros y maravillosos descubrimientos hechos por esta persona sería interminable; todo puede ser visto en la extraña Cámara de curiosidades. En particular, hay un Mapa del Parnaso en el que se delinean con increíble exactitud las celdas, recámaras, palacios y mazmorras de la famosísima montaña. Se describe su altura y se brinda una explicación erudita de lo que se sugiere puede ser la Plaza lindante el edificio desde el cual podría efectuarse el despegue para emprender un vuelo al Mundo de la Luna. Se especula incluso si el Arca de Noé no se habría posado ahí primero o si no podría ser en una de las cimas del Ararat. Se adelantan algunas refutaciones de los errores groseros y evidentes que sitúan en África el lugar desde el que se accedería a las montañas de la Luna.

      Tienen incluso una musa calcinada, si se administra un poco de este polvo a una mujer embarazada, al dar luz a un niño, este será poeta, de ser niña, puta, si es hermafrodita, lunático. Dicen que muy extrañas cosas se han hecho con este calcinada fuente de la imaginación; si el cuerpo del que proviene se originara en un poema lírico, el niño será un galán y una belleza; si proviniera de un poema heroico, será un peleador; si se engendrara en una sátira, un filósofo. Dicen que otra musa fue disuelta en líquido y es mantenida a través de extraordinarios recursos; sus virtudes son sumas contra el idiotismo, el aletargamiento y toda clase de enfermedad que embote los sentidos. Si se suministra en grandes cantidades crea poesía, pobreza, alienación y deja que el demonio se instale para siempre en la cabeza.

      Confieso que siempre pensé que estas musas eran un asunto tóxico por demás y había oído hablar mucho de las originales, aunque jamás había conocido antes sus virtudes; sin embargo, siempre alerto a la gente contra una dosis demasiado abundante de ingenio y creo que el médico que la prescribiera estaría loco.

      Como todos estos nobles logros provinieron del maravilloso hombre del mundo de la Luna, se me ocurrieron las siguientes observaciones:

      6. ese país debe ser un lugar de rara perfección donde por doquier se halla un conocimiento extraordinario;

      7. sería muy útil para la mayoría de nuestra gente, especialmente para estadistas, políticos, hombres públicos, filósofos, médicos, curanderos, charlatanes, corredores de bolsa, y toda la masa de civiles o eclesiásticos que se proponen estructurar la nación, junto a los hombres de leyes, a los de espada y a los de pluma: sería algo muy útil, digo, que emprendieran un viaje a la Luna y, por sobre todas las cosas, esto sería más que beneficioso para todos aquellos que dejaran tras de sí.

      8. No puede extrañar el hecho de que los chinos sobrepasen tanto a las demás partes del mundo; si sus saberes no provinieran del mundo de la Luna, serían como las demás personas.

      Ningún hombre necesita preguntarse por qué desea ir al mundo de la Luna, luego de haber oído hablar tanto del conocimiento extraordinario que ahí puede obtenerse. En la búsqueda de la sabiduría y la verdad, hombres más sabios que yo han emprendido estos vuelos imposibles y se han elevado a las alturas lunares, a través de los extraños abismos de los fenómenos oscuros, que no pueden explicar a los demás, ni comprender ellos mismos, según lo atestiguan Malebranche, Locke, Hobbes, el honorable señor Boyle(33) y muchos otros eximios pensadores, además de los señores Norris, Asgil, Coward(34) y el Cuento de una barrica.(35)

      Ese gran investigador de los asuntos de la Naturaleza, además de su mundo, dejó tras de sí maravillosos descubrimientos y experimentos. Nada, sin embargo, me interesó más que las diversas máquinas y los curiosos artilugios que empleaba para ir y venir de su país de origen, en la Luna. Todos los movimientos mecánicos que ha estudiado nuestro Wilkins(36) o las alas artificiales del docto español(37) que podría haberle enseñado a Dios Todopoderoso cómo reparar su Creación, son tonterías para este caballero; y ya que en la China ningún hombre ha realizado más viajes que yo a la Luna, no puedo sino relatarles cuán fácil resultó el traslado y cómo es el País.

      Sus telescopios son maravillosos y de excelente calidad, y esto les ha permitido realizar descubrimientos de tierras y mares en la Luna y en todos los planetas habitados; con ellos el cuadrante de un reloj en la Luna puede verse tan nítidamente, como si no se hallara más lejos que el castillo de Windsor. Si hubiera vivido lo suficiente [el gran inventor] hubiese podido terminar la trompeta para hablar, al lado de la cual la chirimía de Arlequín nos hubiera parecido un juego de niños, pues la había ideado para transmitir el sonido a grandes distancias.(38) Hubiese sido un experimento admirable, no cabe duda, y para nosotros habría significado una gran ventaja, más que cualquier otro conocimiento llegado de esas regiones, donde Hombres pensantes hacen descubrimientos útiles a diario para mejorar todo tipo de entendimiento humano. Haber hablado de estas cosas con ellos ha sido muy placentero y ha resultado ser una gran ventaja para nosotros.

      Confieso que he pensado que podría haber sido muy útil para esta nación haberse beneficiado de un invento de ese calibre y me alegré de poder pasar un tiempo allí para beneficio de mi país natal y haberme vuelto a tal punto un experto en esos artefactos que probablemente pueda transmitir mis conocimientos a la Royal Society. Es posible, entonces, que dentro de cuarenta años se diga que la institución finalmente ha llevado a cabo algo que redunde en bienestar público e Inglaterra logre recobrar la reputación y la utilidad de las mentes corrientes. Dicho esto, aclaro que en la Luna hay muchísimos telescopios, razón por la cual son muy baratos. Como he dicho anteriormente, es mi intención viajar hacia allá, modificando mis planes originales, así que volveré sobre el tema cuando relate mi llegada a ese mundo.

      Debo decir que de todos los inventos para realizar el viaje, ninguno es más agradable ni provechoso que una máquina con forma de carroza en cuya parte trasera se hallen dos enormes cuerpos con alas extendidas; cuando estas son desplegadas alcanzan unos cincuenta metros de ancho, están hechas de plumas dispuestas de manera compacta para que no pueda pasar el aire. Las partes sólidas son de tierra lunar para que resistan el fuego y cada una de sus cavidades se ha rellenado de una llama autóctona que se alimenta de un espíritu que se deposita en cantidades adecuadas hasta el final del viaje. El fuego así predispuesto permite que se muevan los resortes y los mecanismos de las alas de manera que su movimiento sea exacto y regular, siempre ascendente. La persona que desee trasladarse en esta carroza aérea deberá tomar una dosis bien medida de una droga que produce un dormir apacible en el que se sueña durante todo el recorrido;