1888, y siendo muy niña fue cautivada por el panafricanismo cuando asistió a una conferencia de la UNIA y se conmovió con sus palabras. Poco después asumió el papel de secretaria privada de Marcus Garvey. Al comienzo de su matrimonio, creía que su responsabilidad debía ser la de consolar a su esposo. Apenas varios meses después de casarse comenzó a editar el volumen 1 de Filosofía y opiniones de Marcus Garvey (una compilación de sus escritos y discursos). Su propósito inicial era proporcionar un medio para que el público en general se formara su propia opinión sobre Marcus Garvey, sin el estigma provisto por las fuentes parciales y racistas de la época. El lugar de Amy en la organización pronto cambió, ocupando el lugar de su esposo encarcelado y trabajando para fortalecer su movimiento: se convirtió en la cara visible de UNIA y una voz de las mujeres de esta organización. En su libro Garvey y garveyismo, Amy alega que una cantidad significativa de los discursos de Garvey fueron el resultado directo de su propio trabajo; ya sea con la elaboración de líneas específicas o la investigación que realizó. Amy describe cómo Marcus le imploró que leyera los artículos de la primera página y otras fuentes importantes y le explicara su importancia. Después de recopilar la información que necesitaba, la usaría para sus propios discursos. Se dijo que Amy Garvey era una excelente oradora, después de haber recorrido el país con o sin su marido. Tras regresar de su gira por el Oeste, Marcus tenía previsto hablar en Nueva York y Amy no formaba parte del programa. Pero la audiencia estaba tan inspirada por sus discursos anteriores y trabajos publicados que cuando Garvey fue a hablar, la multitud gritó: «¡Queremos a la señora Garvey!». A pesar de que no estaba programada para hablar en el evento, se le permitió hacerlo por el clamor de la multitud. Se dijo que Marcus Garvey subió al podio y afirmó que estaba agradecido de que fuera ella, su esposa, y no un rival. «Esperaba un comportamiento abnegado de su esposa y tal vez él se sintió amenazado por su estatus de rival, lo que le impidió reconocer sus capacidades y logros». Sin embargo, Amy no representó una amenaza inicial para Garvey. Dadas sus fuertes creencias sobre su posición como esposa y la estructura de la organización, Amy ocupó su sitio, al igual que otras mujeres en la UNIA. La UNIA se presentó a sí misma como una organización de igualdad de derechos, pero algunas mujeres se quejaban de los puestos que les habían dado. Estas quejas se hicieron públicas en la convención nacional de la UNIA en 1922. El sexismo encontró un medio para prosperar, a pesar del compromiso de la UNIA con la igualdad de género. Siendo este el caso, mujeres como Amy Jacques Garvey se convirtieron en casi imprescindibles para la organización. Ante circunstancias imprevistas, se vio obligada a asumir un papel principal en la UNIA. A Marcus Garvey se lo declaró culpable de fraude postal el 21 de junio de 1923, menos de un año después de casarse con Amy. Tras ser condenado, se lo envió a la prisión de Tombs en el estado de Nueva York, donde pasó tres meses antes de ser liberado bajo fianza. Mientras estuvo en prisión, Marcus Garvey no ganó sus apelaciones y, como resultado directo, el 8 de febrero de 1925 se lo sentenció a cinco años en la Penitenciaría Federal de Atlanta.64 Es en este momento que Amy asumió el liderazgo. Además de hablar en todo el país para recaudar fondos para la defensa de Garvey, editó y publicó el volumen 2 de Filosofía y opiniones de Marcus Garvey, así como dos volúmenes de su poesía, La tragedia de la injusticia blanca y Selecciones de las meditaciones poéticas de Marcus. Mientras esto hacía, trabajó incansablemente con abogados para sacar a su esposo de la cárcel y mantuvo activa y unida la UNIA avanzando con discursos y reuniéndose con sus líderes. A pesar del esfuerzo que Amy puso para mantener vivo el sueño cimarrón de Marcus Garvey, nunca asumió el liderazgo oficial de la organización. Después de que su esposo fue deportado en 1927, lo acompañó a Jamaica. Tenían dos hijos: Marcus Mosiah Jr. y Julius Winston; el primero nació en 1930 y el segundo tres años después. Se quedó con ellos en Kingston cuando Marcus se trasladó a Inglaterra en 1934. Tras la muerte de Marcus en 1940, Amy Jacques continuó la lucha por el panafricanismo, el internacionalismo revolucionario negro y la independencia africana. En 1944, escribió «Un memorando correlativo de África, el Caribe y las Américas», que pretendía convencer a los representantes de los Estados Unidos para que adoptaran una Carta de la Libertad Africana. En noviembre de 1963, visitó Nigeria como invitada del presidente Dr. Nnamdi Azikiwe. Ese año, publicó su propio libro, Garvey and Garveyism, así como un folleto: Black Power en América: el poder del espíritu humano, en 1968. También ayudó a John Henrik Clarke en la edición de Marcus Garvey y la visión de África (1974). Su trabajo final fue Filosofía y opiniones de Marcus Garvey (vol. III), escrito en colaboración con EU Essien-Udom. Fue galardonada con la Medalla Musgrave en 1971. La UNIA fue la organización anticolonial más influyente del mundo dentro de la tradición de cimarronaje o abolición hasta 1938. Deben ser consideradas las grandes referencias en liberación africana. Amy Jacques Garvey ha sido una mujer excepcional en el aspecto intelectual y muy constante en el mantenimiento del legado de garveyismo. A esta mujer se la puede entender como uno de los grandes ejemplos de lo que llamamos panafricanismo y se la puede considerar como unas grandes cimarronas luchadoras. Su legado no tiene nada que envidiar al de su marido, pues radica en dar a las mujeres la oportunidad de ser líderes e influir de manera muy decisiva en la esfera pública y el concepto e ideología de panafricanismo y por tanto feminismo. Su trabajo y visión influyó a otras heroínas como Affiong L. Affiong, Miriam Makeba, Queen Mother Moore, Martha Moumie, Claudia Jones Grace o Winnie Mandela, que desarrollaron también líneas muy significativas del panafricanismo. Tras el histórico congreso de Manchester, en 1945, donde Nkrumah, Ahmed Sékou Touré, Padmore, Jomo Kenyatta acordaron aterrizar el panafricanismo en suelo africano, inmediatamente las mujeres destacaron por su visión, estrategias, inteligencia, coraje y liderazgo.65
Tras la muerte de Marcus Garvey, una de las que más contribuyeron a la definición del desarrollo social, revolucionaria y militante contra el tío Tom o lo que Kwame Nkrumah llamó neocolonialismo fueron tres mujeres.66 La camerunesa Martha Moumie, de la que hablaremos más adelante y Funmilayo Ransome-Kuti, una activista nigeriana que luchó por el sufragio universal y la igualdad de derechos para las campesinas mucho antes de la Segunda Ola del movimiento feminista en Estados Unidos. Su participación en organizaciones internacionales la llevó a viajar por el mundo en el período posterior a la Segunda Guerra Mundial. Ella defendió las causas de los pobres y oprimidos de ambos sexos cuando se unió al movimiento anticolonial que luchaba por la independencia y unidad de África, siendo una estrecha colaborado del Ogsayefo. Para las mujeres y la nación es la historia de esta valiente mujer. Una de las pocas biografías completas de mujeres africanas, y mucho menos de activistas africanas, que será acogida por estudiantes de estudios sobre la mujer, la historia y la biografía africanas, así como por aquellas interesadas en explorar los antecedentes históricos de Nigeria.67
Otra incansable referencia fue la dirigente, la oradora y la protagonista de enormes manifestaciones, Martha Mumie, activista política de talla intelectual, libertadora de Guinea Ecuatorial y Camerún, que creó, entre otras cosas, el himno de Guinea Ecuatorial y fue dirigente del partido MONALIGE. Una gran luchadora que dedicó su vida en el combate contra el colonialismo y por las independencias de los países africanos. Nació el 4 de septiembre de 1931 en Eboma Essawo (Camerún). Fue dirigente de la UPC, cofundadora de la Unión Democrática de Mujeres de Camerún (UDEFEC), organización de mujeres de la UPC. Como cualquier otro revolucionario, la suya fue una vida llena de padecimientos y de grandes sacrificios. Dedicó su vida a la lucha contra el colonialismo. A los dieciocho años, Martha fue una de las pioneras del activismo en Camerún. En 1955, formó parte de la primera clase de treinta mujeres upecistas para integrar la «École des Cadres» del partido, y cuatro años después, en 1959, creó un centro de capacitación para quienes debían gobernar el país en el futuro. Había treinta graduados en la primera «École des Cadres», seis de ellas, mujeres; Martha era una de esas. Fue la única mujer que habló en la sesión plenaria de la «Conferencia Popular de toda África», convocada por Kwane Nkrumah en Accra. Era una firme creyente del concepto de Sankofa: «Para saber a dónde ir, una debe tener una idea clara de dónde ha venido». Una parte esencial de nuestra historia es el papel desempeñado por mujeres excepcionales como Martha Moumié. Junto con otras mujeres de la UPC, Martha creó l'Union Démocratique des Femmes Camerounaises en 1951; la organización central de mujeres para conquistar la independencia. Estas crearon el primer periódico feminista, Femmes Camerounaises.68 Entre 1949 y 1960, de UDEFEC, escribieron más de mil peticiones ante el Consejo de las Naciones Unidas exigiendo sus derechos económicos y sociales como mujeres,