Afrofeminismo. Abuy Nfubea. Читать онлайн. Newlib. NEWLIB.NET

Автор: Abuy Nfubea
Издательство: Bookwire
Серия:
Жанр произведения: Социология
Год издания: 0
isbn: 9788412335408
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Benjamin Moloise por parte del régimen criminal de Pieter Botha en 1985, un grupo de estudiantes negras, convocados por MALEVA, atraen a los sectores más radicales y críticos con el movimiento Free Mandela, al que se suman un sector minoritario de PSEUG (Proceso Social de Estudiantes Universitarios Guineana) liderado por Marcelino Bondjale y la escritora Raquel Ilombe, Basilisa Mangue Nfubea y Vicenta Avoro, quienes convocaron unas jornadas en el despacho del abogado Narciso Djondjo Muadacucu a las que se unen jóvenes raperos del extrarradio. En aquella asamblea se acordó vengar la muerte de Moloise mediante una respuesta contundente contra el régimen racista sudafricano; una acción que significó un punto de inflexión. Una semana después, este grupo de vanguardia asaltó la oficina de turismo del Gobierno del apartheid en Gran Vía.89 Fue una acción heroica que determinó un salto cualitativo panafricanista y, al mismo tiempo, puso en crisis, dividió al movimiento anti apartheid y radicalizó el movimiento estudiantil negro, algunos de cuyos líderes fueron represaliados. Supuso el inicio de un proceso nuevo con una vertiente muy clara y autónoma, inspirado en las ideas de Steve Biko, animó e inspiró a un sector de estudiantes africanos y al mismo tiempo se creó la Plataforma Panafricanista de Solidaridad contra el Racismo.90

      Panteras Negras se definió como una organización revolucionaria panafricanista que buscaba alcanzar sus objetivos por cualquier medio necesario. Tras el asesinato de Lucrecia Pérez en 1992, Panteras Negras se extendió desde Alcalá a las principales ciudades de España: Barcelona, Madrid, León, Valencia, Alicante, Zaragoza, Gijón, etc. Aglutinaron, en torno a sí, las causas y los elementos juveniles más conscientes que, además de poner fin a la impunidad del terrorismo nazi y al empobrecimiento de los barrios, se identificaban con la defensa del médico Alfons Arcelin y su exitosa campaña de boicot a las olimpiadas de Barcelona por el Negro de Banyoles y el llamado V Centenario del Descubrimiento. Panteras Negras constituyó a la postre una escuela y red internacional de formación y difusión de propaganda, formando a líderes y cuadros militantes comprometidos con el panafricanismo más relevante. Lo más importante a largo plazo entonces fue la actividad juvenil que los panteras realizaron, pues llevaron al conjunto del movimiento no solo a una lectura crítica de la historia, sino también tuvieron la capacidad de formar a cinco generaciones que entonces estaban explotados, alienados, frustrados y abatidos. Dando ilusión y causa por la que vivir lo que hoy da frutos, implicando a muchos de los artistas, activistas políticos, deportistas, profesionales, actores, periodistas, cineastas e incluso a sacerdotes, empresarios, etc.

      Si Panteras Negras influyó tanto sobre la noción de panafricanismo en España fue porque de todas las generaciones de activistas, ha sido la que más ha continuado, después vinculada, mayoritariamente, al activismo panafricanista en diferentes asociaciones, oenegés, sindicatos, cooperativas, partidos, okupaciones, fundaciones, y eso es un salto importante históricamente hablando.

      Son muchos las personas que han surgido de FOJA y han continuado militando en otros ámbitos de la comunidad, fruto de un trabajo anónimo. Sus herederos son FOJA, OEUA, Federación Panafricanista, la Fundación Vida Grupo Ecológico Verde, APN, EFA, Parlamento Negro de España, Alto Consejo de Comunidades Negras de España, Circulo de Intelectuales Negros, FAAM, etc. En todos ellos siempre predominó el nacionalismo negro en cualquiera de sus versiones.

      Las dos figuras de referencia del movimiento han sido, por un lado, Malcolm X y, por otro, el Dr. Arcelin de Cambrils, municipio donde fue concejal del PSC-PSEO de 1991 a 2003 y titular del área de Sanidad y Licencias. Fue secretario de organización y primer secretario de la agrupación local socialista de Cambrils y miembro del Consejo Comarcal del Baix Camp. Con todo ello, lo apalearon como al senegalés que vende CD’s en las calles, precisamente por estar demasiado «integrado». Esta fue una lección decisiva para los estudiantes africanos que salieron en su auxilio y le tributaron un homenaje en el Club Amigos de UNESCO (Madrid, 2002). Alfonso Arcelin lo tenía todo para ser «un buen negro» y decidió cometer suicidio de clase para defender a los «negros del campo» y armar un kilombo. Su historia impactó tanto que a algunos decidieron afiliarse a los panteras, a FOJA o la Escuela de la Filosofía Africana-OEUA. Hasta ese momento, la juventud negra en España nunca tuvo un héroe, un modelo o referente, solo negros asimilados, tíos Tom llenos de miedo. A principios de los noventa del siglo pasado, la juventud negra encontró alguien a quien admirar y ese fue Alfonso Arcelin, un ejemplo de honestidad y coherencia ideológica, lo que le llevó a convertirse en referencia en el panafricanismo español. Lo cual puso en crisis a todo el mito y el falso discurso de la integración de los profesionales «negros de la casa». Fueron los panafricanistas —no los intelectuales ni los artistas— quienes elevaron a Arcelin a los altares, al igual que a final de los ochenta del mismo siglo habían hecho las bandas de rap con Malcolm X. Por lo que constituye una herejía presentar una historiografía del activismo afroespañol obviando a Arcelin. Es como hablar de rastafari y no mencionar a Haile Selassie, o bailar cumbia y no querer saber del cumbe, o como dice la Biblia: «Nadie llega a la madre sino es por la hija».

      En 2011, cuando la Fundación Vida Grupo Ecológico Verde impulsó la Ley de Cooperación con los Pueblos Afros y el decenio con los pueblos afrodescendientes en 2014, su objetivo era convencer a la población negra de que sus condiciones de vida están relacionadas con su africanidad y de que se tomaran en serio esa lucha. A partir de entonces, en 2007 tras un proceso de formación afrocentrada, Luis Alberto Alarcón, adoptó el nombre de Mbolo Etofili como portavoz político nacional del movimiento panafricanista junto a Consuelo Cruz, Rosalba Castillo, Piedad Hurtado, Socorro Vallecilla, Janet Castillo, Marta Valencia, Mónica Quiñones, Marcia Santa Cruz, Yenni de la Torre, Lorena Valderrama y María Rosa Wilaya García.