Un corazón alegre. Julián Melgosa. Читать онлайн. Newlib. NEWLIB.NET

Автор: Julián Melgosa
Издательство: Bookwire
Серия: Vida Espiritual
Жанр произведения: Документальная литература
Год издания: 0
isbn: 9789877980530
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a otra en la mano. Mediante un procedimiento llamado estimulación magnética transcraneal, los investigadores constataron repetida- mente que el testigo que observaba el pinchazo en el otro, experimentaba en su propio sistema corticoespinal una reacción muy parecida a la que sentía el inyectado. En efecto, la actividad eléctrica de la corteza cerebral que gobierna los nervios de la mano experimentaba una fuerte actividad de energía adicio- nal en el testigo que no había recibido pinchazo alguno. Pidieron después que los participantes observaran cómo se ponía una inyección a un tomate y, en este caso, no había reacción orgánica. Estos experimentos han demostrado las bases neurológicas de la empatía. Parece, pues, evidente que el dolor de otros se refleja en nuestro propio sistema nervioso.

      Es alentador pensar que, a pesar del pecado y de la degeneración moral, aún quedan rastros del carácter original que Dios puso cuando creó al ser humano a su imagen y semejanza. La compasión y la empatía parecen ser parte inherente de nuestro ser y estamos dotados de la capacidad de empatizar con el dolor y el gozo de los demás. Sin embargo, podemos escoger hacerlo o no. Por ello el apóstol Pablo exhorta a los seguidores de Cristo a que escojan el camino de la empatía: gozarse con los que gozan y llorar con los que lloran.

      La empatía es una manera amplia y clara de cimentar las relaciones con otras personas. No en vano la empatía también se llama inteligencia interpersonal. Se trata de un proceso mucho más complejo que la simple reacción electroquímica de ciertas terminales nerviosas. Es un ingrediente de enorme valor para el apoyo en las necesidades humanas. Jesús tuvo compasión (que es lo mismo que decir empatía) y auxilió a las personas a solucionar los problemas del cuerpo y de la mente. “Tuvo compasión de ellos y sanó a los que de ellos estaban enfermos” (Mat. 14:14); tuvo también compasión de una gran multitud “porque eran como ovejas que no tenían pastor; y comenzó a enseñarles muchas cosas” (Mar. 6:34).

      ¿Encontrarás a alguien hoy hacia quien proyectar tu empatía y proporcionar alivio a su sufrimiento? Permanece abierto a esta posibilidad y seguramente alguien podrá satisfacer sus necesidades por medio de tu empatía. Aparte del bien que hagas a los demás, experimentarás bienestar físico, psicológico y moral en ti mismo.

      Consuelo en el reino animal

      “El que sufre es consolado por su compañero, incluso aquel que abandona el temor del Omnipotente”

      (Job 6:14).

      En las selvas tropicales del interior de África habita un simio denominado bonobo o chimpancé pigmeo. A diferencia del chimpancé común, el bono- bo tiene el rostro negro, las orejas pequeñas y las patas largas. Con frecuencia caminan erguidos y mantienen una cultura matriarcal e igualitaria. Estas características peculiares lo han hecho una especie diferenciada desde 1929. La conducta más peculiar de este grupo es su buena costumbre de consolar al que está triste. En efecto, cuando un bonobo observa que alguno de sus seme- jantes está apenado, intenta sacarlo de su aflicción mediante abrazos cariñosos o una mezcla de caricias y aseos. Además, los científicos han constatado que estas conductas surten efecto, pues el mono decaído reduce las conductas que muestran estrés, como rascarse y asearse de forma compulsiva.

      En ejemplos como este, vemos el sello que el Creador ha dejado en sus criaturas. Pues bien, el ser humano cuenta con una habilidad más completa que cualquier animal para animar y consolar a otros. La Biblia ofrece numerosos mensajes que apelan a la amistad (Prov. 17:17; 27:9; 1 Tes. 5:11), pero el versículo de hoy habla de una especial circunstancia en la que el verdadero amigo continúa su labor consoladora, aun cuando el afligido haya abandonado el temor de Dios.

      En su poesía, Job expresa la experiencia adversa de sus amigos hacia él: son como “las corrientes impetuosas que bajan turbias por el deshielo y mezcladas con la nieve, que al tiempo del calor se secan, y al calentarse desaparecen en su cauce” (vers. 15-17). También dice que esos amigos tienen miedo a ayudarlo (vers. 21). Están presentes solo cuando es conveniente.

      Así ocurre en situaciones, incluso en comunidades religiosas, cuando un miembro se aleja de la presencia del Señor. Los demás lo culpan, lo rechazan y, desde luego, no lo consuelan. Tal vez tengan miedo a “contaminarse” con la presencia del pecador o de tener que contestar las dudas que el desertor pueda tener. Quizá teman que Dios vaya a abandonarlos por estar en terreno “peligroso”. ¡Nada más lejos de la realidad! Jesús recibía a los pecadores y comía con ellos. Jesús invitó personalmente a Leví Mateo, un odioso publicano.

      Prueba hoy a ofrecer tu consuelo a alguien que lo necesite. No mires si es justo o pecador o si está o no de acuerdo con tus ideas. Responde a la invitación que Dios te hace de apoyar a tu prójimo. Encontrarás amistad y satisfacción al hacer lo que el Señor te pide.

      Aromaterapia

      “Los aceites y perfumes alegran el corazón, y el cordial consejo del amigo, al hombre”

      (Proverbios 27:9).

      El uso de aromas con fines saludables se remonta a las culturas más remotas. En la historia antigua, los chinos usaban compuestos odoríferos en forma de incienso con fines medicinales y los romanos en forma de

      bálsamos para sus baños y tratamientos. El término aromaterapia fue acuña do por el químico francés René-Maurice Gattefosse (1881-1950) en los años 1920 para dar nombre al uso que hacía de diversos aceites esenciales como remedio a dolenc ias. En tiempos más recientes se ha constatado que los olores deliciosos y suaves producen efectos benignos sobre el estado de ánimo y la conducta de las personas. Las personas expuestas a tales aromas tienden a reducir la ansiedad y favorecer la relajación y el bienestar.

      El impacto del olfato ocurre porque la membrana nasal conduce las moléculas portadoras del olor, mediante el nervio olfatorio, hasta el sistema límbico (el asiento de la vida emocional) en el cerebro. Este centro está directamente conectado con el hipocampo, un órgano clave en la formación de recuerdos. Por ello sabemos que los recuerdos de ciertos olores pueden almacenarse durante décadas y, si vuelven a presentarse, evocarán recuerdos detallados de la situación original.

      Pero la consecuencia no se limita al estado de ánimo; el olor agradable puede también traducirse en acción amable. Nicolas Guéguen de la Universidad de Bretagne-Sud en Lorient (Francia) trabajó con un equipo de ocho jóvenes que, de forma casual, en un centro comercial hacían como que bus caban algo en su bolsa en la presencia de un transeúnte. En ese momento, dejaban caer “sin querer” un guante y observaban si el transeúnte los alertaba de la “pérdida”. Repitieron este experimento doscientas veces en un ambiente sin olor (zona de tiendas de ropa) y otras doscientas veces en un ambiente de aroma delicioso (zona de elaboración de panadería/pastelería), manteniendo todas las demás variables constantes. El número de cortesías y amabilidades fue significativamente superior en el ambiente de olor agradable comparado con la zona inodora.

      Job compara el aroma del perfume al cordial consejo de un verdadero amigo. Parece lógico, dados los resultados de estos estudios, que el olor grato mejora el estado de ánimo e incita a la conducta amable. Así también, la rela ción amistosa óptima, el buen consejo del amigo y la relación de apoyo, actúan como el aroma: producen un ciclo mutuo de buenas palabras y acciones.

      Practica hoy este principio de esparcir el aroma de tus buenos consejos o simplemente tu presencia, escuchando y apoyando al amigo. El resultado puede ser mejor de lo que esperas.

      Heridas pasajeras

      “Leales son las heridas que causa el que ama, pero falsos los besos del que aborrece”

      (Proverbios 27:6).

      Una reprimenda o advertencia de un verdadero amigo puede causar dolor, pero si este mensaje procede de un espíritu amoroso y sensible, con un buen propósito, a la larga causará mucho bien. El capítulo 20 del primer libro de Samuel relata cómo el joven David era íntimo amigo de Jonatán. El padre de Jonatán, el rey Saúl, en un ataque de celos y paranoia, juró dar muerte a David. No fue fácil para Jonatán dar la noticia a su amigo