Un corazón alegre. Julián Melgosa. Читать онлайн. Newlib. NEWLIB.NET

Автор: Julián Melgosa
Издательство: Bookwire
Серия: Vida Espiritual
Жанр произведения: Документальная литература
Год издания: 0
isbn: 9789877980530
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más plácida. Por último, estarás haciendo la voluntad del Señor que te invita a mantener “una mirada radiante”.

      Agradecido

      “Jesús le preguntó: ‘¿No son diez los que han quedado limpios? Y los nueve, ¿dónde están? ¿No hubo quien volviera y diera gloria a Dios sino este extranjero?’ ”

      (Lucas 17:17, 18).

      De camino a Jerusalén, Jesús se encontró con diez leprosos que le rogaron los sanara de su terrible enfermedad. Jesús no los sanó de inmediato, sino que los envió a los sacerdotes. De camino hacia el templo, quedaron

      todos milagrosamente limpios. Uno de ellos regresó “glorificando a Dios a gran voz, y se postró rostro en tierra a sus pies dándole gracias” (vers. 15, 16). Nada más se nos dice de los nueve desagradecidos.

      La lección más importante de este relato es la gratitud. Los nueve eran probablemente judíos, con un sentir de derecho a estar sanos y a ser salvos por su condición de pueblo elegido. No veían necesidad de acudir al Maestro para agradecerle el colosal milagro. El otro, un extranjero humilde y con menos derechos, sintió el amor de Jesús y lo expresó de manera obvia con sus palabras y acciones. Jesús le respondió con la dulce certeza: “Levántate, vete; tu fe te ha salvado” (vers. 19).

      Las palabras de aprecio y agradecimiento son un bálsamo eficaz en toda relación interpersonal. Sara Algoe y Barbara Fredrickson, de la Universidad de Carolina del Norte, llevaron a cabo un estudio sobre la gratitud cuyo diseño se ha repetido en varias ocasiones, con diversos participantes, en lugares diferentes y con resultados parecidos. Pares de amigos participaron en el experimento en el que tenían que llevar a cabo tareas en equipo. Los investigadores dividieron al grupo en dos mitades: el grupo experimental y el de control. En el grupo experimental, uno de los componentes de cada par recibió instrucciones en privado para que expresara apreciación y gratitud al amigo por algo específico. Al grupo de control no se le dio instrucción alguna. Todos participaron en un seguimiento para evaluar la calidad de relación durante seis meses tras el experimento. Se constató que los miembros del grupo experimental (los que habían expresado gratitud) gozaron de una relación de mayor calidad durante todo ese tiempo en comparación con el grupo de control.

      Cuando Jesús reconoció la gratitud que mostró el leproso, no lo hizo porque el Señor necesitaba reconocimiento, sino porque aquel hombre se beneficiaría de ello. La gratitud beneficia más a quien la emite que a quien la recibe. Escoge hoy a alguien a quien estés verdaderamente agradecido. Demuéstrale tu gratitud de manera abierta y clara de forma oral o escrita. Te embargará un sentimiento de bienestar y satisfacción. Muestra también agradecimiento a tu Creador y el resultado tendrá consecuencias trascendente.

      Edificándonos

      “Por lo tanto, esforcémonos por promover todo lo que conduzca a la paz y a la mutua edificación”

      (Romanos 14:19, NVI).

      El neurocientífico Robert Sapolsky es bien conocido en el campo de las ciencias sociales por sus múltiples observaciones de la conducta de man- driles en el Parque nacional Serengueti (Tanzania). Una de sus observa- ciones fue que, cuando había grupos agresivos de mandriles que se peleaban y azuzaban al resto de la comunidad, la salud y el bienestar de toda la colonia se afectaba manifiestamente. Además, el ambiente se envenenaba de tal forma que, cuando un macho era víctima del acoso de otros, se frustraba y golpeaba a las hembras o incluso a los mandriles más jóvenes.

      En una ocasión, una de estas comunidades contaba con una pequeña banda de machos especialmente agresivos. El grupito descubrió un contenedor de basura donde se arrojaban los desperdicios de la cocina de un hotel de cazadores. Allí habían tirado carne de vacuno contaminada por la tuberculosis. Los matones impidieron que los demás comieran aquella carne y la reservaron en exclusiva para sí mismos. Finalmente, murieron víctimas de la tuberculosis. Lo interesante fue que, con la desaparición de esa banda, la salud (tanto física como mental) de todos los demás mandriles mejoró significativamente.

      Estaba claro que la presencia de amigos y vecinos pacíficos y amables promovía la buena salud general.

      Dejando los simios aparte, este tipo de conducta también ocurre entre los seres humanos, donde existen con frecuencia matones que amenazan e incluso maltratan a los más débiles. Pero se ha observado que, cuando los afectados encuentran apoyo y consuelo en las personas queridas, su salud mejora y su sistema de defensas se fortalece. Bert Uchino y Wendy Birmingham, de la Universidad de Utah (EE.UU.), crearon la hipótesis de la amortiguación del estrés. Significa que los amigos constituyen una protección eficacísima contra los agentes estresantes y que su presencia mejora la salud, tanto física como mental. En concreto, estos investigadores constataron que quienes cuentan con una red sólida de amigos están protegidos de la depresión, de la ansiedad, de las enfermedades cardiovasculares y de la muerte prematura. En diversos estudios han comprobado que los que viven aislados, o no tienen buenas relaciones sociales, son más propensos a esas enfermedades que los que viven en armonía con otras personas.

      El apóstol insta a sus lectores a que hagan esfuerzos “por promover todo lo que conduzca a la paz y a la mutua edificación”. Pide a Dios que hoy te ayude a hacer tu parte para procurar la paz y la mutua edificación. Según la ciencia, esto te proporcionará salud de cuerpo y mente.

      Amigos auténticos

      “En todo tiempo ama el amigo; para ayudar en la adversidad nació el hermano”

      (Proverbios 17:17).

      El irlandés Clive Stapes Lewis (1898-1963), ensayista, novelista, crítico li- terario y autor de Las crónicas de Narnia, entre otras muchas obras de renombre, interrumpió sus estudios en la Universidad de Oxford para alis- tarse en el ejército británico y defender a Gran Bretaña de los avances alemanes.

      El mismo día en que cumplió los diecinueve años, llegó a su destino en Somme (Francia). Allí fue destinado a las trincheras con un alto nivel de riesgo.

      Junto a él estaba Paddy Moore, un buen amigo que había seguido los pasos de Clive. En tales circunstancias, ambos jóvenes se prometieron mutuamente que, si uno de ellos moría y el otro no, el superviviente se haría cargo de sus respectivos progenitores (el padre de Clive era viudo y había perdido a su esposa cuando el chico tenía ocho años, y la madre de Paddy era divorciada). Ambos jóvenes resultaron heridos de gravedad en el campo de batalla. Clive fue tocado por una de las bombas británicas que quedó corta en su trayectoria y, después de una larga convalecencia, se recuperó. La suerte de Paddy fue distinta. Resultó herido por la artillería enemiga y pronto murió. Su cuerpo nunca fue repatriado y quedó enterrado al sur de Peronne (Francia). Entonces Clive se ocupó de la madre de su amigo y de su hermana menor. El cuidado y la amistad entre ambas familias se mantuvieron durante décadas, y así aquel hombre cumplió su promesa.

      El texto de hoy nos recuerda que el verdadero amigo no lo es solamente en momentos de bonanza, sino en todo tiempo y muy especialmente en la adversidad. La amistad verdadera es uno de los ministerios más hermosos que pueda practicar el creyente. Las relaciones fundadas en el apoyo de unos a otros son la auténtica y verdadera interacción social que propone la Escritura.

      Se dice que Sócrates preguntó una vez a un anciano:

      —¿De qué estás profundamente agradecido? A lo que este respondió:

      —De que, siendo como soy, tengo los amigos que tengo.

      No tienes que ser perfecto para brindar tu ayuda a un amigo o para recibir su apoyo cuando lo necesites. Contempla hoy las oportunidades que tienes para tender la mano a alguien. Y si eres tú quien está en la adversidad, permite que alguien te eche una mano, pues el Señor usa a otros para que te auxilien cuando lo necesites.

      La confidencialidad

      “El que encubre