Historia de la República de Chile. Juan Eduardo Vargas Cariola. Читать онлайн. Newlib. NEWLIB.NET

Автор: Juan Eduardo Vargas Cariola
Издательство: Bookwire
Серия: Historia de la República de Chile
Жанр произведения: Документальная литература
Год издания: 0
isbn: 9789561424586
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situación especial exhibió Chiloé. Desde su ocupación por las fuerzas chilenas en 1826 prácticamente no experimentó modificaciones respecto de lo que había sido durante la monarquía. Su precaria vida urbana se desarrollaba en San Carlos de Ancud —capital de la provincia desde 1834 y sede del obispado creado en 1840 y erigido canónicamente cuatro años después—, en Castro y en Achao, en la isla de Quinchao96. Los numerosos testimonios de viajeros y de funcionarios acerca de la pobreza de esas ciudades y de sus habitantes, así como el miserable estado de los campesinos, reflejaban el notorio desinterés de las autoridades de la capital hacia una provincia cuyos habitantes habían mostrado una conducta política contraria a los ideales republicanos. Un buen índice de lo anterior es la ausencia de obras públicas de cierta entidad, como caminos y muelles. Volcada la vida de los chilotes de preferencia a una agricultura de subsistencia que no generaba excedentes, no puede sorprender que se encontrara en la caza de lobos y en la tala de alerces y cipreses las únicas fuentes de ingresos de alguna consideración. Describió Bernardo Philippi el desplazamiento estival y temporal de los chilotes hacia Melipulli al trabajo en los alerzales en enero de 184297. Años después, en 1867, Felipe Westhoff, fundador de Melinka y subdelegado marítimo de las Guaitecas, ofreció un negativo cuadro de esa actividad:

      En el último verano el Archipiélago de los Chonos ha sido poblado accidentalmente por cerca de tres mil peones ocupados en la corta de madera y en la preparación. Esta cantidad de gente ha sido ocasión de violencia, tropelías, asesinatos y otros crímenes que la autoridad no ha podido evitar por falta de fuerza armada a su disposición.

      La indiferencia de la capital hacia Chiloé hace sospechar que para el poder central la importancia de la isla radicaba fundamentalmente en el número de parlamentarios que podía hacer elegir.

      LAS CIUDADES DEL NORTE

      Al comenzar el siglo XIX La Serena y Copiapó no habían experimentado cambios mayores, y su escaso crecimiento demográfico exhibió leves oscilaciones a lo largo de la centuria. El reducido peso de esas ciudades queda reflejado en los resultados del censo de 1854, que arrojó para La Serena la cantidad de 11 mil 805 habitantes. Sin embargo, las dos principales ciudades del norte habían recibido de la minería un considerable impulso, y cabía esperar por ello un crecimiento mayor. El primer gran descubrimiento ocurrió en la sierra de Agua Amarga, al sureste de Vallenar, donde en 1811 se inició la explotación de un riquísimo venero de plata, que todavía se explotaba, aunque ya en decadencia, en 1869. Los descubrimientos del yacimiento de plata de Arqueros, próximo a La Serena, en 1825; el del mismo metal en Chañarcillo, al sur de Copiapó, en 1832, y el de Tres Puntas, al noreste de esa ciudad, en 1848, no solo modificaron radicalmente la forma de vida en la región —y en Chile central—, sino que estimularon la organización de nuevas empresas mineras y el surgimiento de otros asentamientos urbanos. El desenvolvimiento de Ovalle, en tanto, estuvo ligado al laboreo de los yacimientos de cobre de Panulcillo, que empezó a producir en 1832, y especialmente de Tamaya, explotado con enormes beneficios desde fines de 1849.