Los visigodos. Hijos de un dios furioso. José Soto Chica. Читать онлайн. Newlib. NEWLIB.NET

Автор: José Soto Chica
Издательство: Bookwire
Серия:
Жанр произведения: Документальная литература
Год издания: 0
isbn: 9788412207996
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imparable de los hunos.

      En ese contexto es como debemos de interpretar la aparición de Atanarico junto al Danubio mencionada por Amiano Marcelino. Atanarico llegó al limes romano como perseguidor de sus rivales, Fritigerno y Alavivo y no tanto como potencial «refugiado».

      Según narra Amiano Marcelino, los tervingios capitaneados por Alavivo y Fritigerno –en este momento parece que Alavivo era el hegemón de estos godos– se agruparon en la orilla norte del Danubio para solicitar pasar a Tracia y asentarse allí. De hecho, los godos de Alavivo y Fritigerno renunciaban a su anterior condición de foederati, primero porque ya no estaban bajo la autoridad de Atanarico, el responsable del foedus con el Imperio, y segundo porque al solicitar la instalación en Tracia, lejos de la línea fronteriza, entregar las armas y someterse por completo al emperador ofreciéndole además su reclutamiento ilimitado en caso de que el augusto así lo considerara necesario, se transformaban en dediticii, esto es, en sometidos al emperador sin condiciones.

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      Esta era la ya de por sí complicada situación militar de Valente cuando Lupicino y Máximo, los generales encargados de controlar el asentamiento ordenado y pacífico de los godos en Tracia, añadieron el desastre al caos.

      Por si lo anterior no fuera bastante, Lupicino y Máximo, las máximas autoridades encargadas de ordenar aquel caos, decidieron sacar provecho de él y comenzaron a extorsionar a los refugiados a los que cobraban cifras desorbitadas por unos abastecimientos que debían de haberles proporcionado de forma gratuita o a bajo coste. La corrupción se extendió