El adolescente y sus conductas de riesgo. Ramón Florenzano. Читать онлайн. Newlib. NEWLIB.NET

Автор: Ramón Florenzano
Издательство: Bookwire
Серия:
Жанр произведения: Документальная литература
Год издания: 0
isbn: 9789561425767
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acerca de su conducta. Se llega, de esta manera, a una autoimagen consistente y adaptativa, que se caracteriza por capacidad de autocontrol, por la capacidad de resolver problemas, de participar activamente en la toma de decisiones y por un sentido de autoeficiencia, o sea, de poder influir personalmente en el mundo que les rodea. Esta teoría es particularmente importante para entender el papel crítico de los pares en el desarrollo adolescente. Los jóvenes se alejan progresivamente de sus familias y modelan su self social más alrededor de pares de su misma edad: imitan y aprenden los unos de los otros.

      Un paso más en el campo de la influencia social en el self adolescente fue dado por Goffman(48) y Kelly(49) al desarrollar la aproximación socialconstructivista, que subraya cómo los constructos personales, la realidad social y las representaciones de uno mismo son producto de la cultura y de interacciones con los demás. El mayor nivel de interrelación de los adolescentes con el medio social hace que la matriz cultural de una sociedad dada sea activamente incorporada por ellos, que así aprenden cómo anticipar el propio futuro, a asumir nuevos papeles sociales y a formar parte de la cultura dominante. Para los constructivistas como Berger y Luckman el self se forma a partir de las reacciones a las acciones sociales que la persona realiza. Los adolescentes se percibirán a sí mismos dependiendo de los grupos sociales con los que interactúen. Las respuestas de sus pares modificarán el modo como se ven a sí mismos, y estas respuestas llevarán a cambios cualitativos en los adolescentes. Este nivel de explicación es especialmente adecuado para entender las diferencias culturales entre diversos adolescentes.

      EL DESARROLLO MORAL

      El trabajo de Lawrence Kohlberg(50), en el plano del desarrollo moral, complementa los estudios cognitivos de Piaget. Este autor ordena un conjunto sucesivo de etapas que las personas atraviesan en la medida que enfrentan decisiones valóricas cada vez más complejas. Kohlberg ha descrito seis de dichas etapas en la progresión desde la niñez temprana hasta la vida adulta. Las dos primeras son denominadas "preconvencionales", con la primera centrándose alrededor del dilema "castigo/obediencia". En ésta el niño es motivado a comportarse de cierta manera, dada la creencia de que el no hacerlo conlleva un castigo. "Si no recoges tas cosas, te vas castigado a tu pieza" es el prototipo de esta actitud inicial por parte de muchos padres. La segunda etapa del pensamiento preconvencional ha sido denominada "hedonismo instrumental" o "reciprocidad concreta". Por ejemplo, dos preescolares deciden intercambiar juguetes, no con la intención de hacerse un regalo sino en la esperanza de que el cambio les beneficiará con un mejor juego. Las dos etapas siguientes fueron denominadas por Kohlberg "convencionales". La primera de éstas fue descrita como "una orientación hacia la mutualidad en las relaciones interpersonales". En ésta, los niños, habitualmente entre siete y once años, se comportan de un modo dado, con la expectativa de obtener la amistad de los otros. El deseo de ser querido y respetado es una motivación importante en esa etapa. Esta orientación a las relaciones interpersonales afectuosas pasa a ser un factor mayor en lo que se ha descrito como "presión del grupo de pares". La segunda etapa del desarrollo moral convencional ha sido denominada como de "ley y orden", ya que en ella la mantención de un orden social, de reglas fijas y de la autoridad pasan a ser las principales motivaciones de la conducta. En esta etapa el razonamiento es la base de muchas acciones: es que se hace así porque así lo dice la ley, las reglas o las tradiciones. Esta orientación se mantiene, posteriormente, central para muchos adultos.

      La forma final del razonamiento moral ha sido denominada por Kohlberg como "posconvencional". En la primera de estas etapas el razonamiento moral se basa en la noción del contrato social: "el mayor bien para el mayor número posible de personas". Esta noción del bien común plantea que, aunque algunos sufran, si este dolor es necesario para que una mayoría se beneficie, lo hará sostenible, en la medida que permita el beneficio de la mayoría. El nivel más evolucionado del razonamiento moral en el esquema de Kohlberg es el basar las decisiones en un "principio ético universal". El último principio en este esquema evolutivo es el de justicia. Más que basar las decisiones en las que beneficiaría a la mayoría, en esta etapa las decisiones se centran en cuál sería la situación más justa para los miembros menos favorecidos de la sociedad. En este esquema la pregunta que se plantea es: "Si Ud. no supiera cuál es su situación en la sociedad, y siendo tan probable que fuera pobre y excluido como rico y lleno de privilegios, ¿qué decidiría?". Además, para quienes toman sus decisiones basados en estos principios éticos-universales, las consecuencias de sus acciones no son relevantes, a no ser que violen normas sociales o legales. Bajo estas circunstancias, si uno está tranquilo frente a la propia conciencia, es capaz de enfrentar consecuencias negativas, sean legales o sociales.

      El adolescente en su desarrollo atraviesa estas diversas etapas. Dependiendo de capacidades individuales o de su contexto cultural, puede llegar o no a alguna de las etapas más evolucionadas de la moral posconvencional. Transita frecuentemente de un período de decisiones en blanco o negro a otro de relativismo moral, en el cual su respuesta habitual a los dilemas es "Depende...". Luego, comienza a centrarse en los ambientes sociales que lo ayudan a definir lo correcto de lo erróneo, abandonando los sistemas más simples utilizados en la niñez. Uno de los puntos polémicos acerca de la secuencia propuesta por Kohlberg es acerca de su vigencia transcultural. Se ha visto que muchas elecciones están culturalmente determinadas. Algunas culturas sobrevaloran la evitación del castigo, mientras que otras se centran en dejar contentos a los demás, especialmente dentro de la familia: de allí el concepto de "obediencia filial". Por otra parte, los estudios transculturales muestran que la gran mayoría de las culturas aprecian el respeto a la dignidad humana, la equidad y el valor de la vida. No es, pues, lícito igualar el relativismo cultural con el relativismo ético. Rodríguez Luño ha mostrado cómo la ética es un desarrollo independiente de las culturas, y que los individuos responden a los imperativos éticos independientemente de su etapa evolutiva a lo largo del ciclo vital(51).

      EL CONTEXTO SOCIAL

      El contexto social de los adolescentes es más amplio y complejo que el del niño. El fenómeno social más notable durante esta etapa es la aparición de un grupo de pares de gran importancia para él. El adolescente llega a apoyarse mucho en sus iguales para obtener apoyo, seguridad y guía durante una etapa en la cual estos elementos son urgentemente necesitados y quizá también porque sólo otros que pasan por la misma transición aparecen como confiables para comprender sus experiencias. Contrariamente al estereotipo cultural, sin embargo, la familia sigue influyendo mucho entre los adolescentes. En realidad, ninguna otra institución social tiene tanta influencia como la de ésta a lo largo de todo el desarrollo. La mayoría de los estudios muestran que los adolescentes tienen pocas veces discrepancias serias con sus padres. En realidad, al escoger a sus pares los adolescentes, en general, gravitan hacia aquellos que tienen actitudes y valores consistentes con aquellos mantenidos por sus padres. Por ejemplo, mientras que los pares influyen a los adolescentes en relación con temas tales como aspiraciones y logros educacionales, en la mayoría de los casos se produce una convergencia entre la influencia de familia y pares. Mientras que, muchas veces, los adolescentes y sus padres tienen actitudes diversas acerca de temas sociales de actualidad (como política, uso de drogas, conducta sexual), la mayoría de esas diferencias reflejan contrastes en la intensidad más que en la dirección de las actitudes. Es raro que un adolescente y sus padres estén en lados opuestos con respecto a un tema dado y la mayoría de las diferencias generacionales comprenden diversos niveles de apoyo para la misma posición.

      CAPÍTULO III

       Las etapas de la adolescencia

       "Los adolescentes pueden aparecer como excesivamente egoístas, considerándose abiertamente a sí mismos el centro del universo y como el único objeto interesante en éste; al mismo tiempo, en ningún otro momento de la vida serán capaces de mostrar tanta capacidad de entrega y devoción a los demás. Pueden también enamorarse del modo más apasionado, para romper estas relaciones en forma tan repentina como las comenzaron. Por un lado, se involucran entusiastamente en la vida de su comunidad, y, por otro, tienen una tremenda necesidad de estar solos. Oscilan entre una ciega sumisión a un líder elegido por ellos, y una desafiante rebelión en contra de toda y cualquier autoridad. Son egoístas