El amor, Aún. Una lectura del Seminario 20 de Lacan y sus fuentes antiguas. Carmen González Táboas. Читать онлайн. Newlib. NEWLIB.NET

Автор: Carmen González Táboas
Издательство: Bookwire
Серия:
Жанр произведения: Документальная литература
Год издания: 0
isbn: 9789878372020
Скачать книгу
verdad”, vuelven Aristóteles y Santo Tomás; en ambos se asegura la jerarquía de los seres. En IX, “Del Barroco” (o: “la regulación del alma por la escopia (8) corporal”), la ciencia antigua da por sentado que “el ser piensa”. “Es preciso leer De anima (Sobre el alma)”, así lo hacemos; lo elaborado por Aristóteles “son pensamientos sobre el cuerpo”. La teoría aristotélica será reinyectada en Santo Tomás de Aquino (Lacan dice “ponerse de patitas en el suelo” de puro gusto cuando lo lee). En X, “Redondeles de cuerda”, los trascendentales: la Belleza, lo Verdadero, el Bien, se plasman en la Trinidad cristiana. En la última clase, XI, “La rata en el laberinto”, todo lo anterior parece conducir al mismo lugar: el amor, en el encuentro, aborda al ser como tal, pero “el ser solo se sostiene por errarse”. Con respecto a la pareja, el amor solo puede ofrecer, dicho con cierta poesía, “coraje ante fatal destino”

      1- Sadeana, no sádica, dice Lacan. Sadeana porque el imperativo de goce afecta y mortifica los cuerpos.

      2- Esperanza, G., “El silencio del falo”, Revista El caldero, Nº 11, Buenos Aires, 2009, p. 48.

      3- Lacan, J., Seminario 18, De un discurso que no fuera del semblante, op. cit., p. 132.

      4- Lacan deja aquí “a un lado la etimología” y va de litter (basura) a letter (letra); litteratura contiene la littera-ae, letra y carta en latín, la inglesa litter (letra), la francesa rature y la latina litura (borrón, tachadura de lo escrito): “la lettre fait rature”. Después evoca litus-oris, rivera, litoral. Y continúa.

      5- Lacan, J., Seminario 20, Aún, op. cit., p. 14.

      6- Lacan, J., Seminario 23, El Sinthome (1975-1976), Buenos Aires, Paidós, 2006. En cuya 1º clase, la buena manera exige “el uso lógico del Sinthome, hasta alcanzar su real”. Lacan no hace otra cosa desde hace mucho tiempo.

      7- Lacan lo ha hecho mucho antes.

      8- Regular el alma por la escopia (examen, vista, o exploración) de las mociones y afectos del cuerpo ante la mirada divina formaba parte de las prácticas devotas de la Contrarreforma católica.

      En Aún Lacan lo dice de este modo: “me sostiene este discurso, y para recomenzarlo este año, primero voy a suponerlos en cama, una cama de pleno empleo, una cama para dos” (10). Si se excluye el decir del psicoanálisis (que no hay relación sexual) será peor; bastaría para saberlo trasladarse a una cama de pleno empleo, el lugar donde los goces mandan y donde el amor, aunque sea recíproco, es impotente para hacer posible la relación de ellos (d’eux), la relación de los dos (deux) sexos. ¡Ellos se encontrarán, sí, pero en la no relación! sino en la cama de pleno empleo, hoy para dos, para tres, para los que se quiera.

      Tomemos ciertos trazos para bordear apenas la primera clase de Aún, que más parece un anticipo abigarrado de las cuestiones que se desplegarán a lo largo del Seminario. ¿Quién ha pasado sin angustia, en Aún, por el laberinto de Otros con mayúscula que parecen multiplicarse? El Otro, presentado en la época de La instancia de la letra como lugar de la palabra, había sido “una manera, no diré de laicizar, pero sí de exorcizar al buen Dios” (85). Y otro texto luminoso de Aún: “Al Otro hay que volver a machacarlo, reacuñarlo para que cobre su sentido pleno, su completa resonancia” (52); es el término que se sustenta en que hablo y no puedo hablar sino desde donde estoy, identificado a un significante, hombre o mujer, significantes que toman su función de un decir tal que determina las diferentes encarnaciones del sexo.

      EL GOCE DEL CUERPO DEL OTRO