Natación. Ernest W. Maglischo. Читать онлайн. Newlib. NEWLIB.NET

Автор: Ernest W. Maglischo
Издательство: Bookwire
Серия:
Жанр произведения: Сделай Сам
Год издания: 0
isbn: 9788499101385
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efectiva, los nadadores tenderán a ampliar el movimiento semicircular para extender su potencial propulsor a lo largo de una mayor distancia y más tiempo. De la misma manera, si el movimiento hacia arriba no es muy efectivo, lo acortarán y proseguirán con el segundo movimiento hacia abajo.

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      Figura 6.9. La propulsión durante el primer movimiento hacia arriba de espalda.

      El segundo movimiento hacia abajo

      Se ilustra el segundo movimiento hacia abajo en la figura 6.7 e para la brazada izquierda, y en las figuras 6.7 m-n, para la brazada derecha (véanse las páginas 200 y 201). El segundo movimiento hacia abajo debe ser una extensión del brazo hacia atrás, hacia abajo y ligeramente hacia fuera, que empieza durante la transición del movimiento anterior y continúa hasta que el brazo esté completamente extendido y bastante por debajo del cuerpo.

      Los nadadores deben empujar hacia atrás contra el agua en una dirección casi horizontal durante la parte superior del segundo movimiento hacia abajo, desde el momento en que la mano está pasando por el hombro hasta que esté enfrente de la cintura. Los nadadores estarán empujando hacia atrás contra el agua con la parte ventral del antebrazo y la palma de la mano durante este tiempo, con muy poca extensión del brazo. Durante la segunda parte del movimiento hacia abajo el brazo debe dirigirse hacia atrás y hacia abajo, con una extensión vigorosa del codo. El segundo movimiento hacia abajo debe terminar cuando el brazo esté completamente extendido bastante por debajo del cuerpo. La ilustración de la figura 6.10 muestra cómo probablemente se genera la propulsión durante el segundo movimiento hacia abajo.

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      Figura 6.10. Propulsión durante el segundo movimiento hacia abajo de espalda.

      Algunos nadadores también desplazan el brazo hacia dentro en dirección al muslo durante esta fase de la brazada. Sin embargo, creo que es mejor desplazar el brazo no sólo hacia atrás y hacia abajo sino también ligeramente hacia fuera durante este segundo movimiento hacia abajo. Desplazarlo ligeramente hacia fuera permitirá a los nadadores mantener el antebrazo mirando hacia atrás más tiempo durante la parte alta de este movimiento.

      Las yemas de los dedos deben seguir mirando hacia fuera durante el segundo movimiento hacia abajo. Los nadadores no deben girar los dedos hacia arriba durante esta fase. Mientras que ésta fue una técnica popular en los años setenta, ahora las filmaciones subacuáticas muestran que la mayoría de los espaldistas de nivel mundial mantienen los dedos mirando hacia el lado durante este movimiento. Esto les permite mantener la palma mirando hacia atrás durante más tiempo y también hace que la transición a la próxima fase propulsora, el segundo movimiento hacia arriba, sea más fácil. La mano, que estaba inclinada hacia arriba y hacia dentro al final del anterior movimiento hacia arriba, estará mirando hacia abajo, hacia el fondo de la piscina, cuando se completa el segundo movimiento hacia abajo. No obstante, debe mantenerse mirando hacia atrás el mayor tiempo posible.

      El segundo movimiento hacia arriba

      La transición del segundo movimiento hacia abajo al segundo movimiento hacia arriba se muestra en la figura 6.7f para el brazo izquierdo y en 6.7o para el brazo derecho (véanse las páginas 200 y 201). El segundo movimiento hacia arriba se muestra para el brazo izquierdo en las figuras 6.7g-h, y en la 6.7p, para el derecho.

      El segundo movimiento hacia arriba es un movimiento hacia arriba, hacia atrás y hacia dentro del brazo. Empieza al final del segundo movimiento hacia abajo y sigue hasta que el brazo se acerca al muslo en su camino hacia la superficie. Los nadadores rápidamente giran la palma hacia arriba y empujan hacia atrás contra el agua con ella y con la parte ventral del antebrazo. Siguen así una corta distancia hasta que el brazo se desplaza hacia arriba cerca de la parte dorsal de la pierna, en cuyo momento deja de empujar hacia atrás contra el agua y empieza el recobro hacia arriba para salir del agua. El brazo debe permanecer estirado durante este segundo movimiento hacia arriba.

      La mano desacelerará durante la transición del segundo movimiento hacia abajo al segundo movimiento hacia arriba y luego debe acelerar rápidamente hasta el final del movimiento. Las velocidades de las manos pueden acercarse a sus valores más altos para la brazada entera, de 5-6 m/s durante esta fase de la brazada.

      El dibujo de la figura 6.11 ilustra cómo se puede generar propulsión durante el segundo movimiento hacia arriba. Como se puede apreciar, los nadadores utilizan la mano y el antebrazo para empujar hacia atrás contra el agua al desplazar el brazo hacia arriba y hacia dentro. Los espaldistas que pueden hiper-extender el codo tienen una ventaja evidente durante esta fase de la brazada porque podrán empujar hacia atrás con el antebrazo durante una distancia ligeramente mayor. De hecho, muchos de los grandes espaldistas de la historia de la natación han tenido esta habilidad.

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      Figura 6.11. Propulsión durante el segundo movimiento hacia arriba de espalda.

      El segundo movimiento hacia arriba no debe continuar hasta que el brazo llegue a la superficie del agua. Es un movimiento propulsor muy corto pero también muy eficaz. Como se ve en el gráfico de López-Zubero en la figura 6.4 (véase la página 195), la velocidad de avance es bastante alta durante esta fase. Sin embargo dura poco, porque el brazo sólo puede empujar hacia atrás contra el agua durante un corto período de tiempo en su trayectoria ascendente, antes de que la fuerza que produce hacia atrás se disipe y sea remplazada por una fuerza hacia arriba. La transición de empujar hacia atrás a empujar hacia arriba tendrá lugar al acercarse la mano a la parte dorsal del muslo. Por lo tanto, los nadadores deben dejar de empujar contra el agua en el momento en que realizan el recobro del brazo hacia arriba y lo sacan del agua.

      Los nadadores que utilizan el segundo movimiento hacia arriba para la propulsión serán más eficientes si utilizan una brazada ancha. Necesitan terminar el segundo movimiento hacia abajo con el brazo a una buena profundidad y bastante separado del cuerpo, porque deben desplazarlo hacia dentro además de hacia arriba para generar fuerza propulsora durante el segundo movimiento hacia arriba.

      La relajación y la salida

      La salida del brazo izquierdo se muestra en la figura 6.7i y, la salida del brazo derecho, en la figura 6.7r (véanse las páginas 200 y 201). La relajación tiene lugar al acercarse la mano a la parte dorsal del muslo. Los nadadores deben dejar de empujar contra el agua al acercarse la mano al muslo. Deben girar la palma hacia dentro para que la mano se desplace por el agua de canto con un mínimo de arrastre resistivo. Aunque el brazo debe seguir desplazándose hacia arriba, su inercia dirigida hacia atrás debe superarse para que también pueda avanzar. Esto se logra rotando el cuerpo hacia el brazo que realiza la brazada y elevando el hombro del brazo que realiza el recobro hacia arriba y hacia delante. La mano debe salir del agua con el pulgar primero, no con el meñique primero como han sugerido algunos expertos. La velocidad de la mano debe disminuir considerablemente una vez hecha la relajación, permitiendo que el momento ascendente del segundo movimiento hacia arriba lleve el brazo fuera del agua y al recobro con un mínimo de esfuerzo muscular.

      La secuencia tomada por encima del agua presentada en la figura 6.12 muestra la parte del recobro del brazo que se realiza por encima de la superficie desde la vista lateral. Después de llegar a la superficie, el brazo debe desplazarse hacia arriba y por encima del agua hasta que realice la entrada. El recobro debe realizarse alto y por encima de la cabeza, no bajo y lateralmente. Un alto recobro por encima de la cabeza reduce cualquier tendencia del brazo a arrastrar las caderas y las piernas fuera de su alineación lateral.

      La mano debe salir del agua con el pulgar primero. La palma debe mirar hacia dentro o hacia abajo durante la primera mitad del recobro. Sin embargo, debe estar rotado hacia fuera durante la segunda mitad para que pueda efectuar la entrada con el meñique primero. Este cambio de dirección