Técnicas para una consejería efectiva. Fred C. Gingrich. Читать онлайн. Newlib. NEWLIB.NET

Автор: Fred C. Gingrich
Издательство: Bookwire
Серия:
Жанр произведения: Документальная литература
Год издания: 0
isbn: 9788417131333
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manera, existe el peligro añadido de que pudieras estar proyectando tus propias emociones sobre tu aconsejado, ¡emociones que realmente en ninguna manera son recomendables! Una percepción correcta no supone que las expresiones faciales, los movimientos corporales y otras comunicaciones no verbales del aconsejado signifiquen para él exactamente lo que significarían si las hicieras tú. Además, la contra-transferencia no significa que seas libre de proyectar alguna connotación sobre un aconsejado solo porque esa acción significó algo para alguien más en alguna ocasión anterior. Percibir es tomar el comportamiento no verbal del aconsejado y usar tus propias emociones y experiencias pasadas fundamentadas en tu comprensión de quién es el aconsejado para dar sentido a lo que has observado. Este arte requiere un equilibrio hábil que requiere aprender quién es tu aconsejado y qué significa para él un comportamiento dado o una respuesta sabiendo también quién eres tú como consejero y el significado que intuitivamente atribuyes a los comportamientos no verbales.

      Conexiones bíblico/teológicas

      En las culturas occidentales, es común ver a una persona, y a nosotros mismos, como si estuviésemos divididos en partes: cuerpo, alma, espíritu, mente y así sucesivamente. La distinción de Freud entre el ego y el superego, junto con la mente consciente y la subconsciente, se suma a esta tendencia a definir las partes del yo. Por lo tanto, en términos de comunicación, es común suponer que hay lenguaje explícito (por ejemplo, declaraciones verbales) y metalenguaje (comunicación sobre el lenguaje explícito—tono, ritmo, etc., así como sentimientos subyacentes y motivaciones). Todas estas suposiciones sobre “las partes de uno mismo” pueden ser muy útiles en la consejería, pero a veces pueden conducir a una visión de la persona que resalta una parte de la persona por encima de las otras, en la que el avance y la curación son solo superficiales.

      En el pensamiento cristiano a menudo leemos las Escrituras a través de la lente de las partes de nosotros mismos y rápidamente nos confundimos porque la Escritura habla de las partes de manera diferente en varios pasajes. Por ejemplo, lee el conocido versículo “Y amarás a Jehová tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con todas tus fuerzas” (Dt. 6:5). Este versículo puede usarse para sugerir que las personas están compuestas de partes, identificadas como corazón, alma y fuerza. Sin embargo, un estudio cuidadoso de este versículo y de los otros pasajes en las Escrituras donde se hace referencia a este nos proporcionará un cuadro diferente (Beck, 1999). En Mateo 22:37, Jesús nombra las “partes” corazón, alma y mente. En Marcos 12:30 las “partes” se llaman corazón, alma, mente y fuerza. Marcos 12:33 se refiere al corazón, entendimiento y fuerza. Lucas 10:27 se refiere al corazón, alma, fuerza y ​​mente. Añádase a esto que estos versículos fueron escritos en dos lenguas, hebreo y griego, y que es un desafío afirmar la equivalencia entre palabras en diferentes idiomas.

      Entonces, ¿cuál es el asunto? Lo que subrayan estos versículos no son las partes de la persona, sino que debemos amar al Señor con todo lo que somos, con toda nuestra personalidad, incluyendo nuestras emociones, pensamientos y comportamientos. Una parte no está por encima de las otras. Creados a la imagen de Dios, los seres humanos se entienden mejor como un todo, seres integrados, y no seres compuestos de partes. Sin embargo, es útil, en ciertos contextos tales como la consejería, reconocer las motivaciones y los significados ocultos, e incluso las propias contradicciones internas, en nuestro camino hacia la plenitud personal.

      Os animamos, como clase, a comentar formas en las que habéis trabajado, o podríais trabajar, para desarrollar vuestras capacidades de percepción. Algunos ejemplos que sugerimos incluyen las actividades enumeradas al final de este capítulo.

      APLICACIÓN MULTICULTURAL

      Ser capaces de captar las señales verbales y no verbales es la base para percibir lo que los aconsejados están experimentando. Sin embargo, el problema de percibir correctamente lo que les está pasando a los aconsejados que son de un trasfondo cultural diferente que sus consejeros es que las mismas señales pueden tener significados totalmente diferentes en el contexto cultural particular de un aconsejado (Garrett y Portman, 2011). Lo mismo ocurre con el género (Robinson y Howard-Hamilton, 2000). Por lo tanto, hay una alta probabilidad de interpretar de manera totalmente errónea al aconsejado.

      Las diferencias en el significado de las palabras, incluso dentro del mismo idioma, pueden ciertamente variar entre grupos culturales. Abordaremos las implicaciones multiculturales del uso de las palabras en el capítulo ocho. Mientras que la adaptación en la diferencia de cómo se entienden las palabras es básica, las diferencias en la comunicación no verbal pueden ser aún más complejas. El uso del espacio personal e interpersonal (proxémica) varía mucho. Por ejemplo, los árabes, los latinoamericanos, los africanos, los sudamericanos, los franceses, los afroamericanos y los indonesios se sienten generalmente más cómodos con la proximidad de otra persona que los anglosajones (Nydell, 1996). Esto tiene implicaciones sobre cómo se distribuye el espacio de la oficina y qué tanto permitirás que un aconsejado acerque su silla a la tuya.

      El género también puede desempeñar un papel. Yo (Heather) recuerdo haberle preguntado a mi terapeuta, un hombre, si no le importaba acercar un poco su silla a la mía con el fin de aproximar lo que se sentía como un gran abismo interpersonal creado por los más de dos metros de distancia que había entre ambos. Cuando se acercó a mí, me sentí más relajada. Por supuesto, el consejero tiene que sentir que sus propias fronteras interpersonales no están siendo violadas aceptando tal petición.

      El uso de movimientos corporales (cinésica), incluyendo la cantidad de contacto visual, tipos de gestos, expresión facial y postura, también varían según la cultura (Chan y Lee, 2004). En la cultura anglosajona, por ejemplo, evitar el contacto visual puede ser interpretado como incomodidad, resistencia o falta de respeto, mientras que en otras culturas el contacto visual se considera indeseable e irrespetuoso (Pedersen e Ivey, 1993). Sonreír puede indicar vergüenza o cortedad en algunas culturas, y la risa puede tener diferentes significados (Sue y Sue, 2016). Fue solo después de muchos años en Filipinas que yo (Heather) llegué a entender que cuando unos hombres se rieron cuando mi hijo se cayó de su bicicleta y se lastimó, no estaban siendo maleducados e insensibles, sino que estaban tratando de mostrar simpatía. Incluso el grado en que se muestra la expresión facial se valora en mayor o menor grado dependiendo de la cultura.

      Me costó muchos meses comenzar a percibir las variaciones sutiles de la expresión facial con un aconsejado que era chino. Los movimientos de cabeza (Jensen, 1985), los movimientos vibratorios de las manos (Sue y Sue, 2016) y gestos concretos (LaBarre, 1985) también varían según la cultura.

      Las señales vocales (paralenguaje), tales como pausas, silencios, sonoridad de la voz, inflexiones, ritmo del habla y silencios también están motivados culturalmente (Sue y Sue, 2013). Hay que tener cuidado de no malinterpretar las señales vocales. Por ejemplo, en la cultura europea, una voz suave podría ser percibida como inseguridad, timidez o baja autoestima, mientras que en el contexto asiático una voz suave podría tener estos mismos significados o connotar meramente respeto y buenos modales.

      Cuando trabajes con diversos aconsejados, tendrás que comprobar continuamente si lo que estás percibiendo es correcto. Esto puede significar el uso frecuente de contenido y sentimientos reflejos (ver capítulos cinco y seis), así como pedir aclaraciones (capítulo ocho). Esto ciertamente significa llegar a la relación de consejería con la mentalidad de un alumno y una actitud de humildad.

      CONCLUSIÓN

      La técnica de percibir está basada fundamentalmente en el arte, construida sobre la capacidad del consejero para hacer observaciones sobre la comunicación no verbal de un aconsejado y luego atribuir un significado correcto a esas observaciones. Percibir incluye, entre otras cosas, escuchar el tipo de petición que subyace bajo las palabras del aconsejado, recoger el significado detrás de las características vocales del aconsejado (como tono, inflexión y ritmo de las palabras) y tener indicios sobre cómo un aconsejado se comunica a través de sus características físicas y el uso de su cuerpo. Percibir no es proyectar, sino que por el contrario demanda que el consejero aprenda qué significan ciertas conductas no verbales para un aconsejado en concreto dada su propia personalidad, trasfondo y cultura. Cuando se trabaja con aconsejados multiculturales, se necesita un cuidado especial para asegurarse que lo que se percibe