Historia de una desobediencia. Aborto y feminismo. Creusa Muñoz. Читать онлайн. Newlib. NEWLIB.NET

Автор: Creusa Muñoz
Издательство: Bookwire
Серия:
Жанр произведения: Социология
Год издания: 0
isbn: 9789876145787
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descripción detallada de Harris sobre la proliferación, a una velocidad asombrosa, de las mujeres devenidas activistas rebeldes que requerían manifestarse en público. (48)

      Apenas unos meses después de la concentración, la Legislatura de Nueva York votó la enmienda a las leyes sobre aborto que entraría en aplicación tres meses más tarde. Justamente, el 1 de julio de 1970 se sancionó una legislación que permitía la interrupción del embarazo siempre que la efectuase un médico antes de las 24 semanas. Pese a todos los avances, la Campaña Femenina por el Aborto (CFA) exigía la fijación de topes para los abortos. Proponían además un rally de educación sexual, clases preparatorias para médicos por abortistas expertos; el funcionamiento de un comité de reclamo; un consejo de investigaciones sanitarias y clínicas de abortos gratuitos.

      CHICAGO Y BOSTON EN LA MISMA LUCHA

      Ahora bien: a 1580 kilómetros de distancia de Chicago, en línea recta hacia el Este, se encuentra Boston. También allí, en 1969, un grupo de feministas se reunió en un taller para discutir el tema “La mujer y su cuerpo”. Este encuentro se llevó a cabo en la universidad Emmanuel, y fue el primero en reunir a mujeres para hablar sobre sus especificidades. Y de tanto dialogar dentro y fuera de la conferencia, estas pioneras descubrieron lo mucho que sabían en relación con sus cuerpos. Las discusiones que se generaron en la conferencia resultaron por demás estimulantes y provocativas. Luego de los talleres, ellas decidieron escribir una serie de panfletos, recoger la información que tenían y el conocimiento que habían adquirido y ponerlo a disposición de sus pares. El objetivo estaba en crear un modelo en el que las mujeres se apoyasen unas a otras en el proceso de aprender sobre ellas mismas y se comunicaran con sus médicos para mejorar los servicios de salud. Así fue que antes del cierre de ese evento inaugural, un grupo decidió proseguir la discusión. Al principio se hacían conocer como “el grupo médico”. Todas habían pasado por angustias similares provocadas por el sistema de salud que, con actitudes paternalistas, sentenciosas y nada informativas, ejercían su poder sobre las pacientes. Por esta y otras razones, dicha comunidad de afinidades decidió dictar cursos en espacios disponibles –escuelas, guarderías infantiles, iglesias o casas particulares–.

      Por fin, en 1973 se tradujo al castellano como Nuestros cuerpos. Nuestras vidas. En su prefacio, las integrantes de la colectiva se definían de la siguiente manera: “Somos blancas, tenemos entre 24 y 44 años, la mayoría de clase media y hemos recibido alguna educación secundaria y universitaria. Hay casadas, separadas, solteras, con y sin hijos. Para concluir, somos un grupo muy común y muy especial a la vez, como las mujeres lo son en cualquier país. Como blancas de clase media, solamente podemos describir la vida tal como ha sido para nosotras. Pero comprendemos que las mujeres pobres o de color han sufrido y mucho más la mala información y los malos tratos que describimos en este texto”.