Preparen la tierra. Ps. Carla Vivanco. Читать онлайн. Newlib. NEWLIB.NET

Автор: Ps. Carla Vivanco
Издательство: Bookwire
Серия:
Жанр произведения: Документальная литература
Год издания: 0
isbn: 9789564014234
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esperamos recibir, toleramos la falla del otro, restauramos la relación, etc. Él sabe que transitar en este mundo es difícil y sabe, que por muy fortalecida que esté nuestra relación con Él, no somos sólo seres espirituales, sino que tenemos emociones, pensamientos y necesidades de otros reales, tan de carne y hueso como nosotros mismos. Él sabe el peso que tiene para nosotros una pelea, un rechazo, una palabra de crítica. Él sabe cuánto nos puede aniquilar la carencia afectiva y cuán difícil es avanzar sin personas que nos sostengan o levanten cuando es necesario.

      El Padre no está solamente interesado en que tengamos una buena relación con Él, sino en que vivamos en este mundo caído con la suficiente contención de otros que nos sostengan. Esto me lleva a mencionar la relevancia de la familia de la iglesia como un espacio de restauración y de sustitución. Porque aunque la familia nuclear y extendida es la primera fuente relacional, muchos necesitan un espacio nuevo, más completo o sano para madurar y crecer.

      No obstante, los que pertenecemos a una congregación, sabemos que somos tan solo una comunidad de pecadores que viven en la gracia. Todos con las mismas carencias y las mismas fallas, hemos encontrado el amor de Dios y estamos dejando que Él nos restaure y nos cambie. Las iglesias no son comunidades perfectas, porque ningún ser humano lo es. Todos estamos siendo trabajados para llegar a serlo el día del encuentro con el Padre. El único secreto que marca la diferencia es cuán dispuestos estamos a ser transformados por Él. Una persona madura en la fe, puede llegar a ser “la persona especial” para otro. Aquella que marca la diferencia, que está cerca, que acompaña, que alienta, que está escuchando atentamente lo que Dios le sopla que el otro necesita.

      Muchas personas especiales en una congregación hacen una gran diferencia para ayudar a otros “más pequeños” a encontrar al Padre. Por eso digo que esta familia nueva puede ser el espacio de restauración que Dios provee. Una comunidad de personas que con humildad reconocen su vulnerabilidad y sus fallas, líderes íntegros que se muestran tal y como son. Eso es la clave para ser padres y madres, guías de nuestros hijos, mentores de sus vidas, edificadores de su fe.

      Mi esposo, que es ingeniero, tiene una simple y práctica manera de pensar que admiro mucho porque generalmente ayuda a salir rápido de los conflictos o tomar decisiones de manera más eficaz. Sin embargo, aunque sea una desventaja para mí muchas veces, no me puedo desprender de mi pensamiento divergente que busca más de una solución o perspectiva. Aunque podría haber sido práctica como él, para explicar que hay modelos de relación entre padres e hijos, yo necesito llevarlos a niveles de análisis más complejos. Para los de mente complicada como la mía, será un viaje divertido, pero para los prácticos podría ser un camino un poco escabroso. Pido la sabiduría del Espíritu Santo para animarte a no saltarte los próximos párrafos y comprenderlos con mente amplia.

      Para partir facilitando este análisis, explicaré la diferencia entre temperamento, carácter y personalidad más aceptada hoy, a modo de integración de diferentes autores, con una mirada actual y de una manera que nos aporte a los siguientes capítulos.

      Dimensión comprensiva de la personalidad

      El temperamento es la dimensión más biológica de la personalidad. Tiene un importante componente heredado y se manifiesta inmediatamente en cuanto el niño nace. Viene descrita en su biología a modo de reseteo cerebral y neuroendocrino. En este sentido, en cierto modo, se piensa que no se cambia ni se educa. Algunos autores la describen como la “materia prima” con que se nace y sobre ella vienen a interactuar los sucesos ambientales y relacionales. Diferentes autores describen y definen características del temperamento. Voy a considerar, con algunos mínimos retoques personales —porque me hace mayor sentido—, la lista de características temperamentales de Stella Chess y Alexander Thomas citada por Andrea Cardemil (2017) en su libro Apego Seguro:

      Nivel de actividad. Qué tan inquieto y activo versus quieto y pasivo es un niño. En un extremo, tenemos a un bebé que patea y se mueve vigorosamente y un niño que salta, se sube a los sillones y parece no poder estar quieto. En el otro extremo, un bebé que puede ser descrito como una “foto” o un niño que puede pasar horas en la misma posición, lugar o actividad.

      Regularidad de sus ritmos biológicos. Qué tan regulares son sus hábitos de sueño, alimentación y evacuación. En un extremo, tenemos a un bebé difícil de organizar sus horarios o predecir sus necesidades y en el otro, un bebé que es constante, que revela patrones estables en el horario que siente sueño, el tiempo que demora en sentir hambre y sus momentos habituales para defecar. O bien, podría ser un niño que a veces se despierta con hambre y otras no, lo mismo que a veces quiere comer cuando llega del jardín y otras no; a veces tiene sueño temprano y otras tarde y va al baño en cualquier momento. En el otro, un bebé o niño tan estable que se le puede conocer y predecir fácilmente.

      Enfrentamiento a situaciones nuevas. Cuánto se tiende a aproximar versus alejar de situaciones y estímulos nuevos. En un extremo, podemos ver a un bebé que parece tenso ante personas y situaciones vividas por primera vez y un niño que ante algo nuevo, como por ejemplo, mostrarle un animalito que no conoce, se aleja o se esconde. En el otro extremo, un bebé que no parece asustarse con personas o situaciones nuevas y que frente al animalito se acercaría o lo querría tomar.

      Adaptabilidad al cambio. Qué tan rápido se adapta a situaciones nuevas o de cambio versus una necesidad de tiempo mayor para la transición. En un extremo, un bebé o niño que se mostraría afectado de manera sostenida o más duradera por un cambio en la rutina o persona que lo cuida. En otro extremo, un bebé o niño que parecería igual, sin ser afectado, ante un cambio importante en su rutina o cuidadores. Para los niños que tienen dificultad de adaptabilidad, puede ser hasta difícil transitar desde una actividad a otra; por ejemplo, desde dormir a despertarse, desde jugar al tiempo de acostarse.

      Sensibilidad a la estimulación. Qué tan sensible es ante los estímulos, lo que está relacionado a sus umbrales de respuesta. En un extremo, los bebés o niños con umbrales bajos, que son muy sensibles y, por tanto, se afectan al tono de voz, al trato, a los ambientes, a los estímulos amenazantes, etc. En el otro extremo, un bebé o niño que parece tener “cuero de chancho” como dice la gente, sin verse afectado por nada.

      Intensidad de la respuesta. Qué tan intensa llega a ser la respuesta emocional una vez que percibe el estímulo. En un extremo, tenemos a un bebé que respondería de manera intensa al agua más caliente, un ruido más fuerte, al sueño, hambre o cansancio, o un niño que respondería intensamente ante la menor provocación. En el otro extremo, un bebé o niño que se ve tranquilo y apenas se puede captar que algo le molesta, aunque realmente le afecte.

      Estado de ánimo predominante. Qué tan feliz y contento versus serio y analítico tiende a encontrarse. En un extremo, un bebé o niño que se ve serio, que parece mal humorado o pensativo y, por otro, un bebé o niño que sería descrito como “livianito de sangre”, se ve afable y de buen humor.

      Persistencia. Qué tanto persiste en una actividad, idea o estado emocional versus si resulta fácil redirigir su atención a otra actividad, idea o emoción. En un extremo, vemos a un bebé que buscará el objeto que se le esconde o que no se distrae con facilidad porque elige seguir en aquello en lo que estaba o un niño que no se da por vencido cuando sobreviene un obstáculo, insiste en una idea, una actividad o un plan. En el otro extremo, un bebé que se olvida fácilmente del objeto o el acceso que se le niega, o un niño que se enfoca en una cosa nueva y abandona el obstáculo o la discusión.

      Perceptibilidad. Qué tan atento y perceptivo es ante los estímulos y detalles del entorno. En un extremo, tenemos a un bebé que parece atento a todos los estímulos, sigue todo con la mirada y se puede cambiar fácilmente su foco de atención, o un niño que atiende a todo, incluso al vuelo de la mosca y, por eso, se ve distraído y le cuesta terminar los procesos. En otro extremo, se ve un bebé concentrado y enfocado, difícil de distraer o un niño que se concentra en una actividad por tiempo sostenido porque nada del entorno lo distrae ya que no lo percibe.

      Aunque son representaciones extremas y de caricatura,