A su vez, Alicia Perales escribió al respecto:
[…] La industria de la información durante la Segunda Guerra Mundial se enfrentó a tres etapas importantes de su elaboración: la compilación, la exhaustividad y la síntesis, en un ambiente de innovación científica y tecnológica, de creciente volumen informativo y de rapidez en la búsqueda y recuperación de información para satisfacer necesidades de gestión e investigación. Los métodos tradicionales bibliográficos quedaron atrás ante la preferencia de nuevas técnicas […] (Perales 1981, 15-16).
Los métodos de investigación desarrollados durante el conflicto y sus grandes resultados detonaron en gran parte del mundo la investigación por sistema en numerosas universidades y centros al efecto, y la especializaron cada vez mayor. La consecuencia inmediata de ello fue una demanda rápida y creciente de información científica especializada. Tan pronto como 1950 y previo a la primera computadora comercial, se le atribuye a Calvin Mooers la invención del término “recuperación de información” (“information retrieval”) ya con su acepción moderna: “[…] la recuperación de información es el nombre del proceso o método mediante el cual un posible usuario de información es capaz de convertir su necesidad de información en una lista real de referencias a documentos almacenados que contienen información útil para él” (Mooers 1950, 1F).
Perales agrega en otra de sus obras
De este estado de cosas, surgió la necesidad de crear un oportuno y eficiente servicio de información para la comunidad de sabios. Así surgieron miles de centros de documentación, institutos, etcétera, de información científica. Estos constituyen —en países avanzados— verdaderas redes de información para ayudar a la investigación de grupo y a equipos de varios países. En los últimos veinte o treinta años, estas actividades se han desenvuelto en tal forma que han constituido una disciplina autónoma que utilizó medios manuales en un principio, y a la que se conoció con el nombre de documentación científica. Pero a medida que las exigencias de rapidez y precisión se acentuaron, se emplearon nuevos procedimientos, los electrónicos, que dieron lugar a otra especialidad: la informática (Perales 1975,18).
Cabe hacer notar en este punto que a principios de la segunda mitad del siglo XX, el concepto de informática en español difería sensiblemente del actual. Hoy en día, informática es prácticamente un sinónimo de computación. Esto puede constatarse si revisamos algunos diccionarios contemporáneos. Por ejemplo:
El Diccionario de la Real Academia define Informática como el “conjunto de conocimientos científicos y técnicas que hacen posible el tratamiento automático de la información por medio de computadoras”.
El Diccionario en línea de la Web de los Programadores define Informática como la “ciencia que estudia el tratamiento automático y racional de la información a través de los ordenadores. Este término se refiere a lo mismo que computación, solo que informática tiene origen francés y computación origen inglés”.
El Diccionario en línea Alegsa define Informática como la “ciencia que estudia el tratamiento automático de la información en computadoras, dispositivos electrónicos y sistemas informáticos”.
The Free Dictionary on line en español define Informática como el “conjunto de conocimientos científicos y técnicas que hacen posible el tratamiento automático de la información mediante dispositivos electrónicos o el uso de ordenadores”.
El Diccionario Enciclopédico Vox 1 de Larousse define Informática como la “ciencia teórica y aplicada que estudia principalmente el tratamiento automático de la información”.
Como puede observarse, la resultante general de los diccionarios actuales es que informática es simplemente el tratamiento de la información con computadoras. Esto es sumamente general y difiere del concepto primigenio del término.
Alicia Perales estableció la conceptualización original:
[…] es importante destacar que hacia 1958, los procedimientos empleados para fines de información científica fueron adquiriendo en Europa occidental ciertas características de unificación. A esta identificación de los problemas de la información con los sistemas electrónicos se le denominó informática […] consiste en la ciencia a cargo del estudio de los métodos y medios para coleccionar, procesar, almacenar, recuperar y diseminar información científica (Perales 1970, 15-18).
De acuerdo con esto, originalmente la informática era expresamente la ciencia de la documentación científica auxiliada con sistemas computacionales y no la computación en general. La autora sustenta detalladamente la evolución desde la bibliografía, pasando por la documentación para llegar a la informática, y establece claramente la diferencia entre los tres términos.
Javier Lasso de la Vega también hizo definiciones de informática desde su sentido original en la última edición de su Manual de Documentación de 1969:
[…]trabajo realizado y publicado […] en 1947 […] agotada a su vez la segunda edición, emprendimos la tarea de superarla, extendiendo ampliamente su contenido, por una parte a los trabajos técnicos… y por otra, a la exposición de las técnicas modernas de documentación o informática, con sus numerosos procedimientos manuales, mecánicos, eléctricos, fotoeléctricos y electrónicos […] para la práctica de la investigación científica o técnica, es indispensable también dominar las técnicas de la documentación o conjunto de normas y procedimientos que integran la llamada informática […] la moderna informática brinda procedimientos que se renuevan cada día, que saltan desde los manuales a las técnicas de automatización merced a los cuales los datos, informes y documentos que se precisan pueden obtenerse en tiempos que se cuentan en nanosegundos, o sea en millonésimas de segundo [sic] […]14 pedir y obtener la información por télex y por medio de satélites de uno a otro continente (Lasso de la Vega 1969, XV-XVIII).
Abner Vicentini, destacado académico brasileño, también estableció una idea muy parecida en esa época en su capítulo de 1971 “De la Biblioteconomía a la Informática”. Él definió ahí: “Informática: ciencia que estudia el aspecto teórico y práctico de las actividades concernientes a la colección, el proceso, el almacenamiento, la recuperación y la diseminación de la información / documentación a través de la mecanización y automatización” (Vicentini 1971,192). Él también menciona que el término fue introducido por primera vez con esa acepción en 1966 por Alexander Mikhailov, entonces vicepresidente de la Federación Internacional de Documentación (FID), en su artículo “Informática, nuevo nombre para la teoría de la información científica” (Mikhailov 1966, 35-39 y Vicentini 1971,187). A su vez, Perales (1970,16) establece que en ese documento Mikhailov definió:
[…] informática es una disciplina científica que estudia las estructuras y las propiedades —no el contenido específico— de la información científica: teoría, técnica y organización. La informática se dirige a los métodos óptimos de desarrollo y presentación de la colección, al proceso analítico-sintético, almacenamiento, recuperación y diseminación de la información científica.
El Índice Anual del “Library Science Abstracts” registró por primera vez la entrada “Informática” en su volumen 18 de 1967, que remitía al resumen 67/758 de los artículos que Mikhailov, Chernyi y Gilyarevskii habían publicado en la revista rusa de estudios técnicos de la información (Vicentini 1971, 187). Este autor agrega que en la XXXIII Conferencia de la FID de 1967, Mikhailov presentó un trabajo denominado “Informática, una nueva disciplina científica”, donde proponía la adopción del neologismo (Mikhailov 1967). Foskett (1970, 340-369) también trata la evolución del término a principios de los