Argentina y sus clases medias. Sergio Visacovsky. Читать онлайн. Newlib. NEWLIB.NET

Автор: Sergio Visacovsky
Издательство: Bookwire
Серия:
Жанр произведения: Зарубежная деловая литература
Год издания: 0
isbn: 9789876919531
Скачать книгу
de la historia nacional, la corrupción constituye el recurso interpretativo central, en particular para dar sentido a una versión fatalista de la historia (la crisis rutinaria). Muir sostiene que cualquier clase media puede ser vista como una configuración temporal y sociomoral; en el caso de la idea de la “clase media global”, esta moralidad está marcada por el optimismo respecto del progreso. Sin embargo, el caso argentino revela algo muy distinto, en la medida en que es el pesimismo lo que prevalece respecto del futuro frente al cual opone su pureza moral.

      La problemática de la crisis recurrente vuelve en el capítulo 7 de Sonia Prelat, “El pasaje por la crisis: diferencias generacionales, valor y trabajo en la Argentina”. Prelat no hace de la clase media un objeto especial de indagación; ella prefiere referirse a pequeños propietarios, emprendedores o comerciantes de la ciudad entrerriana de Concordia, que es al momento de escribir esta introducción la ciudad más pobre del país. No obstante, no es la pobreza el eje de su análisis, sino cómo las crisis recurrentes que han caracterizado a la Argentina condicionan el trabajo de emprendedores y comerciantes de la ciudad. Prelat sugiere que no solo se deben tener en cuenta las restricciones resultantes de las situaciones de crisis, sino también las experiencias, los recuerdos, en la medida en que pueden servir de orientadores, precisamente, cuando el futuro resulta incierto. Señala que las crisis dan lugar a una memoria colectiva; ella encontró que las narrativas en las cuales se manifestaba la memoria diferían en función de las generaciones. Aquellas personas de más edad, que habían sobrellevado la crisis de inicios del siglo XXI, veían su práctica como una lucha personalizada para enfrentar adversarios como la inflación y la recesión. Prelat diferencia esta versión –a la que define como “no moral”– de la de los más jóvenes, influidos por los discursos de autoayuda tendientes a la autorrealización, que conferían al esfuerzo, al trabajo duro y a la disciplina una índole moral. Esta generación, que no había experimentado de manera directa la crisis de inicios de siglo, veía las interpretaciones de sus padres como algo arcaico. En su lugar, ponderaban la individualidad y la responsabilidad personal (como veremos enseguida, estos resultados de las indagaciones etnográficas de Prelat parecen entrar en conflicto con las de Vargas y Viotti, ya que, a diferencia de estos últimos, aquí la autorrealización conviviría con el esfuerzo y el trabajo duro entre los más jóvenes). En conclusión, la autora muestra cómo las memorias colectivas de crisis se estructuran diferencialmente en función de las experiencias generacionales, dando lugar a formas distintas de orientación práctica.

      En el capítulo 8, “¿Orientaciones políticas de la «clase media», o la «clase media» y sus orientaciones políticas?”, Fernando Toyos estudia la relación entre la autopercepción de clase media y las orientaciones ideológico-políticas, haciendo foco especialmente en las formas de concebir la corrupción. En lugar de una etnografía de las prácticas cotidianas (como había sido el caso de Muir), Toyos basa su examen en la información derivada de grupos focales de residentes en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires entre 2017 y 2018, es decir, durante el gobierno de Cambiemos presidido por Mauricio Macri, a menudo señalado como “un gobierno de clase media”. Toyos también utilizó información proveniente de la encuesta Latinobarómetro, para América Latina y Argentina, entre 2011 y 2017, y de la Encuesta Nacional de Estructura Social (ENES-PISAC) realizada en 2017. Una de las conclusiones importantes del estudio es que prevalecen las personas que imaginan su ideología como “de centro” y, simultáneamente, se autoperciben como miembros de la “clase media”. Al mismo tiempo, entre quienes manifestaron su apoyo al gobierno de Macri también prevalecía un fuerte discurso sobre la corrupción como un mal. Si bien el estudio tiende a mostrar una conexión entre la autopercepción de clase media, la orientación “de centro”, el discurso contra la corrupción y la adhesión al macrismo, Toyos no concluye que de ello se desprenda necesariamente una idea homogénea de la identidad de clase media. Justamente, la información de los grupos focales abona la tesis de la heterogeneidad ideológico-política.

      Finalmente, en el capítulo 9, “Entre el esfuerzo y el confort: autonomía y cambio cultural”, Patricia Vargas y Nicolás Viotti prolongan las inquietudes de Prelat respecto de las diferencias en las perspectivas generacionales y algunos elementos ya presentes en el estudio de Hang. Vargas y Viotti se plantean la necesidad de reparar en las transformaciones que se han producido en el mundo de los valores de las clases medias. Más específicamente, señalan que a los valores tradicionales del esfuerzo y el sacrificio que han sido propios de estas clases, es indispensable ahora tener en cuenta una serie de prácticas más vinculadas a valores como la autonomía, lo emotivo y el desarrollo personal, donde lo que se priorizaría sería el confort. Vargas y Viotti definen esto como una corriente cultural que tiene la cualidad de organizar la experiencia de ciertos conjuntos sociales identificados con la clase media. La médula del texto reside en exponer un caso de lo que llaman “modo de vida alternativo”, a través de la historia de vida de una empresaria de cuarenta años, Anabela. Con esta historia de vida pretenden exponer el lugar que tienen estos nuevos valores, poniendo de manifiesto que Anabela no separa o establece diferencias entre su realización personal, laboral o económica; al contrario, sus interpretaciones incluyen preguntas y respuestas en torno al significado del éxito, el trabajo o la vida. Es más, este proceso de transformación puede corroborarse poniendo atención en la importante circulación a través de los medios de comunicación de cuestiones tales como el consumo de alimentos orgánicos, actividades laborales no convencionales, el neorruralismo, las terapias alternativas, las prácticas de la Nueva Era, etc. En definitiva, Vargas y Viotti están convencidos de que esta transformación en el mundo de valores está aconteciendo, en una escala que futuros estudios deberán precisar y que, por consiguiente, demandará un replanteo de los análisis, posiblemente, como también lo señalaba Prelat, estimando la relevancia de las experiencias generacionales divergentes.

      Obviamente, los temas tratados aquí no son una muestra representativa de los estudios sobre clases medias en nuestro país, ni sobre los que se llevan a cabo sobre otras partes del mundo, ni mucho menos agotan los temas que todavía no se han desarrollado. En buena medida, la bibliografía que ha servido para redactar esta introducción, así como aquella con la que entran en diálogo los autores de los capítulos, puede ayudar a los lectores a elaborar una cierta aproximación al horizonte de posibilidades temáticas que los estudios sobre clases medias comprenden. Como hemos insinuado, aun nuestro país está en los albores en cuanto a la constitución de un campo de investigación, siendo mucho lo que hay por hacer. Poco sabemos todavía acerca del papel que juegan los usos idiomáticos, los modismos, las jergas en la fabricación de fronteras sociales y simbólicas. Nos falta mucho por conocer respecto de la manera en que se construyen las imágenes corporales en relación con determinados tipos de persona social (algo iniciado por Alejandro Damián Rodríguez), las variables articulaciones entre clase, etnicidad y género (algunos aportes al respecto pueden encontrarse en los capítulos aquí publicados de Pérez y Kauko) o las actividades de consumo cotidiano (como los estudiados por Daniel Miller, 1999). Sin embargo, a través de los capítulos pretendemos estimular la investigación de estos y otros campos, que ayuden a entender mejor a este país que, como podemos ver a diario, oscila entre insistir con su imagen estereotípica de “clase media” y, al mismo tiempo, rechazarla sin contemplaciones, denunciando en su lugar la realidad de un país profundamente pobre y desigual.

      1. En Gabriela Benza et al. (2016) puede hallarse un interesante y exaustivo análisis de los estudios desarrollados entre 2003 y 2014 sobre las clases sociales en general, con un apartado especial dedicado a las clases medias.

      2. Ejemplos de esta perspectiva pueden ser, entre otros, Ruth Sautu (2001), Ana Wortman (2003) y Sebastián Carassai (2013). También la compilación de Rolando Franco, Martín Hopenhayn y Arturo León (2010) sobre América Latina. Este enfoque es semejante al que suele exponerse en los medios de comunicación, en el discurso público, en la boca de políticos, consultores, analistas de opinión e incluso expertos como economistas o politólogos.

      3. Llamativamente, estas afirmaciones emergían en el mismo momento en que se estaba produciendo una inusitada incorporación de jóvenes procedentes