Curso de apnea (Bicolor). Umberto Pelizzari. Читать онлайн. Newlib. NEWLIB.NET

Автор: Umberto Pelizzari
Издательство: Bookwire
Серия: Submarinismo
Жанр произведения: Сделай Сам
Год издания: 0
isbn: 9788499108759
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Mayol hubiese establecido los –61 m. En Cuba, Pipín asombra de forma oficial en la especialidad de peso variable el 3 de noviembre de 1989, agujereando el mar hasta la cota de –112 m. Ahora, él es el hombre más «profundo» del mundo.

      Las modificaciones del peso variable

      Una aclaración: en ese año 1989 la Federazione Italiana, una de las pocas que continuaron reconociendo los récords de apnea profunda no obstante el veto de la CMAS, publica un nuevo reglamento que deja la modalidad de peso constante sin cambios, mientras modifica algunas normas concernientes a la especialidad del peso variable reglamentado. La nueva reglamentación permite disponer para el descenso de un lastre equivalente a un tercio del propio peso corporal; el lastre se abandona en el fondo y el atleta sube por sus propios medios, y se prohíbe el uso de cualquier auxilio como globos o trajes inflables. Quedan establecidas oficialmente por la Federazione las especialidades de descenso con peso constante, descenso con peso variable reglamentado y descenso con peso variable absoluto o no limits (el viejo peso variable de Mayol y Maiorca, en el cual se alcanzaba la máxima profundidad con un lastre sin límite de peso y se regresaba a la superficie con la ayuda de un globo hinchable), esta última especialidad sin homologar pero oficiosamente controlada por la presencia de comisarios de la CMAS.

      Se retoma, decíamos, la competición partiendo de los –62 m de Messegué en peso constante, de los –87 m de Maiorca en peso variable y de los –112 m de Pipín en peso variable no limits. Pocos meses después de haber establecido los –112 m, en septiembre de 1990, tras su traslado a Sicilia, a la corte de Enzo Maiorca, Pipín lleva el récord en peso constante de –62 m a –63 m y el de peso variable, de –87 m a –92 m.

      El primer record de Pelizzari

      Y en ese momento entra en escena Umberto Pelizzari, para sorpresa de Pipín. El 10 de noviembre de 1990, en las aguas de Porto Azzurro, establece su primer récord mundial en la especialidad de peso constante, arrebatándoselo a Ferreras y llevándolo a –65 m. Desde ese día se inicia el gran desafío entre los dos, equiparado tantas veces con el que existió entre Mayol y Maiorca en los años precedentes. Pipín, en julio de 1991, fracasa primero en la tentativa en peso constante, y mejora a continuación en el peso variable no limits, bajando el día 6 a –115 m. En octubre del mismo año, en Porto Azzurro, Pelizzari responde estableciendo en un solo mes –el día 2, el 22 y el 26– los récords mundiales en las tres especialidades: –67 m en peso constante, –95 m en peso variable, –118 m en peso variable no limits.

      Un nuevo desafío

      En mayo de 1992, en Varadero, en su isla natal, Pipín arrebata a Pelizzari el récord más importante, el peso constante, situándolo en –68 m. Pero sólo por pocos meses, porque el 17 de septiembre «Pelo» baja dos metros más: –70 m en Ústica, con motivo de las «Olimpiadas Azules». En el transcurso de la celebración «olímpica», Pipín intenta los –101 m en variable, pero sale en síncope; después, se rehace con –120 m en el no limits, el 20 de septiembre de ese año. Pipín no desiste en el peso variable y el 30 de julio de 1993 en Siracusa olvida el intento de los –101 m y supera a Pelizzari en un metro: –96 m. En respuesta, Pelizzari el 11 de octubre, en las aguas de Montecristo, tras sucesivos aplazamientos debidos al mal estado de la mar, vuelve a ser el «submarinista de las máximas profundidades» tocando la cota de –123 m en peso variable no limits. Dura poco. Un mes después, el 12 de noviembre, en Freeport, en las Bahamas, Pipín baja a –125 m. Pasará por esta cota otras tres veces: en julio de 1994 en Sicilia con –126 m, en noviembre en Florida con –127 m y el 30 de julio de 1995, en Siracusa, con –128 m.

      Nace la AIDA

      A finales de 1993 nace en Francia, por iniciativa de un grupo de submarinistas, técnicos, médicos y apneístas, la AIDA (Association Internationale pour le Développment de l’Apnée). Entre sus objetivos, el reglamentar y uniformar las tentativas de récord mundial en apnea. La AIDA constituye hoy la mayor referencia internacional de la disciplina. Desde 1994 sus comisarios están presentes en todas las pruebas internacionales que esta asociación ampara.

      El 26 de julio de ese año, en Cerdeña, en Cala Gonone, Pelizzari consigue en peso variable lo que dos años antes había quedado en un intento de Pipín: supera en cinco metros al cubano y se hace con el récord de los –101 m. Mejorará esta marca el 22 de julio de 1995 bajando a –105 m. Seis días antes, el 16, había conseguido en Villasimius, un pueblecito a 50 km de Cagliari, el nuevo récord en peso constante: –72 m.

      A final de septiembre de 1995, Eric Charrier, un corso de 33 años, intenta alcanzar los –73 m. Tendrá problemas a su llegada a la superficie, por lo que será necesaria la intervención de los asistentes, cosa absolutamente prohibida por el reglamento. Las palabras del notario son claras: «En el momento en el que entra en contacto con el aire, Eric Charrier es víctima del malestar. Enseguida es llevado a bordo de una embarcación de apoyo, donde le es suministrado oxígeno. Recupera el conocimiento después de cerca de un minuto».

      La CMAS reconoce los records en peso constante

      El 15 de diciembre de 1995 la CMAS, bajo la presidencia de Achille Ferrero, con una decisión que deja a todos sorprendidos, revisa la posición de la Confederación del 5 de diciembre de 1970 y vuelve a reconocer y homologar los récords en apnea profunda, limitándose a la especialidad de descenso en peso constante. Es una elección técnica importante, que valora la más trabajosa y auténtica de las tres especialidades deportivas. El reglamento para el peso constante no sufre variaciones y la especialidad, a partir de 1996, vuelve a ser reconocida oficialmente por más de 100 países asociados a la CMAS.

      En la temporada de 1996 aparecen dos nuevos protagonistas: el italiano Gianluca Genoni, amigo fraterno de Pelizzari y durante años su asistente en superficie, que establece el 17 de agosto el récord mundial en peso variable bajando a –106 m, y Michel Oliva, el mejor atleta francés en peso constante, que en el mes de octubre iguala el récord de Pelizzari al tocar la cota –72 m.

      Las nuevas levas de la apnea de competición

      Pelizzari se concentra en las dos especialidades con lastre variable y en una semana, el 9 y el 16 de septiembre de 1996, reconquista el récord en peso variable reglamentado con –110 m y el no limits con –131 m. En 1997, Genoni lleva a –120 m el nuevo récord en peso variable reglamentado. En octubre del mismo año, Pelizzari consigue en Porto Venere otro récord en peso constante bajando a –75 m, primicia que le será arrebatada al año siguiente por el cubano Alejandro Ravelo, que emergerá a –76 m. El 98 es el año de Genoni: vuelve a batir el récord en peso variable, dejándolo en –121 m, y en la especialidad no limits alcanza los –135 m. El 6 de junio de 1999 un nuevo nombre francés, Loïc Leferme, arranca el récord no limits a Genoni llevándolo a –137 m. Genoni no se rinde, y al final del verano reconquista el primado con –138 m y pone el variable en –122 m.

      Pelizzari, que había permanecido dos años fuera de la competición, entra otra vez en escena el 18 de octubre de 1999 para, a pesar de las adversas condiciones meteorológicas, reconquistar el primado en peso constante alcanzando la profundidad de –80 m. En la misma semana, Pelizzari se convierte en el primer hombre que supera la inimaginable cota de los –150 m en el no limits. Umberto es otra vez el hombre más «profundo» del mundo; debido a las pésimas condiciones atmosféricas, en esa ocasión deja sin batir el límite de la tercera especialidad, el descenso en peso variable, que conquistará dos años más tarde, en la Isla de Capri, al bajar los –131 m, victoria que proclama su retiro oficial de la competición, anunciado por el mismo campeón a su salida del agua.

      De la última generación, y actualmente en competición, hay que señalar al austriaco Herbert Nitch, al griego Manolis Giankos y al venezolano Carlos Coste, entre los más destacados. En el equipo italiano, encontramos jóvenes promesas y actuales campeones, como Davide Carrera, Alessandro Rignani Lolli y Marco Circosta.

      En esta larga secuencia de datos se resumen 50 años de historia, metros conquistados fatigosamente centímetro a centímetro y majestuosos vuelos hacia