Cuando se habla de narraciones transmedia, se suelen utilizar los conceptos de “nave nodriza” y “puntos de entrada”. La nave nodriza designa el discurso principal, en la mayoría de los casos original, que sostiene el resto de ramificaciones transmedia. En el caso de Star Wars son las películas cinematográficas y en El Ministerio del Tiempo la serie televisiva. En Harry Potter, podemos encontrar dos naves nodrizas, las películas y los libros, o incluso pensar en una única compuesta por el imaginario global de estos dos discursos canónicos. Por “puntos de entrada” se entiende cualquier discurso e historia que funciona como puerta al universo diegético. De esta forma, un espectador puede sumergirse en el universo Star Wars a través del videojuego, los cómics o incluso los muñecos articulados. A partir de ahí, explora y profundiza en el universo hasta llegar (si quiere) a la nave nodriza. Para Jenkins (2014), debe existir una coordinación entre los diferentes discursos de una narración transmedia. De un lado, cada discurso debe intentar ser autosuficiente en sí mismo: un espectador debe entender la historia al completo de lo que está consumiendo sin necesidad de contar con información adicional de ese universo. De otro, esa misma historia debe servir como una experiencia aumentada para espectadores familiarizados con el universo.
Esto puede observarse muy bien en el caso de Disney que, a través de Marvel Studios, está siguiendo una estrategia transmedia desarrollando todo un universo de superhéroes a través de diferentes medios, todos ellos conectados y unificados con una dirección creativa común. En primer lugar, cuenta con la saga de películas cinematográficas. Cada una de estas películas se centra, a su vez, en la historia de un personaje diferente: Thor, Capitán América, Iron Man, etc. Y existen películas que funcionan como crossover (Los Vengadores, 2012; Los Vengadores: la era de Ultrón, 2015; Los Vengadores: Infinity War, 2018; Los Vengadores: Endgame, 2019), cruzando a los personajes e historias de otros discursos, para establecer que todos cohabitan el mismo universo. En segundo lugar, las historias que se desarrollan en estas películas afectan a su vez (aunque en menor medida y no a todas) a las series que se están desarrollando o se han desarrollado en ABC (Agentes de SHIELD, 2013- ; Agente Carter, 2015-2016 ; e Inhumans, 2017), Netflix (Daredevil, 2015-2018 ; Jessica Jones, 2015-2019; Iron Fist, 2017-2018; Luke Cage, 2016-2018; The Punisher, 2017-2019; y The Defenders, 2017) o Hulu (Runaways, 2017-2019), además de tie-in comics creados para conocer más del universo. Todo esto se ha bautizado como “Marvel Cinematic Universe” (MCU) o Universo Cinematográfico de Marvel.
En este universo o diégesis compartida, los eventos, historias y personajes de cada uno de los discursos pueden afectar, en mayor o menor medida, a los otros discursos. Así, por ejemplo, la batalla de Nueva York en la película Los Vengadores, es el punto de inicio de la serie de televisión Agentes de SHIELD y, además, el desastre se menciona también en la serie de Daredevil. Este interés por conectar las historias en un único universo ha llevado a Disney a adquirir los derechos de Spiderman a Sony Pictures para poder incluirlo finalmente en su franquicia, que comenzó con la película Spider-Man: Homecoming (2017). Con todo esto, el MCU es un universo cada vez mayor de historias interconectadas entre sí. Como indica Jenkins (2013): “Muy a menudo, las historias transmediáticas están basadas no en personajes individuales o tramas determinadas, sino en mundos ficticios complejos que pueden sostener múltiples personajes interrelacionados entre sí, así como sus historias”.
El documental tampoco ha evitado estas narrativas transmedia, así existen claros y conocidos ejemplos de webdocs que combinan varios medios. Varios ejemplos de esto pueden encontrarse en el Lab de RTVE. Las Sinsombrero (2015) se articula como un relato transmedia que reivindica el legado artístico y cultural de las mujeres de la Generación del 27. La experiencia lo forman, entre otros medios, un webdoc, un libro, una página de Wikipedia, una web que funciona como proyecto educativo con material para enseñar en las aulas, una aplicación interactiva y diferentes perfiles en redes sociales. En Guerra a la Mentira (2017) y, a través de una interfaz conversacional, se van compartiendo y enseñando diferentes fuentes de información al espectador (Facebook, Youtube, etc…) a modo de fact checking de noticias. Synthetizados (2019) combina el documental con listas Spotify. De una forma similar, Lo que hicimos fue secreto (2016), traza los orígenes del punk en España a través de entrevistas y contenido adicional como fanzines, entradas de conciertos, mapas, playlists y recortes de prensa de la época. National Geographic también destaca con dos casos importantes de documental transmedia con La tumba perdida de Herodes y Future of Food, que, además, diluyen más la barrera del propio formato, aproximándose al concepto de periodismo transmedia.
En España, Si fueras tú (2017), serie lanzada por la plataforma digital de RTVE.es, Playz, extendía la historia del episodio semanal a Facebook. Mediante un Facebook Live, la protagonista de la historia, Alba, rompía la cuarta pared para dirigirse a los espectadores y dialogar con ellos, interaccionando con sus comentarios en vivo mediante chat, y solicitándoles la ayuda para seguir adelante en la serie. Alba también contaba con un perfil en Instagram y se podía contactar con ella vía Whatsapp. En algunas ocasiones, incluso, algunos vídeos o mensajes enviados por los espectadores se incluían en publicaciones en Instagram del personaje.
Lo curioso de estos casos, además de las experiencias vinculadas a los ARG como las de Perdidos, es que se produce una ruptura entre el contenido ficcional (donde habitan los personajes) y el mundo real (donde estamos los espectadores). Estas dinámicas de inmersión en la historia son muy interesantes porque en ellas se desmaterializa el concepto de diégesis. Con el estreno de la segunda temporada de Stranger Things (2016- ) en Netflix, en determinadas ciudades de los EE. UU. pudieron encontrarse vallas publicitarias anunciando “Hawkins Power and Light”, la empresa eléctrica que aparece en la serie. La ruptura de ficción-realidad iba un paso más lejos permitiendo a los espectadores más comprometidos llamar al número de teléfono indicado en el anuncio. Como respuesta, un contestador de teléfono con varias opciones presentaba al nuevo personaje de la temporada, Sam Owens, nuevo director de operaciones de la central, además de otras pistas sobre la organización. En definitiva, el universo ficcional se rompe y se confunde con la realidad, creando historias más reales y participativas. Y, para esto, como veremos a continuación, es muy relevante la figura del espectador fan.
Por último, como puede observarse con los casos expuestos, las narraciones transmedia pueden presentarse de diferentes formas pero en todas ellas se construye una historia a través de la coordinación de varios medios de comunicación diferentes. Hoy, existe ya una normalización del proceso transmedia: muchos productos ficcionales se conciben desde el comienzo con mayores o menores expansiones transmedia. Poco a poco, quizás deja de tener sentido seguir hablando de transmedia porque la mayoría de narraciones serán de este modo. Como explica Scolari (2017) refiriéndose al uso del término en el ámbito profesional: “la desaparición del concepto de ‘transmedia’ en el mundo profesional solo significará una cosa: que la mayor parte de los proyectos de comunicación serán transmedia y no será necesario remarcar esa característica, de la misma manera que muchos proyectos son “multimedia” y nadie se preocupa por adjetivarlos”.
1.5. Las audiencias activas o fans
Cuando se habla de fan se presupone audiencias comprometidas, que disfrutan de una forma especial el contenido, muy implicadas emocionalmente con la experiencia que están consumiendo y altamente participativas y activas. Los fans de Harry Potter son un buen ejemplo. La narración creada inicialmente por Rowling en su saga de libros no solo se ha visto expandida en una franquicia cinematográfica sino que, además se ha enriquecido y ampliado con la producción de los fans del pequeño mago. El sitio FanFiction.net recoge más de 590K fanfics o narraciones literarias creadas por fans y basadas en el universo Harry Potter. Algunos de estos relatos (re)construyen la historia apropiándose del universo diegético para construir narrativas alternativas en las que los personajes viven aventuras diferentes o tienen relaciones sentimentales diferentes a las originales. Otros, más fieles a la historia original, aprovechan espacios negativos en la narración, es decir, partes no contadas ni exploradas en la historia principal (Long, 2017). Así, encontramos las aventuras del primero de los hijos entre Harry y Ginny, James Sirius Potter. Estas historias (que