Las "serventias" en Galicia. José Luís Ramos Blanco. Читать онлайн. Newlib. NEWLIB.NET

Автор: José Luís Ramos Blanco
Издательство: Bookwire
Серия: Colección ciencia y pensamiento jurídico.
Жанр произведения: Сделай Сам
Год издания: 0
isbn: 9788412324501
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la aldea97.

      Los sistemas de rotación de los cultivos y de la apertura y cierre de las fincas eran más complejos en el dominio de los terrenos de organización doble de “agras” y de “bancales” y “socalcos”. El carácter doble de la organización de los terrenos imponía un funcionamiento simultáneo del sistema agrario a dos niveles: el del bancal o “socalco” y el del “agra”.

      Por una parte, en el marco del bancal o “socalco” se regulaban, fundamentalmente, los problemas de circulación y de paso. Cada “socalco” disponía de una entrada particular que daba acceso a todas las fincas. Cuando los cercados no eran muy elevados, podían establecerse –temporal o permanentemente, según los casos– rampas o escaleras susceptibles de ser utilizadas por las vacas emparejadas para permitir el paso de un bancal a otro. Más rígido, pero también mejor definido y más simple que en las grandes “agras” sin bancales y con caminos internos abiertos, dicho sistema permitía evitar desacuerdos y confusiones.

      Por otra, en el espacio más elevado del “agra” se tomaban las decisiones de rotación obligatoria de los cultivos y de cerramiento de las entradas.

      Cuando las sucesiones de los cultivos englobaban producciones variadas, tales como cereal de invierno, maíz y patatas, las reglas de rotación obligatoria seguían vigentes. Al poder cerrarse separadamente la entrada de cada bancal para proteger el cultivo practicado, bastaba con la exigencia, para cada uno de ellos, de que el último en sembrar cortara el paso cerrando la entrada con piedras o sujetando en ella la cancela. En ocasiones, como medida de precaución suplementaria, y para eliminar los riesgos de largos atrasos en el cierre de algunas entradas, se imponían estrictas fechas límite.

      Si el maíz se sucedía a sí mismo, sin interrupción, la rotación obligatoria de los cultivos desaparecía, pero, paradójicamente, se mantenía la obligación de cerramiento de las entradas del “agra”. En la mayoría de los casos, y por causa de la repetición ininterrumpida del mismo cultivo, el cierre se hacía bancal por bancal una vez realizadas las siembras de todos los usuarios. En ocasiones, por prudencia, se fijaba una fecha de comienzo de la prohibición.

      En la zona sudoriental, las reglas de rotación obligatoria del cultivo y del cerramiento de las “agras” fueron abandonadas progresivamente, incluida la propia organización del terrazgo en “agras”.

      En la depresión de Taboadela-Paderne de Allariz, las “agras” estaban cercadas por sólidos muros hechos de trozos o grandes bloques de granito y acompañados, en ocasiones, de vegetales. Las reglas de rotación obligatoria y el cerramiento de las entradas fueron rigurosamente respetadas, al menos, hasta 1967-1970.

      En la depresión de Maceda se conservó la organización de las “agras”, a pesar del importante retroceso del sistema tradicional. Algunas se dejaban a barbecho un año entero después de la cosecha de centeno y no se cerraban en tanto no fueran cultivadas. Las “agras” de producción continua dejaron de franquearse sólidamente a causa de la peor conservación de los cierres, y la falta de cierre de sus entradas tendía a prolongarse y a trasladarse, incluso, al año