La intervención en Trabajo Social. Viviana Verbauwede. Читать онлайн. Newlib. NEWLIB.NET

Автор: Viviana Verbauwede
Издательство: Bookwire
Серия: La Universidad Pública publica
Жанр произведения: Документальная литература
Год издания: 0
isbn: 9789874948632
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más críticos frente a algo que en cierta forma venia a coincidir con todo lo que uno planteaba. O sea ponernos en la vereda de enfrente en la década de los ´90 era re fácil, pero bueno ahora ¿Qué pasa cuando en realidad uno coincide con un montón de cosas y cómo podemos perdurar en esta cuestión reflexiva y crítica? En estos últimos tiempos hay muchas cosas que nos están haciendo ruido y es más fácil también encontrar algunas grietas para hacer críticas y plantear como las cosas pueden ser distintas. Entonces me parece que, tomando la última década, hubo unos primeros años donde era muy difícil pensar una crítica profunda y reflexiva frente a estos nuevos escenarios.

      Trabajo la noción de reflexión, reflexividad, desde lo que dice Hegel respecto de la reflexión. Él dice que la reflexión necesariamente se hace sobre bases teóricas porque si no es una simple introspección, entonces ese es otro punto importante. Retomamos la formación teórica. Es complicado ser reflexivo sin el sustento teórico, me parece un excelente aporte lo que dice Hegel, o sea me sumerjo en mi misma y no es así, a la reflexión hay que acompañarla de lo teórico, eso por una parte.

      Si nosotros realmente tenemos ese acompañamiento teórico, entonces podemos buscar con mayor precisión los fundamentos y la génesis de ciertos temas que aparecen como importantes de tomar en distintos momentos históricos. En este momento, por ejemplo, existe un tema recurrente en torno a las políticas sociales: el enfoque de derechos. Si nos consideramos profesionales críticos y reflexivos, entonces una de las primeras preguntas que tenemos que hacernos es ¿de donde viene el enfoque de derechos? Cuando buscamos de donde viene el enfoque de derechos, evidentemente ahí vamos a repensar esta noción y esta cosa de los derechos. Ese es el punto, poner en acto esa actitud reflexiva y crítica significa un esfuerzo de análisis, de comprensión, y retomando lo de enfoque de derechos creo que merece ese esfuerzo de análisis y comprensión porque habla de nociones muy caras al trabajo social como es el tema de derechos. No se trata de tomar sin mucho examen lo que viene porque coincide con las palabritas que yo siempre quise que estén en danza, yo tengo que analizarlo, tengo que reflexionarlo, tengo que verlo, tengo que saber de dónde viene, para qué, cómo, de qué se trata.

      El concepto de lo crítico se encuentra relacionado al concepto de problematización, o sea hay una herramienta para ser crítico y esa herramienta es la problematización. Cómo se problematiza esto que me parece, cómo nos volvemos algo así como cartesianos en el sentido de decir poner la duda en todo… Para mí la herramienta que permite ser crítico es la problematización, porque si no hay mediaciones se pueden repetir cosas muy críticas escritas por otros pero que sin hacer esa problematización se vuelven dogmáticas; para incorporar ciertas categorías a mi repertorio conceptual, es importante saber por qué lo hacemos, para que le sirve a trabajo social, constantemente hay que revisar estos conceptos para no naturalizarlos. Creo que la posibilidad de ser crítico radica en la batalla constante contra la naturalización.

      Esa es digamos la posibilidad de ser crítico, es la batalla constante contra la naturalización y la naturalización es parte de la necesidad que tenemos del sujeto de vivir sin estar todo el día problematizando, ese es el punto. Pero bueno si uno quiere ser crítico en términos profesionales, en términos docentes y demás hay que librar esa batalla en contra de la naturalización y la herramienta es la problematización.

      ¿Cuál consideras ahora que serían esas cuestiones que están naturalizadas en la intervención? Vos en tu libro hablas de la naturalización desde algunas cuestiones de la formación, ahora te preguntamos por ¿la naturalización en la intervención? O toma los dos planos si querés.

      Me parece que la naturalización se encuentra en los dos espacios, de formación y de intervención y me animo a decir que uno de los aspectos más naturalizados es la cuestión del sujeto. Me explico: veo una naturalización porque lo pre-vemos de una manera, lo categorizamos en sus problemáticas y sabemos de ante mano cuales van a ser sus respuestas y cuáles van a ser nuestras respuestas. Desde mi perspectiva el protocolo es uno de los instrumentos de naturalización más perversos que existen, porque por un lado el protocolo permite que las instituciones al tener que cumplir con las mismas instancias respondan mejor y garanticen el ejercicio de derechos. Entonces el protocolo estará resguardando a que las denuncias y los problemas sean receptados, atendidos, respondidos. Pero por el otro lado, impone procedimientos a seguir que tienden a encubrir la singularidad del sujeto y sus problemas. Por ejemplo la cámara Gesell se tiene que llevar a cabo en una sola entrevista, ¿quién va a decir que no?, está re bien, elimina esas tremendas entrevistas que hacía todo el mundo. Ahora, el profesional que está llevando adelante la observación en la cámara Gesell tiene que decir pará, esto no da para más, porque esto es violatorio, porque necesito dos o tres entrevistas y en esa intervención está la singularidad que se pone en juego y a lo mejor en este caso re victimizar es hacer una sola. Entonces ese instrumento se traga esa singularidad, por eso digo es bueno que el protocolo exija una entrevista, porque está impidiendo la re victimización, ahora en la singularidad hay situaciones y situaciones, cada uno habita de diferentes maneras sus propios sufrimientos.

      Si te podes explayar un poco en el tema del enfoque de derechos que resulta tener sus diferentes lecturas.

      Este enfoque surge como propuesta de los organismos multilaterales de crédito y Naciones Unidas hacia principios del siglo XXI frente al fracaso de las políticas sociales focalizadas en el combate de la pobreza. Se piensa que más que ver las carencias, las necesidades hay que pensar en la potencialidad de individuos y grupos que será activada a partir de garantizar el acceso y efectivización de derechos, entonces ahora se va a trabajar desde la perspectiva de los derechos. Eso que aparece en toda Latinoamérica a partir del año 2000 es lo que se plantean las políticas, que vienen acompañadas de una reforma en la justicia por una parte y por una serie de cambios que insisto, no es que estén mal yo creo que están bien los cambios, lo que pasa es que hay que ver de dónde vienen, cuáles son sus intencionalidades y cómo podemos al naturalizarlo estar creyendo que vamos en un sentido y no necesariamente estamos en ese sentido. En la misma línea que lo plantea Pautassi, el enfoque de derechos tiene sus cuestiones, viene propiciado por los organismos internacionales y demás pero por lo menos es un puente para trabajar diferente, porque obliga a los Estados, los obliga a hacerse cargo que por otro lado habilita la exigibilidad. A mí me parece que ahí hay un punto bien importante porque acompañado por las leyes −estoy hablando ya de nuestro país y la provincia−, de reconocimiento y de garantías de derechos que se han dado en los últimos años configura un marco desde donde se puede trabajar en términos de política social. Ahora, es necesario ser crítico frente a este enfoque de derechos para poder realmente entender hasta dónde, cómo, qué significa, por qué; porque cuando leemos los grandes lineamientos que trae el enfoque de derechos, por ejemplo en el manual de Naciones Unidas sobre el tema, encontramos junto a los principios sobre integralidad, complementariedad, etc. que deben sostenerse respecto de los derechos, otras cuestiones para prestar atención. Me refiero al tema de empoderamiento, concepto que ya hace un tiempo circula y que según como se entienda puede dar lugar no solo a diferentes estrategias de intervención sino que dará cuenta de diferentes concepciones de sujeto. Empoderamiento −término además que no tiene una traducción clara al castellano− intenta expresar que los sujetos de intervención tomen y ejerzan el poder, hasta acá todo bien, pero si para ello “hay que empoderar”, pareciera que los sujetos profesionales somos los que “tenemos el poder” y se lo transferimos en una suerte de “concientización” por lo tanto hay que tener claro esta relación. Por otra parte, si analizamos algunos programas diseñados desde el enfoque de derechos, que vienen de algún organismo multilateral donde se plantea esto, hay allí entre líneas un tufillo liberal: para que el otro pueda, por lo que una vez empoderado va a resolver por sí mismo sus problemas recayendo nuevamente en lo individual las responsabilidades, una suerte de ahora hacete cargo porque ya tenes el poder para hacerlo, tenes esto, esto y esto. Una cosa es reconocer en el otro la autonomía y desde allí comprendiendo la singularidad reconocer hasta donde se acompaña, hasta cuando. como decíamos antes.

      Desde el enfoque de derecho se están dando en principio dos líneas, una que es la básica, que es el piso para poder empezar a discutir y pensar determinadas cosas, y otra más centrada en el ejercicio individual de los derechos, que es la judicialización caso por caso por la vulneración de los derechos. Pero lo que