La intervención en Trabajo Social. Viviana Verbauwede. Читать онлайн. Newlib. NEWLIB.NET

Автор: Viviana Verbauwede
Издательство: Bookwire
Серия: La Universidad Pública publica
Жанр произведения: Документальная литература
Год издания: 0
isbn: 9789874948632
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movimientos subjetivos que genera. En este sentido, nos abre una puerta no solo para la promoción de los derechos de los niños y los jóvenes, sino que nos habilita a pensar en cualquier grupo de edad y condición, tal como afirma: “si se piensa la lectura en términos de Paulo Freyre como práctica de libertad”.

      La lectura del artículo que Marcos Peralta nos propone nos va a desestructurar. Si bien Marcos no es todavía Trabajador Social está en búsqueda de nuevas formas de comprender nuestra profesión y, con la libertad que ser estudiante le posibilita, se permite y nos permite jugar un poco con nuestra disciplina, pero este juego no le quita rigurosidad reflexiva y teórica a su planteo que sin duda es muy profundo y nos induce a pensar cómo nuestra construcción disciplinar, de la mano del positivismo en la producción científica –del cual no escapamos las Ciencias Sociales− nos desvinculó con nuestro cuerpo, con nuestros instintos, con nuestras percepciones; cómo en búsqueda de la neutralidad valorativa negamos nuestros sentidos. Por otro lado cuando Marcos nos invita a repensar la relación entre el cuerpo, la danza y el Trabajo Social vincula la intervención profesional con una acción destinada a ganar poder. El concepto de poder es más que significativo en nuestra profesión porque el poder en términos de agencia –según Giddens (2006)− es el que nos posibilita generar estrategias de transformación en los espacios de intervención que cotidianamente construimos, pero es esa misma concepción de poder la que nos conduce a distinguir en aquellos sujetos con los que trabajamos sus capacidades y centrarnos en ellas como herramientas de cambio en tensión con una estructura sospechada como determinante. No es un poder sin límites sino un poder situado en términos de Marx (2003:33) “Los hombres hacen su propia historia, pero no la hacen a su voluntad bajo condiciones elegidas por ellos mismos, sino bajo condiciones directamente existentes todas y heredadas...”. Pero Marcos privilegia la perspectiva foucoultiana para pensar como las relaciones de poder se han inscripto en nuestros cuerpos “...pero sobre todo establecer conexiones para abandonar el sentido de propiedad de los saberes, y habilitar a otros y otras a moverse, estableciendo estrategias que permitan a los actores empoderarse...”. Nos propone una forma distinta de pensar los cuerpos, de pensar nuestra intervención disciplinar, de pensar la ciudadanía, des-corporizando lo aprehendido.

      Silvina Garay nos cuenta en su artículo un recorrido profesional donde a partir de conmoverse profundamente en el abordaje de la violencia intrafamiliar, en el marco institucional de una política social, incorpora en su bagaje aquello que es obvio –consciente: el cuerpo, “territorio histórico social, donde se expresan los diferentes escenarios de lo social y por lo tanto tiene memoria”. Constatando que “en las ciencias sociales, e incipientemente en el campo del Trabajo Social, el cuerpo cobra entidad principalmente en la atención que desde perspectivas fenomenológicas dan a la experiencia, pero solo en posturas minoritarias y hasta desvalorizadas”.

      La autora busca legitimar un recorrido desde el cuerpo, para que pueda ocupar un lugar en la intervención profesional por las múltiples posibilidades que su registro brinda. Por esto en su artículo nos muestra una intensa búsqueda teórica, entre los que se destacan Bourdieu con su concepto de habitus, la importancia de reconocer “lo social hecho cuerpo”; así como Foucault aportando la condición relacional del poder y el disciplinamiento que moldea los cuerpos, pero también las resistencias, que pueden producir una grieta al orden establecido, mostrando que esto es una puerta que abre la posibilidad a la cual las intervenciones profesionales puedan potenciar. Estas búsquedas son acompañadas de un camino que abre en su propia formación, donde le da lugar al cuerpo y al movimiento. Reconoce las vinculaciones teóricas y ético políticas que se establecen entre las categorías conceptuales: “intervención profesional, poder y cuerpo, sexualidad como una trilogía que transita prácticas de emancipación pero también de dominación cultural”.

      Su experiencia de trabajo en ámbitos de Centros de Salud en el abordaje de situaciones de violencia de género, y en una organización no gubernamental que aborda situaciones de mujeres campesinas, que nos informa se encuentran en proceso de sistematización, contribuyen también a legitimar y validar este tipo de mirada y la construcción de nuevas herramientas para la intervención profesional. Entendiéndola a ésta como recorrido: “definir la intervención como un recorrido se funda en la idea de reconocer este camino y los movimientos que se dan en pos del encuentro con otros”.

      4- Los Trabajadores Sociales en la gestión de las políticas sociales

      Otro aspecto que nos parecía relevante que este libro de cuenta es el de la mirada de aquellos Trabajadores Sociales que se encuentran desempeñando funciones de gestión, cuestión que se comienza a verificar de manera reciente y cada vez más creciente, en una profesión que se ha caracterizado por encontrarse en los lugares de ejecución de la política social, con disputas por imponer determinadas concepciones o significados, ante ese otro que se encuentra en lugares de decisión.

      Nos resulta relevante poner en evidencia las trayectorias laborales de algunos Trabajadores Sociales que en la actualidad ocupan lugares de gestión, las preguntas e inquietudes que se plantean, los horizontes proyectados, los logros alcanzados para dar cuenta así de la vinculación entre la profesión, lo político y lo político partidario, con la palabra de los protagonistas de esto que constituye un cambio que no podemos desconocer su importancia, por las repercusiones que tiene en la profesión. Las tres entrevistas realizadas a Trabajadoras Sociales que ocupan cargos de gestión, tienen como común denominador el compartir el espacio de la salud pública, en diferentes niveles del Estado Provincial: Teresita Calzia, como Directora de un Centro de Atención Primaria de la Salud, Alicia Alzugaray, como Directora de Salud Mental y Adicciones, y Sonia Velazquez, como Coordinadora de los Programas Nacionales de Salud. Las tres comparten además el haber transitado en su trayectoria personal, profesional y laboral en el ámbito de la salud, por lo cual les da –a nuestro entender− un conocimiento desde adentro, que contribuye al plantearse objetivos y estrategias de trabajo.

      Teresita Calzia en su relato reconstruye su trayectoria profesional en el Centro de Salud del cual en la actualidad es Directora, donde ingreso a trabajar cuando le faltaba poco tiempo para finalizar la carrera, no contando la institución hasta ese momento con el recurso humano profesional del Trabajador Social.

      Lo que nos transmite Teresita en su entrevista, es la construcción de su lugar como Directora a través del trabajo sostenido con otros, reconociendo las fortalezas de cada quien, que se ponen a disposición del trabajo en conjunto. El trabajo en equipo como una marca, imprescindible agregaríamos, en un Centro de Salud ubicado en un contexto complejo, atravesado por múltiples violencias. Podríamos decir además que ese trabajo en equipo se amplía, e incluye el formar parte de una red de instituciones de la zona, que se acompañan y fortalecen en ese recorrido en conjunto. Y la articulación que crece con la Universidad, a través de distintos proyectos de extensión y de la presencia de estudiantes que realizan allí su práctica académica.

      Un Director Trabajador Social en una institución de salud que históricamente ha contado en ese lugar a profesionales médicos es un desafío, que la lleva a reconocer cuáles son los aportes que su profesión trae a este lugar de gestión, defendiendo una perspectiva integral de la salud, y a los sujetos en su contexto. Además de propiciar a los colegas que se encuentren en la institución en la recepción de propuestas y de una mirada común, que permite acordar con mayor fluidez prioridades y objetivos del trabajo.

      Alicia Alzugaray reconstruye su recorrido profesional desde su inicio en el campo de la salud mental, y cuenta en su haber con un dato que es histórico: “es el primer caso en Latinoamérica en que hay un Trabajador Social a cargo de la Dirección de un Hospital”. Fue directora durante ocho años del Hospital Escuela de Salud Mental, y actualmente es la Directora de Salud Mental y Adicciones de la provincia de Entre Ríos.

      En su discurso ocupan un lugar relevante los trabajadores, reflexiona que el surgimiento de la Ley Provincial de Salud Mental, es fruto de “una lucha permanente de los trabajadores de la salud mental desde los años ‘60 en adelante”, como también considera relevante en su gestión, recuperar la identidad de los trabajadores de salud mental “que tiene que ver con sentirse valiosos en lo que hacen y revalidar las prácticas que venían haciendo durante años, mucho antes de que nosotros estuviéramos acá”.

      Nos