La intervención en Trabajo Social. Viviana Verbauwede. Читать онлайн. Newlib. NEWLIB.NET

Автор: Viviana Verbauwede
Издательство: Bookwire
Серия: La Universidad Pública publica
Жанр произведения: Документальная литература
Год издания: 0
isbn: 9789874948632
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sentimiento de pertenecer y ser parte de nuestro oficio, entre los otros oficios.

      El contexto: uno de los sobredeterminantes de nuestros pensamientos y acciones

      Lo expresado me ha servido, una y cada vez, para “detenerme” a pensar, cómo hicimos muchos con quienes compartimos la formación, la profesión, para ir “cambiando nuestra cabeza”, para comenzar a superar la formación de carácter más técnico-instrumental hacia una más crítico-política; para comprender a Trabajo Social en su trayectoria, sus crisis, sus búsquedas, sus puntos de inflexión, contradicciones, limitaciones, avances, opciones; su relación estrecha con el espacio estatal, con las políticas y programas sociales, pero por sobre todo en su Intervención “cara a cara” con situaciones atravesadas por manifestaciones de pobreza, injusticia, desigualdad.

      Y nuevamente me pregunto: es que la dimensión ético-político no estaba presente en mi entonces práctica profesional?, a lo que respondo un sí rotundo, sólo que en ese momento no tenía la suficiente claridad teórico-epistemológica para fundamentarla, o para generar otro tipo de estrategias y a la vez poder resignificarlas, socializarlas. De allí que considero que en la base de las dimensiones de la Intervención Profesional, está la dimensión ideológica, aquella que resulta sumamente necesario esclarecer, expresar, o al menos sustentar implícitamente en cada una de nuestras “puestas en acto”. Hacer conscientes nuestros posicionamientos, reflexionar éticamente nuestra Intervención, nos posibilitará siempre actuar con honestidad y responsabilidad. El “hacernos cargo” en definitiva, es esto.

      Si realizamos un recorrido crítico por la historia de Trabajo Social podemos caracterizar cuales han sido sus posturas y propuestas de Intervención y a través de estas cual la identidad perfilada en cada una de ellas. Hoy, a pesar del camino andado continúan en pie muchos de los viejos interrogantes de la Profesión, así como también distintos discursos, todos queriendo encontrar un Trabajo Social, como si esto fuera posible al interior de un campo como “lo social” en el que los principales actores son sujetos y por lo tanto lo que prima son diferentes miradas.

      En lo que sí tendríamos que acordar ampliamente, es en que los Trabajadores Sociales necesitamos una formación adecuada; con claridad acerca de la dimensión ético-ideológica; solidez en los fundamentos teórico/epistemológicos y dominio en lo metodológico-operativo, para el Ejercicio profesional en el escenario y ámbito que fuere, para nombrar y comprender complejamente aquello que se quiere transformar. Desde este posicionamiento, consideramos que el potencial de Trabajo Social es enorme, teniendo en cuenta: los espacios y vínculos con diferentes sectores sociales y políticos en la lucha por instalar un discurso diferente, que denuncie las desigualdades, que visibilice problemas sociales; la posibilidad de disputa en el campo social y campos temáticos, tomando posiciones argumentadas. Esto es salir de Trabajo Social para volver a Trabajo Social: mirar y posicionarse; “salir”; hacer otras búsquedas, dialogar; intercambiar con otras disciplinas, pero siempre “volviendo” para enriquecer la nuestra, como plantea Margarita Rozas.

      Recientemente, ante la reapertura de Trabajo Social en la Universidad de Chile (que retoma la primera Escuela de América Latina “Alejandro del Río”), la Tere Matus expresaba que refundar lo social es la tarea. Y sostiene que:

      …hemos avanzado, pero hay espacio para mucho más; hagamos posible lo que todavía no existe y transitemos esos caminos con una sabiduría antigua, desde la idea de que “el Trabajo Social tiene pasión por la gente” y “está para grandes cosas”. La intervención social y el Trabajo Social requieren fundamentos y es en ese fundamento donde se juegan los resultados; estos tienen que ver con el contexto, con lo que pasa hoy día en el siglo XXI, con el conjunto de teorías para saber interpretar lo social, con los planteamientos epistemológicos y con horizontes y utopías ético políticas…

      Hacia un Trabajo Social Propositivo

      Hoy continúa en discusión lo de proyecto/s ético/s-político/s, que intenta/n, a través de diferentes dispositivos: la recuperación y revisión crítica de la configuración profesional; la cuestión de rigurosidad epistemológica/metodológica; la superación de la búsqueda de alternativas metodológicas; la superación de la tendencia a la naturalización, mecanización, desprofesionalización de Trabajo Social.

      Proyecto profesional en el que para nosotros cobra relevancia lo actitudinal y lo ideológico. Nos preocupa el “olvido” de la persona; la no consideración del “otro” como sujeto (Nidia Aylwin - 1998); la casi ausente dimensión emancipatoria de la Intervención Profesional; el debilitamiento de Idearios; la casi ausente expresión de sentimientos, de emociones; la −a veces− inmovilidad de la sensibilidad; la “compra” y/o confusión de valores.

      El campo de Trabajo Social, en sintonía con lo que acontece en nuestro país, se encuentra disperso; con ciertas características de fragmentación; individualidad, en relación al colectivo profesional, al contexto más amplio. Hacia afuera nos presentamos como los “hacedores y convocantes” de la participación y organización de personas, familias, grupos; hacia adentro, muchas veces no podemos dar contenido y continuidad a los propios espacios de articulación y crecimiento de la profesión.

      En el marco de la contemporaneidad, Marilda Iamamoto (2003) plantea la necesidad de pensar un Trabajo Social no solo ejecutivo sino sobre todo propositivo. Para tomar este desafío se hace necesario entonces desentrañar, descifrar sus claves, para así reconocer las exigencias que le competen a nuestra disciplina.

      -Un permanente ejercicio de indagación acerca de cómo se manifiesta la cuestión social en los sujetos concretos, cómo viven, cuáles son sus condiciones y estrategias de vida, sus formas se lucha, (colectivas, orgánicas, incipientes, etc.) cuáles sus aspiraciones.

      -Reafirmar el carácter público de las políticas sociales, rechazando rasgos que mercantilicen los servicios sociales.

      -Descifrar la relación entre las políticas sociales (como dispositivos mediadores desde el Estado) y los modos y condiciones de vida de los sujetos a quienes están dirigidas.

      -Otorgar mayor importancia y hacer un ejercicio intensivo de la escritura como forma de poner en lenguaje (en texto) las intervenciones. En la historia profesional, muchas veces al Informe se lo ha tomado como un requisito administrativo destinado a dar cuenta de una determinada situación y cuyas consideraciones debían ser lo más “objetivas posibles”. Hoy, el análisis crítico a la luz de aportes de otras disciplinas, permite visualizar la necesidad de otorgar otra relevancia “al acto de escribir”. El registro tiene que ser considerado un instrumento de interpretación y decisión; como tal, no admite ingenuidad ni falta de rigurosidad.

      -Generar y participar en diferentes instancias al interior de colegios y asociaciones, en la idea de construcción de proyectos colectivos.

      -Incluir en el horizonte de las Intervenciones, alternativas que puedan vehiculizarse a través de la vía legislativa y de la Justicia, así como explorar los antecedentes que la profesión tiene en esta línea. Dimensión que requiere ser potenciada.

      Sabemos, conocemos, que las Condiciones laborales (salarios, estabilidad, seguridad social, tiempos, condiciones de espacio físico, reconocimiento), no son ni las deseadas ni las mejores para muchos Trabajadores Sociales, pero consideramos que éstas precisamente condicionan, no determinan, y que ello no es un “justificativo” para lograr ser un buen profesional, identificado por el reconocimiento público, por sus aportes y producciones, por su compromiso social.

      El pensamiento es el impulso; nos posibilita acercarnos a idearios, a situaciones imaginativas; a decisiones constructivas, a maneras de intentar transformaciones sociales. Lo social y la dinámica de lo social tienen que ver centralmente con tener la capacidad de preguntarse, de interpelar, de problematizar, de pensar alternativas para este tiempo y en este espacio, en virtud de las injusticias existentes, de la exclusión creciente, de derechos vulnerados.

      Acerca del sentido de la vida: el trabajo con viejos y viejas

      Cuando me “topo” con viejos y viejas en mi pueblo y luego en Paraná, con ancianas del