La intervención en Trabajo Social. Viviana Verbauwede. Читать онлайн. Newlib. NEWLIB.NET

Автор: Viviana Verbauwede
Издательство: Bookwire
Серия: La Universidad Pública publica
Жанр произведения: Документальная литература
Год издания: 0
isbn: 9789874948632
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trabajadores nos ubica en una concepción marxista de transformación de la sociedad. Alicia se ha ido constituyendo como militante gremial, política y profesional, en ese orden; este recorrido le ha posibilitado ver al Trabajo Social como profesión que debe mirar de manera integral los problemas y de construir junto con otros. Alicia termina la entrevista explicitando que los Trabajadores Sociales aspiremos pensarnos en colectivo y nos incita a no tener temor a la construcción política.

      Sonia Velazquez, vincula su recorrido profesional al calor del desarrollo de las políticas sociales en los distintos momentos históricos que le ha tocado vivir, planteando que si bien en la actualidad es un momento diferente al neoliberalismo de los noventa, con cambios en los modos de gestión del Estado, no identifica grandes transformaciones en la forma en que se conciben las políticas sociales desde los organismos gubernamentales, que vienen con un formato predeterminado, lo cual dificulta la acción al momento de articularlas estratégicamente para garantizar derechos e inclusión. Evalúa que muchos programas, a los cuales considera herramientas de gestión, han ocupado el lugar de una política de salud, y que los Estados deben contar con una política de salud consensuada y legislada, que sea rectora, de manera que los programas que ingresen se adecuen a la misma.

      Sonia comparte con Alicia un recorrido en cierta forma común, ambas se encuentran atravesadas por la militancia tanto gremial como política partidaria en diferentes momentos de sus vidas y claramente esto les posibilita una visión más amplia, más integral que la de aquellos otros profesionales que no hemos transitado por estos espacios. Por el lugar que actualmente ocupa: Coordinadora General de Programas de Salud del Ministerio de Salud de Entre Ríos y por los espacios laborales que históricamente ha ocupado a como Directora del Plan Nacer, Directora de Maternidad e Infancia, Jefa Territorial del FOPAR (Fondo Participativo de Inversión Social) entre otros, Sonia tiene una visión marco de la salud pública, una visión de la salud como Sistema y esto la lleva a ser muy crítica frente a la fragmentación que los programas de salud producen y reproducen.

      En referencia a la profesión Sonia nos comenta que la militancia política en algunos momentos históricos no fue muy bien vista en la Facultad y que en términos personales sufrió la segregación por sus elecciones políticas, nos comenta que esto en la actualidad ha cambiado pero que en algunos momentos se polarizaban las visiones y si se era militante político no se era considerado un profesional serio y riguroso.

      Sonia nos afirma también que los cargos de gestión se militan políticamente, que implica un acuerdo de actores; y en referencia a la relación entre gestión y profesión nos comenta que la formación profesional y de posgrado −en su caso− le ha otorgado mayor conocimiento y seguridad para llevar a cabo con rigurosidad teórica, epistemológica y política la gestión de los programas sociales. Plantea también que es importantísimo que la gestión sea ocupada por recursos humanos calificados y que los Trabajadores Sociales habitualmente rehúyen a estos lugares. Nos señala a los Trabajadores sociales “que podemos ser actores importantes dentro de la línea de gestión, que nos animemos a ese desafío”.

      A modo de cierre para continuar reflexionando

      Gustavo Papili y Federico Guzmán nos comparten un artículo que sirve a las veces de apertura para la comprensión de una mirada historiográfica del proyecto profesional del Trabajador Social y el pensamiento crítico, que podríamos sintetizar en el acontecer del proyecto ético político de la profesión. Retomando a Cazzaniga estos autores señalan que Trabajo Social por acción u omisión ha desplegado una acción política y esta perspectiva la podemos ver en cada uno de los relatos construidos por nuestros colegas, donde se observa el posicionamiento frente al otro; a ese otro que constituye el sujeto presente en nuestra intervención y que habitualmente se trata de un sujeto que tiene sus derechos vulnerados. Lo ético político se encuentra también en el cómo construimos el trabajo en equipo. Nos animaríamos a afirmar que son pocos los profesionales −de otras disciplinas− que abiertamente reconocen que el trabajo lo hacen con otros y que la mirada de los otros enriquece la perspectiva con la que se construye el objeto de intervención. Para ser más específicos nosotros nos formamos reconociendo al otro y lo ético político está también presente en el marco en el que construimos nuestro espacio de intervención, ya sean las organizaciones: del Estado o fuera de su ámbito, como así también las políticas sociales. Gustavo y Federico retoman un planteo de Teresa Matus (2012) que resulta esclarecedor de algunos debates contemporáneos cuando dice: “...no es el Trabajo Social latinoamericano el anti-moderno, sino que son anti-modernas las tesis con las cuales así lo han interpretado, encasillándolo en una historia estructuralista que obstaculiza ver el pasado de otro modo” . Esto nos lleva a pensar que muchas veces el problema está en los cristales que utilizamos para ver nuestras prácticas y no las prácticas en sí mismas y plantea aún más, que polarizar y plantear que hay un Trabajo Social crítico y otro tradicional, es caer en una visión simplificadora.

      Con Susana Cazzaniga acordamos una entrevista mano a mano, mate va mate viene, y le propusimos iniciar el encuentro revisitando las ideas, conceptos, nociones que ella publicó en el libro de su autoría Hilos y Nudos. La formación, la intervención y lo político en Trabajo Social (2007). Así fue como comenzamos un largo recorrido desovillando, desanudando y volviendo a hilar, de más está decir que Susana generosamente compartió mucho más de lo que nosotras nos imaginábamos. En las líneas siguientes transcribimos este encuentro realizado en la ciudad de Paraná el 28 de julio de 2014.

      Susana, ¿cómo se piensa hoy la formación en la intervención en Trabajo Social? ¿Hay continuidades y/o discontinuidades con lo que decías en tu libro?

      Los contextos van cambiando y de este modo también la formación debiera revisarse, cosa que no siempre pasa. No se trata de cambiar todos los años de plan de estudios, ni de realizar acomodos, ni de empezar de cero ni menos adaptarse a ciertas modas. Se trata de ser lo suficientemente claros en nuestros análisis de la realidad para reconocer cuáles son los aspectos que van cambiando y que configuran problemáticas nuevas de intervención profesional, o que siendo parte de nuestros temas desde siempre, hoy presentan aristas diferentes, a fin de poder incorporar miradas y categorías que propicien la comprensión. En este sentido respecto de la pregunta creo que en términos generales (recordemos que hablar de la formación en la Argentina es bastante ambicioso, solo puedo dar cuenta de algunas carreras) hay una ruptura importante y es sobre la perspectiva funcionalista que acompañó fuertemente nuestra formación, observándose una búsqueda más ligada en las teorías críticas. Pero me parece que existe un tema no tratado o insuficientemente tratado como es el tema de sujeto y subjetividad. Sabemos que en cada momento histórico se construyen subjetividades desde diferentes dispositivos: los discursos, los medios de comunicación, las mismas políticas sociales, por lo tanto nos encontramos con maneras de ser que se diferencian de otros momentos, maneras de ser que debemos comprender para dar cuenta de intervenciones coherentes. Personalmente creo que hemos tenido una mirada hasta yo diría romántica, hemos idealizado bastante a ese otro con el que trabajamos, trabajamos más con otro ideal que con otro real. Entonces nos cuesta mucho más poder posicionarnos frente a situaciones que evidentemente son situaciones nuevas, pero que a la vez “nos rompen”, muy desgarradoramente, esa idealización que se tenía. Nos aparece, como docentes, el problema de cómo plantear que no hay un “pobre bueno” como un absoluto, sino que hay formas de vivir la pobreza que van a tener determinadas características, lo que no quiere decir ni enjuiciar, ni responsabilizar, pero tampoco des-responsabilizar, porque ese es otro problema cuando se trabaja el tema del sujeto, un sujeto es sujeto cuando es responsable porque si no, no puede ser ciudadano; hablo de responsabilidad y no de obligación. Pero a la vez se nos aparece otro problema y es cómo defendemos una mirada diferente a esta forma hasta “derechizada” que hoy tiene la sociedad para ver a ese otro, que lo hace completamente responsable y lo criminaliza desde el vamos sin caer en ese romanticismo. Entonces, son necesarios argumentos sólidos, hay que tener mucha claridad en los planteos: donde los realizamos, cómo lo hacemos y cómo nos posicionamos frente a ese otro, porque si no, flaco favor le hacemos en tanto reforzamos el paternalismo, la dependencia y hasta un